No estoy en la menopausia, pero a mi regla le pasa algo: descubre la ataxia menstrual, tu ciclo a partir de los 40
Ciclos de 35 días o de 15, cambios hormonales, de humor o sofocos ocasionalmente… Te contamos cómo puede cambiar tu regla a partir de los 40.
Mucho antes de que llegue la menopausia, nuestro cuerpo empieza a experimentar cambios hormonales. La etapa de transición anterior a la premenopausia y la menopausia se llama perimenopausia, suele vivirse a partir de los 40 años y trae consigo algunos síntomas físicos y emocionales y muchos cambios en la menstruación.
La perimenopausia puede ser corta o llegar a durar unos ocho años y su afección puede ser variable, hay mujeres que viven los cambios de forma tan gradual que resultan imperceptibles y otras que sufren más en esta etapa que en la premenopausia o la menopausia. Analizamos por qué a veces se produce ataxia menstrual, cómo cambia la regla a partir de los 40 y por qué se generan esos cambios.
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Ataxia menstrual, ¿qué es?
La transición hormonal hacia la menopausia se produce por la falta de trabajo de los ovarios, que empiezan a frenar su actividad y su producción de hormonas de forma progresiva en torno a los 40 años y eso se traduce en menstruaciones irregulares. Pero a veces esas irregularidades que llamamos ataxia menstrual llegan incluso antes de los 35 años.
La insuficiencia ovárica y otras patologías no necesariamente relacionadas con el aparato reproductor femenino podrían derivar en ataxia menstrual, pero hay también otras causas transitorias que pueden provocar esta aceleración de pérdida hormonal, como un cambio brusco de peso, situaciones de estrés importante, algunos medicamentos o trastornos alimentarios.
Si tienes sospechas de estar sufriendo ataxia menstrual, pide cita con tu gine para que pueda hacerte un estudio hormonal u a otras pruebas diagnósticas y para que te recomiende, si es necesario y conveniente, un tratamiento para superar la ataxia menstrual, especialmente si te estás planteado quedarte embarazada.
Así cambia la regla en la perimenopausia
La perimenopausia es la etapa del climaterio en la que el organismo todavía libera óvulos pero que va reduciendo poco a poco los niveles de estrógenos. Aunque podría llegar antes, por regla general, las mujeres viven la perimenopausia entre 40 y 51 años de edad y entran en esta etapa sin ser demasiado conscientes porque los síntomas suelen ser leves y presentarse de forma progresiva.
Como ya sabemos de sobra, en la menopausia disminuyen notablemente los niveles de progesterona y los estrógenos provocando algunos síntomas más o menos acusados. Como en la perimenopausia los óvulos empiezan a funcionar a medio gas, comienzan a descender esos niveles hormonales y por eso aparecen poco a poco síntomas perimenopáusicos como irritabilidad, insomnio, cambios en el estado de ánimo, sofocos y alteraciones en la menstruación.
De la misma manera que ocurre con las reglas irregulares en la adolescencia, en la perimenopausia la ovulación no tiene por qué llegar puntual a su cita mensual y hay ciclos en los que nuestros ovarios no ovulan. Por eso, además de otros síntomas físicos y psicológicos de la perimenopausia, el cambio más visible de esta etapa se nota en la regla al igual que en los casos de ataxia menstrual aislada.
Estos son los cambios habituales de la menstruación en la perimenopausia y la ataxia menstrual:
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Tiempos
Los ciclos ya no son regulares y la regla puede retrasarse un mes y adelantarse mucho al mes siguiente. También son habituales las ausencias durante algunos meses.
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Duración
En la perimenopausia, algunas menstruaciones pueden durar apenas tres días o prolongarse algo más de una semana.
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Sangrado
La cantidad de flujo también varía. Puede haber ciclos en los que apenas hay sangrado y otros en los que el flujo es muy abundante.
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Dolor
Es habitual que en la menopausia algunas reglas sean súper dolorosas y otras apenas causen síntomas físicos. Lo mismo ocurre con el SPM.
Lo ideal es hacer un seguimiento del ciclo menstrual apuntando en una libreta los días de la regla o utilizando alguna app, que suelen ser muy fáciles de usar. Si los desarreglos son exagerados o el dolor insufrible, obviamente sería conveniente acudir al gine para asegurarte de que no tienes ninguna otra patología.