
‘Física o Química’ está de vuelta: ¿sigue siendo tan rompedora como lo fue en la adolescencia millennial?
Una de las series que marcó la adolescencia de muchas está de vuelta. ¿Qué aporta el regreso de esta ficción, más allá de la nostalgia? Una mirada a su regreso a la pantalla
Cuando Física o Química llegó a nuestras pantallas en 2008, lo hizo con la intención de revolucionar el género de las series de instituto en España. Y vaya si lo consiguió. No solo porque tenía una banda sonora que todavía nos sabemos de memoria, sino porque mostraba a adolescentes que se parecían a nosotras y representaban nuestro mundo. Bueno, más o menos.
Sí, había actores que parecían sacados de cualquier instituto de barrio, con acné, cuerpos normales y estilismos de la época que nos dan un poco de vergüenza ajena cuando los vemos ahora. Salvo Maxi Iglesias, AKA Cabano, claro, que si hubiera estado en nuestro instituto… probablemente habríamos ido a clase con más ganas. Pero FoQ no solo hablaba de looks, también nos habló en pleno prime time de temas que hasta entonces no se veían tanto en televisión: sexo sin tabúes, trastornos de la conducta alimentaria, depresión, suicidio… Todo con una naturalidad que, aunque a veces resultara algo exagerada, nos hizo sentir que alguien, por fin, hablaba de lo que nos preocupaba.
Pero, ¿qué pasa con el nuevo Física o Química? ¿Sigue resultando tan rompedora en 2025, después de todas las series de instituto que han venido después?


Educación sexual en FoQ: ¿enseñar o maleducar?
Si algo caracterizaba a la FoQ original era la cantidad de sexo. Mucho sexo. A veces con sentido narrativo y otras veces simplemente porque sí. Pero en un momento en el que la educación sexual en las aulas era (y sigue siendo) deficiente, la serie cumplía un rol: no era un libro de texto, pero al menos mostraba que el deseo existía, que había diversidad en la orientación sexual y que el placer no tenía por qué ser tabú.
En la nueva versión, Física o Química. La nueva generación, han querido mantener esa línea, pero con un enfoque más intencionado. ¿El problema? Que muchos espectadores han sentido que esto se hace de manera demasiado forzada, como si en lugar de una conversación natural estuviéramos viendo un panfleto educativo dramatizado.


Actores guapos: ¿un problema o un gancho?
Otro de los grandes debates en esta nueva etapa de FoQ es el casting. Mientras que en la versión original teníamos una mezcla de perfiles, con caras y cuerpos diversos con los que muchas nos podíamos identificar, en la nueva generación los protagonistas parecen salidos directamente de una agencia de modelos. Esto ha generado opiniones divididas.
¿Entonces, qué aporta Física o Química en 2025?
Con tantas series adolescentes que han surgido después, la pregunta es inevitable: ¿realmente necesitamos un nuevo Física o Química? Quizá la respuesta no sea un sí o un no rotundo. La nostalgia tira, pero los tiempos han cambiado. Las conversaciones sobre sexualidad, salud mental y diversidad ya no necesitan colarse en prime time para que alguien las tome en serio; ahora están en redes sociales, en podcasts, en el cine y en el discurso público en general.


Pero Física o Química 2025 sigue teniendo un valor: el de recordarnos lo que fue ser adolescente, con todas sus contradicciones, dramas y descubrimientos. Tal vez lo que le falta a esta nueva etapa no sea más «concienciación» o actores más reales, sino recuperar lo que hizo que nos engancháramos en primer lugar: la sensación de que estábamos viendo algo auténtico, algo que, por encima de todo, nos hablaba a nosotras.
Imágenes | Antena 3 (Ida y Vuelta productura) y Atresplayer