Faloplastia: la operación que permite crear o reconstruir el pene

Descubre en qué consiste esta cirugía que permite construir un pene, cómo se realiza, qué implica y qué impacto puede tener en la vida de quienes la eligen.

mayo 8, 2025 Escrito por María Sapiano

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

La faloplastia es una cirugía reconstructiva o de afirmación de género que tiene como objetivo crear un pene. Es una intervención compleja que puede realizarse por diferentes motivos, siendo los más comunes la reasignación de sexo (de mujer a hombre en personas transmasculinas), la reconstrucción tras accidentes o enfermedades, o como tratamiento de ciertas malformaciones congénitas. En cualquiera de los casos, la finalidad es construir un órgano con forma y funciones similares al pene cisgénero, permitiendo mejoras tanto a nivel físico como psicológico para quien se somete a ella.

¿En qué consiste la faloplastia?

La faloplastia consiste en la creación de un pene utilizando tejido de otras partes del cuerpo. Para ello, se realiza un injerto de piel, vasos sanguíneos, nervios y a veces grasa o músculo, que se modela en forma de pene y se implanta en la zona genital. Una de las técnicas más comunes es la faloplastia radial antebraquial, que utiliza piel del antebrazo no dominante. Otras zonas donantes pueden ser el muslo, el abdomen o la espalda.

Este procedimiento suele realizarse en varias fases quirúrgicas, ya que implica reconstruir no solo la forma del pene, sino también funciones como la micción de pie, la sensibilidad táctil y erótica, e incluso la posibilidad de mantener una erección mediante implantes.

Faloplastia

Etapas de la intervención

Generalmente, el proceso de una faloplastia incluye varias fases:

  1. Creación del neofalo: Se extrae un colgajo de piel con vasos y nervios del lugar donante, que se moldea para formar el pene. Este paso puede durar entre 6 y 10 horas y requiere una microcirugía para unir los vasos y nervios al área genital.
  2. Uretrogénesis: Es la reconstrucción de la uretra, que permite orinar de pie. Se puede hacer en la misma intervención que la faloplastia o en una posterior. Es una de las fases más delicadas por el riesgo de complicaciones como fístulas o estenosis.
  3. Implantación de prótesis: Para conseguir una erección funcional, algunas personas optan por implantar una prótesis peneana. Esta etapa se suele hacer varios meses después, una vez que el neofalo ha cicatrizado bien. Las prótesis pueden ser semirrígidas o inflables.
  4. Cirugías complementarias: Algunas personas pueden requerir liposucciones, retoques estéticos, correcciones de cicatrices o reconstrucción escrotal con implantes testiculares.

Resultados y expectativas

El resultado final de una faloplastia varía según cada caso, pero en general, el neofalo puede tener una apariencia realista y permitir una vida sexual satisfactoria. La sensibilidad erótica es posible si los nervios del tejido donante se conectan con los nervios genitales existentes, aunque no todos los pacientes experimentan el mismo grado de sensación.

La capacidad para orinar de pie y el aspecto estético son dos de los logros más valorados por los pacientes. La posibilidad de tener una erección depende de la colocación de una prótesis, ya que el neofalo por sí solo no tiene cuerpos cavernosos.

Que es la faloplastia

Riesgos y complicaciones

Como toda cirugía mayor, la faloplastia implica riesgos. Algunos de los más frecuentes son:

  • Infecciones
  • Hematomas
  • Pérdida parcial del injerto
  • Fístulas urinarias (comunicación anormal entre la uretra y la piel)
  • Estenosis (estrechamiento) de la uretra
  • Rechazo o mal funcionamiento de la prótesis

Además, el sitio donante (como el antebrazo) puede quedar con cicatrices visibles o sensibilidad reducida. Por eso, es fundamental una evaluación médica y psicológica previa que valore si la persona es buena candidata y comprende todos los pasos, beneficios y riesgos de la intervención.

Faloplastia en el contexto de la salud trans

En el caso de las personas transmasculinas, la faloplastia puede representar un paso crucial en su proceso de afirmación de género. Aunque no todas las personas trans optan por intervenciones quirúrgicas, para algunas la construcción de un pene puede ser vital para su bienestar emocional, social y sexual.

En muchos países, esta operación está cubierta por el sistema público de salud o por seguros médicos cuando se enmarca dentro de un tratamiento de disforia de género. Sin embargo, sigue existiendo desigualdad de acceso y falta de profesionales capacitados en algunas regiones.

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