Las grietas por las que el machismo aún se cuela en el deporte
A pesar de los avances notables y los logros extraordinarios de las atletas femeninas, todavía nos encontramos con obstáculos que impiden que las mujeres disfrutemos de las mismas oportunidades, reconocimiento y recursos que los hombres
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
El mundo del deporte ha sido testigo de un impresionante aumento en la participación femenina en diversas disciplinas. Sin embargo, detrás de cada logro que celebramos -como ha sucedido recientemente con la Selección de Fútbol en Sidney o el Oro de María Pérez en los Mundiales de atletismo en Budapest- se esconde una preocupante realidad: la persistente desigualdad de género en posiciones de poder y visibilidad. La toma de decisiones en las federaciones deportivas, incluso en aquellas disciplinas más feminizadas, continúa estando en manos de hombres.
Esta infrarrepresentación femenina en puestos de liderazgo no es un fenómeno aislado, sino un reflejo de una cultura arraigada en el deporte que se resiste a ceder su espacio a las mujeres. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, un evento global que debería ser una plataforma para la igualdad, mostraron que solo el 10% del cuerpo técnico acreditado eran mujeres.
Cuando preguntamos a Mar Mas, presidenta de la Asociación Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP), por ejemplos concretos de situaciones de desigualdad en el ámbito deportivo su respuesta es rotunda: infinitas. “Tenemos desde hace 13 años una ley de igualdad que no se cumple en el deporte. Y no pasa nada”, sentencia.
Las cifras ratifican cómo se han feminizado ciertos deportes: solo hay tres federaciones con más fichas federativas femeninas que masculinas. ¿Adivináis cuáles? Pues sí: gimnasia y patinaje, y también hípica. La mayor diferencia se registra en gimnasia, con 46.000 mujeres frente a 4.000 hombres. (…) En gimnasia, las mujeres representan más del 90% del total de personas federadas. (…) Es bastante llamativo que sean tres hombres —Jesús Carballo, Carmelo Paniagua y Juan Carlos Cabello— los que presiden las federaciones de Gimnasia, Patinaje e Hípica.
Techo de cristal: la barrera invisible
El estudio “Preliminar sobre mujeres directivas y profesionales en el deporte federado español” realizado por la Asociación del Deporte Español (ADESP) en 2022 analiza el número de mujeres y hombres en los diferentes cargos de las federaciones deportivas españolas. Las cifras muestran la falta de representación femenina en puestos de poder, como presidentas de federaciones deportivas o entrenadoras de equipos “importantes”. Estos son los resultados:
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Presidencia: 97% hombres vs 3% mujeres.
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Junta directiva: 65% hombres vs 35% mujeres.
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Comisión delegada: 87% hombres vs 13% mujeres.
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Comités: 72% hombres vs 28% mujeres.
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Secretaría general: 68% hombres vs 32% mujeres.
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Jueces/Árbitros: 76% hombres vs 24% mujeres.
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Entrenadores/Cuerpo técnico: 75% hombres vs 25% mujeres.
Ocupar puestos de poder va más allá de tener un cargo: también son los que lideran quienes tienen la responsabilidad de comprender las necesidades de las deportistas profesionales. Si no hay representación de mujeres, ¿es posible que las regulaciones y políticas velen por nuestros derechos? “¿Por qué los reglamentos de algunos deportes me permiten ausentarme para ir al aseo en una competición, pero no puedo si estoy dando el pecho y tengo una subida de leche? Las mujeres tenemos que poner nuestras propias normativas adaptadas y todavía no es así en muchos deportes”, señala Mas.
Esta situación de desigualdad es un problema que llevamos años denunciando. ¿Por qué no hay mujeres en la toma de decisiones de las federaciones? ¿En los estamentos técnicos? ¿En los medios de comunicación? ¿Por qué hemos esperado 33 años a tener una ley del deporte que no nos garantiza la igualdad efectiva? ¿Ninguno de los gobiernos hasta ahora ha podido poner en el BOE ni una disposición, ni un decreto?
Es importante alcanzar el 40% de mujeres en juntas directivas de las federaciones que se tiene como objetivo de cara a 2024. Con capacidad de decisión, gestión y presupuesto será posible reclamar nuestros espacios.
Lo que no se ve ¿no existe?
Los medios de comunicación juegan un papel muy importante cuando hablamos de alcanzar la igualdad. No solo importa dar cabida a los deportes femeninos, sino hacerlo en las mismas condiciones en las que se retransmiten las competiciones masculinas. “Ellos tienen un privilegio y un poder que nosotras no tenemos: la visibilidad”, denuncia Mas.
No aparecer en medios pone en marcha una espiral infinita: ¿Cómo van a encontrar patrocinadores deportes que no tienen audiencia? Y, a su vez, ¿cómo van a conseguir aparecer en prime time si no hay dinero para conseguir esa franja? Asociar la poca presencia femenina en el ámbito deportivo con el talento es una trampa: no es que nosotras no seamos “buenas”, es que ellos no quieren compartir el pastel.
Nos decían que el femenino no le interesaba a nadie. ¿Pero a qué genio del marketing se le ha ocurrido sacar a la mitad de la población del mercado? (Mar Mas, presidenta de la AMDP)
El camino hacia la paridad
La industria deportiva está surfeando esta ola feminista. Sin embargo, como siempre que hablamos de igualdad, queda mucho por hacer. Muchas mujeres continúan enfrentándose a desafíos que limitan su participación en el ámbito de deportivo: escasez de incentivos y apoyos en la práctica, estereotipos de género (no ser consideradas “femeninas”), ausencia de referentes, desequilibrios entre el trabajo y la vida personal y, por supuesto, falta de confianza en sí mismas.
Si ves que no hay mujeres en donde te quieres proyectar profesionalmente, ¿cómo sabes que te van a dejar sitio?
Mônica Esperidião, coordinadora de equipo en la Asociación Española de Mujer, Ejecutivas y Deporte (AEMED) y Key Account & Women’s Football Manager en World Football Summit, destaca barreras que trascienden al ámbito deportivo, pero que dificultan el avance de las mujeres en este ámbito:
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Maternidad
Que las mujeres tengan que elegir entre ser madre o profesional, madre o deportista, especialmente si no cuentan con la protección laboral necesaria para tomar esta decisión con garantías.
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Doble jornada
Existe la percepción de que el éxito laboral de las mujeres y su desempeño en roles más privados, como el matrimonio o la maternidad, están inversamente relacionados. Es decir, que para avanzar en uno, hay que renunciar al otro.
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Autopercepción
Las mujeres tenemos que lidiar constantemente con zancadillas autoimpuestas como la falta de confianza, el perfeccionismo o el miedo al fracaso.
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Apoyo real de los hombres
Mientras la otra mitad de la sociedad no ponga empeño en alcanzar la igualdad, no será posible alcanzarla.
Las empresas patrocinadoras podrían exigir a sus patrocinados (clubes, federaciones y ligas) la implementación de políticas y programas de igualdad y diversidad por contrato.
Para contrarrestar las barreras, es necesario implementar medidas para lograr una mayor presencia y participación de las mujeres. Esperidião menciona programas de concienciación con los padres y madres, visibilizar las líderes que existen en diferentes espacios (escuelas, medios, publicidad, eventos…) e implementar políticas de paridad realmente efectivas, entre otras.
Hay vida más allá del fútbol. Y parece más igualitaria
Si ponemos el foco en deportes que no mueven tantas masas como el fútbol, nos encontramos una grata sorpresa: parecen escapar de algunos “vicios”. Esto no quiere decir que no existan algunas grietas por las que aún se cuela el machismo, pero apreciamos un rayo de luz, de esperanza.
María López es la capitana de la Selección Española de Hockey y jugadora de Club de Campo, Bronce Mundial 2018 y Bronce Europeo 2019. Probó el hockey en su Gijón natal y fue amor a primera vista. “En mi categoría era la única chica -recuerda-, pero no importaba. Hasta alevines los equipos eran mixtos así que quien se quería apuntar, lo hacía. En el fútbol creo que no era igual, por ejemplo”.
Como jugadora profesional que es actualmente, aparte de “esquivar” algunos comentarios machistas (“el hockey es un deporte para hombres”) y preguntas personales en entrevistas que jamás se harían a un hombre (“¿cómo te tiene guardada tu novio en whatsapp?”), donde más ha percibido la desigualdad es en la programación de los partidos.
Aunque parece que esta diferencia se está suavizando, López señala que en los campeonatos los equipos femeninos siempre han tenido peor horario. “Un año, toda la Primera División Femenina de Hockey nos movilizamos para protestar porque nuestras semifinales y finales siempre se ponían en viernes y sábado, frente a las de los chicos que eran sábado y domingo, por ejemplo”, apunta.
Justifican que en el fútbol ellos ganen más dinero porque generan más ingresos, pero lo cierto es que en el hockey, un deporte más modesto, ellos también ganaban más que nosotras. (María López, jugadora profesional de Hockey Hierba)
Algo parecido sucedía con la nomenclatura de las competiciones. Mientras que a nivel europeo para los hombres el torneo se llamaba Europa League, para ellas era HFC Champions. Hace tres años el nombre se unificó y, para apuntarse el tanto, crearon el hashtag #equalisamazing, que siguen usando a día de hoy. “¿Equal is amazing? ¿Y cómo puede ser entonces que esto no haya cambiado hasta antes de ayer?”, se pregunta.
La repercusión que tienen en los medios de comunicación también abre una grieta. No nos dejemos engañar por el boom que estamos viviendo por el triunfo -y el que terminó poniendo a un hombre, Rubiales, en el centro de la actualidad- de la Selección de Fútbol Femenina. López señala que, en general, sigue habiendo un tratamiento muy desigual. “En el mismo deporte, se ha tratado más a los equipos masculinos que a los de mujeres. Fíjate en el ciclismo, por ejemplo. Solo se habla de los hombres”, apunta.
Coincide en este punto Yolanda Soler que, tras 15 años como deportista profesional y una medalla Olímpica en Atlanta 96, empezó a dirigir equipos nacionales de Judo. Actualmente es entrenadora del equipo español de este deporte que, según su experiencia, siempre ha gozado de igualdad a nivel de oportunidades, remuneración económica y reconocimiento.
“Entrenamos todos juntos, hombres y mujeres. Hay mujeres árbitras, juezas, entrenadoras, directivas…”, explica. No obstante, reconoce que el deporte femenino siempre ha estado en un segundo plano, algo que tiene que ver, a su juicio, con los referentes. “Muchas jóvenes no tienen en quién fijarse y abandonan su carrera durante la adolescencia”, señala.
Algunas medidas que podrían potenciar el deporte femenino son el ejemplo de los padres, una mayor presencia femenina en los clubes deportivos, motivar durante la adolescencia y cambiar la política de retransmisiones.
Sin embargo, se muestra optimista: “Creo que tanto el Comité Olímpico Internacional como el Consejo Superior de Deportes están haciendo un gran trabajo dando mayor presencia al deporte femenino -comenta-. En el tema de patrocinios queda más por avanzar, siguen apostando más por el deporte masculino”.
Sí, hay grietas por las que aún se cuela el machismo en el deporte, pero el sendero para cerrarlas definitivamente está marcado. Voluntad y recursos serán herramientas imprescindibles.
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