¿Mujeres heroínas? El cine revisa el mito de la superwoman con personajes vulnerables que conectan con su lado más humano

Más allá del tropo personajes femeninos fuertes, reunimos a aquellas mujeres en el cine y las series que este año han contribuido a redibujar otros espacios de identidad femenina en el que es posible espejarnos

diciembre 27, 2022 Escrito por Las Entendidas

Prescriptoras de cine y series con especial atención a la mirada inclusiva, paritaria y de divulgación social.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

“Me aburren. Si abro un guion y leo esas palabras, estoy fuera”. Así sentenciaba la actriz Emily Blunt su rechazo frente a aquellos posibles papeles que aterrizan en sus manos y que se definen como “personajes femeninos fuertes”. Por un momento se imaginó que la renovada imagen de mujer moderna debía revelar un espacio aspiracional sobre lo que quiera que signifique esa combinación de tres palabras.

Pero nada más lejos de la realidad: esa construcción tramposa de la identidad femenina eleva falsas expectativas y fuerza a toda mujer a basar su existencia alrededor de lo estoico, sin oportunidad de mostrar abiertamente vulnerabilidades y flaquezas. Y eso es pedirnos demasiado. Para cerrar el curso cinéfilo 2022, reunimos a aquellas mujeres en el cine y las series que este año han contribuido a redibujar otros espacios de identidad femenina en los que es posible espejarnos.

Inexperta e insegura o cómo definir hoy a una superheroína

De tal manida etiqueta también se desmarcó Tatiana Maslany durante la promoción de ‘She-Hulk: Abogada Hulka’ (Jessica Gao, Disney+), serie que protagoniza. “Es tanto una eliminación de todos los matices como un tropo. Es una caja en la que nadie cabe. Incluso la frase es frustrante”, dijo. La vertiente reduccionista que implica ser definida como “personaje femenino fuerte” deja fuera muchas de las otras cualidades que definen a la abogada Jennifer Walters en la serie. Es más, lo que cautivó a la actriz de su personaje fue todo lo contrario: inexperta, confundida, insegura. Adjetivos que pocas veces antes habían venido de la mano de un personaje con superpoderes.

she hulk superheroinas
Una mujer verde bailando twerk para el enfado de muchos

Lo que seduce de esta serie es, sin duda, que para la protagonista esos sobrevenidos poderes sean un auténtico incordio, por un lado, para su vocacional carrera como abogada; por otro, para su más que satisfactoria mundana existencia. A lo largo de la primera temporada, Jennifer se acaba constituyendo como una verdadera antiheroína. Una Hulka muy humana y poco heroica a la que le da bastante igual desmarcarse del canon de sus compañeros superhéroes.

Y es que atribuir códigos masculinos como única vía para explorar espacios de poder ha dejado de ser una norma en la construcción de este tipo de personajes. Con ejemplos como el de Hulka se inicia un nuevo paradigma a la hora de retratar la magnitud de nuestras fortalezas. Lo mismo ocurre con la coprotagonista de ‘As bestas’ (Rodrigo Sorogoyen, en cines). Aunque Olga no ostente el privilegio de ser inmortal o contar con el don de una fuerza sobrehumana, su forma de sobrellevar lo inevitable hizo saltar por los aires cualquier expectativa que a lo largo de la película pudimos erróneamente esperar de su personaje.

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En este cruce entre western y thriller rural, el tándem creativo formado por Sorogoyen e Isabel Peña decide hábilmente depositar en Olga la capacidad de sostener la palanca de cambio frente a un escenario tan enraizado en la violencia. ¿El resultado? Pocas veces vimos antes retratada así la tensión entre lo masculino y lo femenino como en el acto de resistencia del personaje que encarna la actriz francesa Marina Foïs en la película. “La valentía de Olga es la típica de las mujeres, definitivamente es algo que pertenece a las mujeres. Existen muchas Olgas diferentes por el mundo”, sostiene la actriz.

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A quienes no se les enseñó a combatir en guerras sino a resistir desde casa ven otra salida para la solución de conflictos.

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Con todas nosotras, Michelle Yeoh… icon of the year

Y con ella terminó por saltar todo por los aires. No solo a sus 60 años fue la actriz que más acrobacias terminó haciendo en el set de rodaje de la película, sino que nos hizo creer que una madre inmigrante con infinidad de conflictos por resolver sería la única capaz de salvar el multiverso.

La insólita ‘Todo a la vez en todas partes’ (Dan Kwan, Daniel Scheinert, Movistar+ y Filmin) nos ha regalado una experiencia cinematográfica sin precedentes este año y, al mismo tiempo, ha puesto a su actriz protagonista, Michelle Yeoh, en el lugar que al fin merecía dentro de la industria tras cuatro décadas de trayectoria. Tanto es así que la célebre revista TIME le ha concedido el título a icono del año.

todo a la vez en todas partes superheroina

Evelyn, el personaje que interpreta en la película, tiene tantas vidas como aristas presenta cualquier madre inmigrante china en un país como Estados Unidos. Y descubrirla en cada una de las capas del multiverso se convierte en una tarea más que desafiante para cualquier espectadora que caiga atrapada en él.

Para afrontarla, tendrá que ser capaz de resolverse hábil con las artes marciales como también abrirse emocionalmente a su familia porque en esta frenética y festiva experiencia las llaves de kárate son tan importantes para salvar el mundo como las muestras de amor de una madre a una hija. El centrifugado vital que le da a su protagonista lanza un único mensaje: de todas esas posibles mujeres que pudo ser, al final ha terminado siendo su peor versión. Por aquello de rendirse a cuidar de los demás ha terminado por evaporarse. Y su superpoder, de nuevo y como vimos este año en el cine, es acariciar su lado más humano.

La confusión como virtud, Julie en ‘La peor persona del mundo’

julie la peor persona del mundo

Sin duda uno de los personajes femeninos más estimulantes y complejos del cine este año es el de la protagonista de ‘La peor persona del mundo’ (Joachim Trier, Movistar+ y Filmin). En la película, Julie representa a toda mujer que al alcanzar la treintena se detiene a plantearse su deriva existencial… solo que ella se atreve a verbalizarlo. En reuniones de amigos o conversaciones en pareja es capaz de mostrarse vulnerable e inundada de un millón de dudas. Y es precisamente ese horizonte confuso en el que se encuentra el que le concede una fuerza inusitada.

“Julie no se avergüenza de su sexualidad, es muy libre y ella controla. Una mujer hablando del sexo así y viviéndolo así no debería ser un tabú, debería estar normalizado”, declaraba la actriz detrás del personaje, Renate Reinsve. La razón de nuestro entusiasmo hacia estas mujeres en ficción es precisamente que sus creadores (en el caso de Julie, los guionistas que le han dado forma son dos hombres) les han dotado de cualidades tan humanas que con la distancia de la pantalla nos resultan fascinantes.

Que mujeres jóvenes como Julie hablen sin (auto)censura de sexo y deseo coincidiremos en que es ya una meta alcanzada tras siglos de oscuridad y silencio, pero no tanto un logro para aquellas que dejaron tiempo atrás la juventud y viven en el presente un período de madurez con poca opción para recuperar lo perdido. Lo que propone con ello otra película que pudimos ver este año, ‘Buena suerte, Leo Grande’ (Sophie Hyde, Movistar+ y Filmin), es, en efecto, brindar una oportunidad a esas mujeres cuya vida sexual nunca fue cuestión prioritaria en el contrato matrimonial.

Si la deriva de la película por momentos parecía atraparnos para tomar, después, un rumbo conservador y con voluntad de dar demasiadas explicaciones para eludir discusiones más transgresoras, sí nos resultó profundamente relevante al saltar a un ámbito extra cinematográfico: el de la conversación social.

“A las mujeres nos han lavado el cerebro para que odiemos nuestros cuerpos. Es un hecho”, escuchamos decir a Emma Thompson en plena rueda de prensa de la película para su presentación en la Berlinale. Y es que la actriz británica protagoniza una de las secuencias más comentadas este año: la de una mujer desnuda que dialoga sincera con su cuerpo de 63 años.

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Sentirse satisfechas con su cuerpo y su deseo jamás fue objeto de discusión con sus maridos, como tampoco un derecho que se sintieran merecedoras de conquistar.

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Entre otras conquistas a sumar este año cinéfilo está la de dotar a personajes femeninos en edad madura de profundidad e interés en sus historias. Según confesaba la propia actriz, aquellos que recibía a sus 40 eran tremendamente aburridos y en todos hacía de esposa. Por fin, con películas como esta, empezamos a tener más ejemplos de mujeres en la madurez que saltan a ser sujetos activos en las tramas de una película.

Relatos de época muy contemporáneos

Este último año, el cine también se ha ocupado de redibujar la imagen que de personajes icónicos nos había llegado hasta la actualidad. En un ejercicio de reparación histórica hacia su figura, la frivolidad o incomprensión que perduraba en los libros de Historia ha dado paso a una idea más aterrizada de cómo fueron y se manejaron esas mujeres con el tiempo que les tocó vivir.

La Sissi Emperatriz que interpreta Vicky Krieps en ‘La emperatriz rebelde’ (Marie Kreutzer, en cines) nada tiene que ver con la dosis de glucosa visual que emanan los clásicos de los años 50 con Romy Schneider a la cabeza. En la versión de 2022, vemos a una Sissi que al cumplir los 40 se ve amenazada por lo que el resto de la corte considera su único fuerte: su belleza. Lo que para algunas personas podría llegar a constituir una fortaleza en sí misma, para ella se convierte en un auténtico castigo.

Por contra, ese retrato oscuro y doloroso de una mujer quebrada nos reconcilia con su figura y nos devuelve a una Sissi más compleja, arrollada por un deseo de estar en el mundo de otra forma que la que la convención social le impone y con una inquietud hacia el saber y el disfrute hasta ahora desconocida para nosotras.

Decía Krieps en una entrevista ante la idea de estar al frente de un personaje antipático: «No está ahí para agradar, sino que es un ser humano real y complejo. Es una mujer que no intenta complacer, sino que el hecho de agradar a los demás se convierte para ella en una enfermedad«.

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Vicky Krieps como Sissi

Si ‘El libro de Catherine’ (Lena Dunham, Amazon Prime Video) llamó nuestra atención fue por estar dirigida nada menos que por la voz de nuestra generación: Lena Dunham. Su último proyecto para cine nos ha regalado el retrato de una memorable heroína adolescente que tiene que hacer frente al imperativo social de su época, esto es, casarse con quien a su caprichoso padre se le antoje.

Birdy, como cariñosamente le llaman en la intimidad, es convertida en moneda de cambio para que toda su familia pueda seguir gozando de una vida llena de lujos. Su respuesta no es la esperada y, contra todo pronóstico, en lugar de suspirar por la llegada de un apuesto pretendiente, sus planes de futuro son radicalmente opuestos. Esta producción de época nos conduce a una imagen de adolescente en la Edad Media que pocas veces vimos así contada en ficción: una joven inteligente, resuelta y con ganas de aventura que se aleja del estereotipo naif y pusilánime que históricamente ha trascendido.

Decía Dunham que a ella le había marcado mucho en su primera lectura del libro el hecho de encontrar a una joven como Catherine y que rompía con lo que ella había leído hasta el momento: «Conecto con lo rara y lo desastrosa que es. Ella es imperfecta, una persona real».

Por su parte, no podíamos cerrar esta terna sin incluir a Lib Wright (Florence Pugh), protagonista de ‘El prodigio’ (Sebastián Lelio, Netflix). En ella encarna a una enfermera envuelta en el fanatismo religioso en el que se ve sacudida una aldea de Irlanda en 1800. Tarea nada fácil cuando hasta los hombres más leídos creen que una niña puede estar más de dos meses sin ingerir alimentos por gracia divina.

Birdy, con tan solo 13 años, no quiere aún oír hablar de matrimonio

No es algo que Florence pasara por alto a la hora de elegir interpretar este papel: «Ya había interpretado personajes de este periodo histórico, pero este papel profundizaba en otro tipo de mujer. Lib es una profesional muy inteligente que lucha contra el peso de la religión, la gente del pueblo y la prensa», declaró.

Los personajes están cambiando, pero también la actitud decidida de quienes los interpretan. Siempre alabamos a las actrices multitask cuando además de protagonizar se ponen a producir o a liderar equipos porque es desde ese lugar desde el que emergen las representaciones femeninas más ricas. Una nueva generación de intérpretes está tomando el testigo.

«Pon buena cara»

Podríamos convertir este artículo en una oda a los personajes femeninos de la segunda temporada de ‘The White Lotus’ (HBO) y, si bien podríamos decir que muchos de ellos se asientan en estereotipos (la que busca el amor, la antipática, la puta), a medida que se suceden los capítulos salen a relucir sus múltiples contradicciones, dando lugar a un enriquecido abanico de representación femenina en series de este último año.

Harper (Aubrey Plaza) odiando todo

La que más lecturas y conversaciones ha acaparado entre nosotras es Harper (Aubrey Plaza). Inteligente y comprometida, de inmediato es tachada de rancia porque no es usual ni aceptable el que una tía no sonría en público si no quiere. Tampoco que sea una fuente inagotable de generar situaciones incómodas solo porque su interlocutor -hombre blanco heterosexual de presumible éxito como lo es Cameron- sea verdaderamente una compañía insoportable.

En lugar de asentir con su narcisista visión del mundo, Harper discrepa en voz alta rompiendo con ese forzado idílico retiro vacacional. Un gesto que nos da muchísimas ganas de imitar. Sus tira y afloja con Cameron han levantado multitud de teorías, que la actriz zanga así: «En términos de personalidad, no creo que sea su tipo. Pero despierta algo en ella, y ese algo es que quiere follar. Lo siento, pero somos todos animales.»

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