“Con 18 años me dijeron: tienes lupus. Yo me quería morir”. Hablamos con Peque, Balón de Oro de fútbol sala
Hemos tenido una charla de amigas con Peque y nos ha contado cómo es ser deportista profesional y vivir con lupus
El nombre deportivo de Patricia González Mota es Peque, pero esta diosa de pequeña no tiene nada. Es la actual Balón de Oro de fútbol sala, la mejor jugadora del mundo y lleva por bandera un deporte que es mucho más minoritario que el fútbol femenino.
Entrevista con Peque: salud femenina en el deporte, lupus y su trayectoria
Bloom: ¿Cómo influye tu salud femenina en tu rutina diaria como deportista?
Peque: En todo, al final mi vida es el deporte y mi herramienta de trabajo es mi cuerpo. La salud para mí es el centro, porque me permite rendir más.
B: ¿Cómo manejas esta rutina en relación con tu ciclo menstrual?
P: Se ha demostrado que hay muchos periodos del ciclo en los que tienes más riesgo de lesión. Luego ya lo subjetivo de dolores, cansancio, síndrome premenstrual… Nos influye muchísimo. Y en deportes no profesionalizados no tenemos los medios para controlar eso.
Además, muchos entrenadores no están actualizados en este sentido. Nunca nos han tomado en cuenta con la regla, hasta este último año que he estado en el Alcorcón, donde tengo una preparadora física femenina, Elsa, muy buena, y también en la Selección, porque ya es un nivel top.
B: ¿Cómo equilibras esa parte profesional a nivel salud mental con tu vida personal?
P: Siempre he estado estudiando para tener la mente ocupada en otra cosa y que no sea todo el deporte, porque el deportista de alto nivel mentalmente tiene que ser muy fuerte y sobre todo tener a alguien. Yo estuve dos años trabajando con una psicóloga deportiva. Es muy importante estar bien de la cabeza para competir. Si estás medianamente regular, el nivel físico baja muchísimo.
B: ¿Cómo crees que se podría mejorar el apoyo a la salud femenina en el ámbito del deporte?
P: La salud de la mujer en el deporte se podría mejorar teniendo en cuenta que es femenino, con su ciclo, con su cuerpo… Por ejemplo, nosotras tenemos más riesgo de rotura de ligamento cruzado por las caderas. La mentalidad también es diferente. Cuando el deporte se mira con una perspectiva femenina, ahí ya estamos mejorando muchísimo.
B: ¿Cuándo y cómo fuiste diagnosticada de lupus?
P: A mí me lo diagnosticaron con 18 años. Me fui a Logroño a vivir, recién salida de casa. Yo era un pollito y entonces me dijeron: tienes lupus. Yo me quería morir. Tal y como me lo explicaron a mí, el lupus es una enfermedad autoinmune. Las defensas de mi cuerpo no van bien, te atacan a ti mismo. En resumen.
Me salieron unas manchas en el pecho, en la espalda… En las zonas donde más me daba el sol. Yo era una persona 24/7 al sol, porque me encanta. Mi madre me dijo que tenía que ir al médico, porque pensábamos que era una pequeña alergia al sol o algo así. El médico en cuanto vio las manchas de mariposa me dijo “tienes lupus, vamos a hacer una biopsia, pero al 90%”. Y acertó.
B: ¿Cómo ha afectado el lupus a tu carrera deportiva y tu vida diaria?
P: He tenido la suerte de que no me ha afectado en nada a mi carrera deportiva. Sí que es verdad que, conforme me voy haciendo mayor, hay ciertas cosas que me van saliendo, pero hasta ahora puedo decir que soy una persona con muchísima suerte, porque el lupus es una enfermedad bastante difícil de llevar.
B: ¿Qué tratamientos y cuidados sigues para manejar la enfermedad?
P: Yo creo que como he sido deportista toda la vida, y el deporte es antiinflamatorio natural, al hacer deporte ayudo al cuerpo. Pero como el lupus tiene muchos grados, a cada persona le afecta de una manera. Hay gente que no puede hacer deporte, pero hay que llevar una vida saludable: alimentación, descanso… Todos esos pequeños detalles me han ayudado. Todo lo que inflame tu cuerpo sabes que te va a dañar, porque tú ya de por sí lo tienes inflamado.
Para el tema de las manchas en verano yo tomo durante todo el año un medicamento.
B: ¿Cuál es la parte más desafiante de vivir con lupus siendo una atleta de alto rendimiento?
P: Para un deportista es complicado que tu cuerpo no responda y encima no hay forma de sobrellevarlo. Es muy complicado, pero yo tengo que aceptarlo, llevo muchos años con esta enfermedad y aunque no me ha dado problemas, soy muy consciente de qué enfermedad tengo y que es muy complicado compaginarla con el deporte.
La temporada pasada tuve una inflamación de cadera repentina, de levantarme por la mañana y no poder andar por la tarde y encima me coincidía con una convocatoria de la Selección.
B: ¿Qué consejos darías a otras personas que viven con lupus, especialmente a los deportistas?
P: La verdad es que no me atrevo mucho. Más que consejo, le diría que lo siento mucho, porque es algo jodido, pero que tenga mucho ánimo, que sea fuerte y que lo lleve lo mejor posible. La verdad es que no le daría consejo porque no creo que sea nadie para dar un consejo y menos con la suerte que yo tengo.
B: ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol sala y qué te motivó a dedicarte a este deporte?
P: Yo empecé porque empiezas en el barrio. Al final todo el mundo cuando se junta con los amigos a jugar, va a una pista de fútbol sala. Hasta los nueve años no pude estar en un equipo. Hace 30 años, más o menos, no había equipos femeninos y era muy complicado que una chica jugase.
B: ¿Quiénes han sido tus mayores influencias y modelos a seguir en tu carrera?
P: Lo que me ha impulsado siempre es que mi padre es futbolero. Me regaló un balón cuando empecé a andar. Y a partir de ahí siempre ha ido conmigo. Así que fue culpa total de mi padre.
En cuanto a referentes, yo era una enamorada de Raúl González, del Real Madrid. Pero no tenía un referente femenino. La suerte es que ahora las niñas lo ven y deciden. Carolina Marín, Mireia Belmonte… Hemos ido teníendo pequeños referentes.
B: ¿Sigue habiendo diferencia entre los equipos femeninos y masculinos?
P: Siempre hay diferencias y quien diga que no, vive en una utopía. A día de hoy, el deporte sigue estando muy masculinizado. Ningún deporte, o casi ninguno, diría que es equiparable el masculino con el femenino.
En España las deportistas femeninas son muy buenas y hay que darle oportunidades para que puedan ejercer el deporte como una profesión. Actualmente, alrededor de un 15% de jugadoras de Primera pueden ser profesionales de esto, que es muy poco, vamos mejorando muy poco a poco.
B: En los últimos años ha habido un boom del fútbol femenino, pero no sabemos si eso ha llegado también al fútbol sala. ¿Has notado cambios?
P: Creo que está siendo un poco, a mi forma de ver, una bomba de humo lo que está pasando con el fútbol femenino. Sí es verdad que ellas han tenido la suerte de crecer y me alegro muchísimo porque era algo necesario, porque siempre se ha dicho que el fútbol femenino no interesa y en el momento en que se ha puesto un poquito a la vista los datos son los que hablan.
Pero no creo que esto esté pasando en el resto de deportes. Yo te puedo decir que en nuestro deporte no nos ha beneficiado su bola a la hora de crecer.
B: ¿Cuál ha sido el momento más destacado de tu carrera hasta ahora?
P: El primer Europeo que ganamos. Al final engloba todo. Estás en la Selección, consigues por fin un torneo oficial… Primero por la UEFA y luego por toda la ilusión que generó ese grupo.
B: ¿Y cómo fue la experiencia de ser nombrada la mejor jugadora de fútbol sala del mundo en 2022?
P: No creo mucho en los premios individuales, porque al final es un deporte colectivo que se tiende muchísimo a individualizar. Es como: gana Argentina, gana Messi. No. Yo he sido muy buena y tengo ese premio. Muchas gracias. Pero ha sido por el sitio en el que he estado y por las compañeras que he tenido.