María Pombo está embarazada, pero lo supimos antes de que ella lo contara. ¿Por qué nos obsesiona tanto adelantarnos a los anuncios personales?

Lo vemos durante el embarazo de mujeres famosas que tienen mucha repercusión, pero la realidad es que esto nos pasa a miles de nosotras en nuestro día a día.

julio 16, 2025 Escrito por Noelia

Redactora especialista en Salud Femenina, con más de diez años de experiencia en esta temática. Posgrado en Periodismo Digital por la Universidad Rey Juan Carlos.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Dulceida, María Pombo, Paula Echevarría, Laura Matamoros… Todas tienen en común que son mujeres jóvenes, independientes y muy activas en redes sociales. Pero, también, que han tenido que vivir cómo alguien les arrebataba la decisión de cómo, cuándo y a quién contar algo tan íntimo como un embarazo.

Para sorpresa de nadie, el embarazo de la mujer parece que continuamente es un tema de dominio público. Desde las preguntas incómodas sobre cuándo vas a quedarte embarazada, las miradas a medio camino entre el reproche y la lástima si dices que no lo tienes claro (o directamente que no quieres), el acoso de las clínicas de fertilidad y las noticias que destapan embarazos de famosas que todavía no han abierto la boca, todas hemos vivido esto en alguna ocasión.

Si, como Dulceida o María Pombo, tienes además un interés mediático, apaga y vámonos. Los bulos y noticias sobre nuestro cuerpo se multiplican. ¿Vamos a parar en algún momento?

¿Cuándo vas a ser mamá?

Parece que hemos nacido con el único objetivo vital de convertirnos en madres. Y sin duda es una experiencia maravillosa. Pero no es para todas. Bien porque exista algún problema que lo impida (de salud, económico, etc.) o bien simplemente por una elección libre, hemos normalizado que nos pregunten a todas horas, sobre todo a partir de cierta edad, cuándo “nos vamos a animar”. Y ahí estamos, una y otra vez dando las mismas explicaciones a personas a las que lo que hagamos con nuestro cuerpo les debería importar más bien poco.

Lo vivimos en primera persona, lo vemos en nuestro círculo de mujeres más cercano y también en las alfombras rojas y photocalls. Una pregunta fuera de lugar, que no deberíamos formular en voz alta especialmente en determinados ambientes. Porque no es lo mismo estar cenando en casa con nuestra mejor amiga y que salga el tema a que un periodista acorrale a una mujer mientras está trabajando.

El tic tac del reloj biológico

Hace poco vi un vídeo súper interesante en el canal de YouTube de ‘Un café con Alma’. En él, la chica cuenta cómo fue su proceso de congelar óvulos y cómo se topó con muchos profesionales sanitarios que prácticamente la juzgaban por no ser madre todavía.

Una situación que, lamentablemente, se repite a diario en ginecólogos, clínicas de fertilidad y hasta en el médico de cabecera. Un profesional médico debe aconsejar y guiar, sin que sus prejuicios puedan afectar tanto a una decisión tan importante como la que tenía que tomar Alma.

El acoso en los medios

Nos encanta que cada vez se hable más de salud, pero sin acoso. Y no nos engañemos: que una revista decida filtrar el supuesto embarazo de María Pombo es una faena para ella y el resto de la familia que tal vez han decidido vivir las primeras semanas con discreción. Y están en todo su derecho, por muy personajes públicos que sean.

dulceida

Le ocurrió lo mismo a Dulceida, a la que cuando estaba embarazada de pocas semanas le preguntaron y lo negó todo, aunque finalmente se confirmó que era cierto. El de Laura Matamoros lo anunciaron a bombo y platillo en ‘Sálvame’. Paula Echevarría también lo sufrió en sus carnes. Incluso, Marta Pombo no pudo vivir la ilusión de contar a sus allegados que esperaba mellizos, porque los medios de comunicación también se le adelantaron.

Demasiados ejemplos para un problema que vivimos todas. Seamos famosas o no, nuestros embarazos interesan, generan conversación y juicios de valor y pasan de boca en boca sin que, en muchas ocasiones, nosotras hayamos llegado a decir ni mú. Nosotras somos las únicas que deberíamos tener la decisión de cuándo y cómo contarlo.

Hablar de salud femenina, sí. Hablar de nuestros cuerpos, no. Hay una sutil pero importante diferencia.

Imágenes | Barcex via Wikimedia Commons (María Pombo) | Rincón Friki via Wikimedia Commons (Dulceida)

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