
Ahora que ya no hablamos del cáncer de mama, hagámonos preguntas: ¿adónde van a parar las recaudaciones solidarias del mes de octubre?
Los expertos recomiendan una sensibilización crítica para mostrar la realidad de la enfermedad y no dejarse llevar por el marketing
“El cáncer de mama no es rosa y con lacitos. Son quemaduras, pellizcos, cortes y cicatrices en tu cuerpo y en tu alma que duran para siempre. Es pastilla tras pastilla, cirugía tras cirugía, quimioterapia y radiación. Es pasar días en el hospital, donde te pinchan y pinchan 10 médicos y 17 enfermeras. Que te saquen sangre tantas veces que ya no te queden venas. Náuseas, dolores, jaquecas y hematomas. Es luchar cada día por tu vida y enfrentarte al miedo y decir: ¡hoy no!”. Así explica Clara Pablo, una alta ejecutiva de la industria musical, cómo es realmente tener cáncer de mama. Una realidad que se aleja del rosa pastel que inunda octubre cada año.
Es por eso que la crítica al pinkwashing respecto al cáncer de mama es cada vez más extendida. El término, usado en general para la apropiación comercial del universo LGTBIQ+, también podríamos aplicarlo al cáncer de mama y el uso que se hace de la enfermedad para promover intereses comerciales o de imagen, sin contribuir de forma significativa a la causa. Cada año, durante el mes de octubre, múltiples empresas y marcas adoptan la reconocida iconografía o se involucran en campañas de sensibilización de forma puntual. Pero la pregunta central es, ¿contribuyen realmente a luchar contra la enfermedad?
En este sentido, esta reflexión colectiva también pone sobre la mesa el hecho de que la comercialización de iniciativas sea precisamente con el cáncer de mama, una enfermedad que afecta especialmente a mujeres, y no con otro tipo de cánceres. Y es que el origen del lazo rosa, ahora símbolo mundial de la concienciación de la enfermedad, corresponde precisamente con el inicio de su representación comercial.


Fue en 1990 cuando Charlotte Haley, una superviviente de cáncer de mama, comenzó a crear lazos de color melocotón, su color favorito, para concienciar sobre la falta de fondos dedicados a esta enfermedad. Haley distribuía estos lazos junto con tarjetas que denunciaban que solo un pequeño porcentaje del presupuesto del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos se destinaba a la prevención. Cuando las compañías Estée Lauder y la revista Self le propusieron usar su lazo para una campaña de mayor escala, Haley rechazó la oferta, argumentando que las empresas tenían un enfoque demasiado comercial. Para evitar problemas legales, los promotores de la campaña cambiaron el color del lazo a rosa.
Lo importante en este sentido es quizá, como consumidoras, saber cómo evitar contribuir al pinkwashing del cáncer de mama, que no deja de perjudicar a la concepción social sobre el cáncer de mama, una enfermedad que continúa siendo la primera causa de muerte por cáncer, según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer. Y, más allá del mes de octubre, preguntarnos dónde va parar ese capital generado a través de campañas y acciones comerciales.
¿Cómo elegir nuestras donaciones? El papel como consumidoras
Una de las cuestiones más importantes a la hora de apoyar la lucha contra el cáncer es saber dónde se está contribuyendo y para qué será realmente utilizado ese dinero. Y sobre todo, en qué porcentaje. Es por eso que profesionales del ámbito sanitario como Mónica, oncóloga en un reconocido hospital público madrileño, recomiendan donar a grupos de investigación contra el cáncer como Geicam o a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), cuyos ingresos van dirigidos directamente a tal fin, sin intermediarios ni otros objetivos paralelos.
Por un lado, Geicam se define como un grupo líder en investigación en cáncer de mama en España, integrando también un reconocido prestigio internacional. Está constituido por más de 900 expertos en más de 200 centros de toda España. Entre sus objetivos principales está la promoción de la investigación clínica, epidemiológica y traslacional, la formación médica continuada y la divulgación. Por otro lado, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) es una entidad científica, sin ánimo de lucro, creada con la misión de incentivar el progreso en el conocimiento científico del cáncer, a través de la formación y perfeccionamiento de médicos especialistas en Oncología. Cuenta con más de 2.500 socios y es presidida por un reconocido oncólogo médico que cambia cada dos años.
“Hay muchos subtipos de cáncer de mama y muchísimos proyectos. Entonces, ‘dono para el cáncer de mama’, ¿eso qué significa? ¿Estás donándolo para un proyecto en concreto? ¿A la farmacéutica para gestionar un ensayo clínico? ¿Al laboratorio? ¿Cómo y cuánto se donará?”, cuestiona Mónica.
“Es un poco polémico el tema. Concienciar a la población de que es una enfermedad que existe, que una parte importante de la sociedad la sufre, y que, por tanto, se creen grupos de ayuda gracias a la publicidad, yo creo que es positivo. Eso genera interés y hace que se investigue más. Está bien. Pero también creo que no es del todo transparente con la gente porque, ¿hasta qué punto se va a aportar dinero a la causa?”, señala la oncóloga.
Como ciudadanas, ¿qué hacer a la hora de consumir o colaborar con otras iniciativas fuera del ámbito sanitario? La inmensa mayoría de artículos que vemos cada octubre teñirse de rosa para apoyar la causa tienen que ver con productos cuyo uso se asocia a las mujeres, especialmente cosméticos y artículos de higiene femenina.
“Hay muchos subtipos de cáncer de mama y muchísimos proyectos. Entonces, ‘dono para el cáncer de mama’, ¿eso qué significa? ¿Estás donándolo para un proyecto en concreto? ¿A la farmacéutica para gestionar un ensayo clínico? ¿Al laboratorio? ¿Cómo y cuánto se donará?”, cuestiona Mónica, oncóloga en la sanidad pública española.
Al indagar en cuánto contribuyen las empresas en cada venta, podemos hacernos una idea del nivel de apoyo que realmente se aporta. Algunas compañías como Estée Lauder o Tous crean y venden productos específicos para la causa e indican que el 100% de las ventas irán destinadas a apoyar asociaciones como la Breast Cancer Research Foundation (fundada por Evelyn H. Lauder, creadora también de la marca cosmética), o la Asociación Española Contra el Cáncer, respectivamente.
Sin embargo, en la mayor parte de casos nos encontramos con marcas que señalan que donarán un porcentaje de ganancias, que suele situarse igual o por debajo del 10 %. Algunas, a pesar del alcance que tienen y su vinculación pública con el cáncer de mama, realizan aportaciones reducidas.
Por ejemplo, Ausonia, uno de los nombres que más resuena en la promoción de iniciativas contra el cáncer de mama (y no solo en octubre, sino todo el año) indica donar 0,06 euros por envase de productos de higiene femenina. Según la marca, lo correspondiente al coste de un minuto de investigación contra la enfermedad, aunque eso suponga menos del 3% del coste final medio de sus productos de uso más frecuente (entre 2-3 euros, aunque cabe tener en cuenta que este lo determina la superficie donde se vende finalmente).


Otro aspecto a tener en cuenta es fijarse en la entidad a la que la marca dice estar donando, ya que, en España, al igual que en otros países, existen antecedentes de estafas millonarias en la supuesta donación por la lucha del cáncer, como los casos de la Fundación Cibi o el resonado Paco Sanz. En este sentido, para saber si una entidad es fiable o está acreditada para llevar a cabo los objetivos que promueve, es recomendable buscarla en el portal de la Fundación Lealtad.
La Fundación Lealtad es una organización independiente y sin ánimo de lucro que se dedica a promover la transparencia y las buenas prácticas de las organizaciones no gubernamentales (ONG) en España. Su objetivo principal es ofrecer confianza a los donantes, ayudándolos a tomar decisiones informadas sobre las organizaciones a las que desean apoyar. La entidad posee un buscador donde desglosa cada organización teniendo en cuenta su misión y transparencia.
En este sentido, organizaciones de consumo como FACUA también señalan que es importante que los consumidores investiguen estas iniciativas solidarias para asegurar que las aportaciones lleguen realmente a donde se busca.
«La recomendación que nosotros realizamos es que los consumidores tienen que indagar hasta qué punto esta empresa colabora, y si realmente es un porcentaje elevado o no. Y otra cosa importante es qué se entiende concretamente por investigación contra el cáncer«, indica a Bloom el vicepresidente de FACUA, Miguel Ángel Serrano. «Si por un casual el consumidor termina detectando alguna empresa que está encubriendo una conducta totalmente engañosa, es importante que lo denuncie ante la autoridad competente», añade.
De acuerdo con la entidad, la información de a dónde se está contribuyendo con los beneficios de la marca debería aparecer igual de visible que la propia publicidad de la misma, y el consumidor tiene derecho a solicitar y obtener información de la compañía sobre a dónde destinan sus ingresos y el uso de estos. “Aquí está la dificultad para el consumidor de ser realmente crítico. Qué y para quién se está donando puede ser un factor determinante a la hora de adquirir estos productos o no”, señala.
La transparencia de las donaciones a la lucha contra el cáncer en España
A la hora de participar en una iniciativa o evento solidario contra el cáncer también cabe plantearse qué cifra final será donada a la investigación y/u otras acciones. Por ejemplo, la Carrera de la Mujer, de las más grandes a nivel nacional, tiene la lucha contra esta enfermedad como uno de los pilares para la celebración del evento, ¿pero cuánto aporta realmente a tal fin?
En 2023, 108.000 mujeres participaron en las 9 convocatorias estatales de la carrera. El coste de los dorsales se ubica entre 14-20 euros (aunque hay que tener en cuenta que también se ofrecen algunos dorsales gratuitos a entidades sociales). O sea, un coste medio de 17 euros. Haciendo una sencilla multiplicación, solo con estos elementos, se calcula que la carrera recauda en torno a 1.836.000 euros, aunque solo dona 189.582 euros (poco más del 10%). La mayor parte se dirige a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y a “otro tipo de proyectos solidarios y científicos, fundaciones y ONG’s que han destacado por su lucha contra el cáncer”. Indican desde la organización que “en sus 19 años de historia”, se han donado a la batalla contra el cáncer un total de 1.779.277 euros.
Algo similar pasa con eventos del estilo Por Ellas, el concierto solidario de Cadena 100, según señaló la organización TetayTeta. En 2023, el evento hizo sold out en el WiZink Center de Madrid (15.000 personas), con entradas a 53 euros, recaudando aproximadamente un total de 790.000 euros, aunque solo se donaron 59.000 euros a la AECC.
La Asociación Española Contra el Cáncer es la entidad de referencia para la lucha contra la enfermedad en España. Según su misión, ayuda a pacientes y familiares durante la enfermedad a través de programas de asesoramiento de recursos y autocuidados, atención sanitaria, psicológica y social, alojamiento en pisos y residencias durante el tratamiento, orientación laboral, voluntariado de acompañamiento y campamento para niños con cáncer. Además, también financia programas de investigación de la enfermedad y brinda apoyo a diversas entidades.
Según sus informes de cuentas de 2023, reúne 121,7 millones de euros de ingresos en su actividad propia, principalmente a través de cuotas de asociados y afiliados (78,9 millones), ingresos de promociones y colaboraciones (21,5 millones), subvenciones (17,3 millones), donaciones y legados (3,4 millones), aportaciones de usuarios (82.000 euros), además de otras cifras algo más secundarias. Luego se detallan los gastos: la cantidad que la AECC dedica a ayudas es de 34,6 millones de euros, de los cuales 32,3 millones son ayudas monetarias.
De estos gastos por ayudas, 29,3 millones de euros son ayudas a entidades para la investigación sobre el cáncer y 32.070 euros son ayudas a otro tipo de entidades. Aproximadamente 3 millones son ayudas monetarias a enfermos, 1,2 millones son ayudas no monetarias. El resto son gastos por colaboraciones y del órgano de gobierno (662.676 euros) y del reintegro de subvenciones, donaciones y legados (326.464 euros). Si tenemos en cuenta que los ingresos en 2022 de la entidad fueron de 105,5 millones de euros, se puede considerar que la entidad habría destinado el equivalente al 32% de estos ingresos a ayudas a entidades contra el cáncer.
Según un informe de la Fundación Lealtad, en 2019 la AECC dedicó una cantidad superior a la captación de fondos (22,8%) a la orientada a la investigación (20%). Brindó un 30,6% de sus gastos en materia de apoyo y acompañamiento, y un 10,7% en información y prevención.
Para contar con el criterio de la Asociación Española Contra el Cáncer en este reportaje nos hemos dirigido a la misma en varias ocasiones, sin obtener respuesta.
La AECC dirige sus ayudas principalmente a su Fundación Científica, creada en 1971 y cuya actividad principal es “la financiación de ayudas a la investigación biomédica, así como el apoyo a la formación a científicos y profesionales del ámbito de la oncología a través de convocatoria pública”.


Según su auditoría, los ingresos recibidos en 2023 superan los 31,1 millones de euros, en su mayoría ingresos de promociones, patrocinadores y colaboraciones (18,6 millones) y subvenciones (11,6 millones). La mayoría de sus gastos se destinan a ayudas monetarias (27,9 millones de euros): 27,7 millones de euros en ayudas monetarias a entidades y 121.318 euros en becas. En su informe fiscal se aportan detalladas las respectivas listas de beneficiarios.
Otro de los elementos más comentados en el panorama de las grandes donaciones en España son las aportaciones millonarias de Amancio Ortega. En 2017, la Fundación Amancio Ortega cerró acuerdos con 15 comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad por los que ofrecía donar 309 millones de euros para adquirir los equipamientos médicos que los ejecutivos considerasen prioritarios (en su mayoría mamógrafos digitales para el diagnóstico del cáncer de mama. Según informó Público, tales aparatos, adquiridos por las comunidades mediante licitación pública y la posterior transferencia del dinero de la fundación, ya estaban funcionando en su mayoría dos años después, en 2019.
Solo con tales donaciones, Amancio Ortega e Inditex obtendrían un beneficio fiscal de entre 108 y 123 millones de euros. “La normativa tributaria permite desgravar en el en el IRPF y el Impuesto de Sociedades, respectivamente, el 35% de las aportaciones empresariales y el 40% de las societarias a las fundaciones que realizan donaciones de este tipo. En ambos casos, con un límite en el 10% de la cuota anual, pero con la posibilidad de distribuir el exceso en los diez ejercicios siguientes”, explica el mencionado diario en conversaciones con Carlos Cruzado, presidente del sindicato de técnicos de hacienda Gestha.
Las cifras y ejemplos evidencian ciertas contradicciones e intereses comerciales, aunque, por supuesto, muchas acciones generan realmente una repercusión positiva en las pacientes. El mes de la lucha contra el cáncer de mama sigue siendo un momento clave para concienciar sobre la enfermedad, pero es fundamental que esta sensibilización se haga de forma crítica, sin enmascarar la realidad de las quienes la viven. Y que dure más allá de octubre, que sea una constante todo el año, de octubre a octubre.