Ansiedad en verano: ¿por qué me da el bajón cuando se supone que debo estar pletórica?
Es el momento de disfrutar, pero tú te sientes ante un abismo. Tranquila, ¡no estás sola!
Llegan el verano, las vacaciones, los días largos, los planes infinitos, pero… oh, oh: hay algo dentro de ti que parece ir al contrario de lo que dicta el resto del mundo. En lugar de ponerte el disfraz de disfrutona te sientes angustiada, duermes mal, se apodera de ti una sensación de pánico… Y te preguntas si, al igual que el resto del país, no podría la ansiedad irse de vacaciones.
Ansiedad en verano: ¿por qué aparece?
Es una época que asociamos con relajarnos y disfrutar, pero no todas lo vivimos con alegría y calma. Para muchas de nosotras el verano supone un parón capaz de ponernos ante un abismo que, si bien hemos normalizado el resto del año, durante estos meses se nos antoja extraño.
La ansiedad no combina con los mojitos, ni con las tardes de piscina, ni con los paseos nocturnos bajo el cielo estrellado, pero da igual. Como cualquier otro trastorno mental no se toma vacaciones, aunque el universo nos pida que dejemos todo de lado y nos entreguemos a la crema solar y las bachatas.
De hecho, precisamente eso, sentir que es algo que no deberíamos sentir en ese momento, puede hacer que durante el verano seamos más “torpes” a la hora de enfrentarnos a la ansiedad.
Explicar por qué aparece en esta época del año es tan complejo como en cualquier otra. La ansiedad depende de factores personales, si bien es cierto que en verano puede que el calor “ayude”: nos sentimos aletargadas y descansamos peor por las noches, por ejemplo. Pero no podemos culpar únicamente a las altas temperaturas, ya que existen otros factores que también alteran nuestras emociones.
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Tenemos más tiempo libre en general, por lo que es habitual que pasemos más tiempo con personas con las que normalmente compartimos menos horas. El roce hace el cariño, pero también pueden aumentar los conflictos.
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Si tienes vacaciones, puede que sientas una punzada dentro de ti que te haga sentir “vacía”. Vivimos en una sociedad multitasking que a menudo nos impide disfrutar del tiempo libre. Por eso muchas de nosotras cuando dejamos de trabajar nos sentimos estresadas, ansiosas, ¿inútiles?
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La expectativa mata. No todos los veranos significan hoteles en Maldivas a pie de playa. Hay muchas realidades que pueden llevarnos a pasar un verano mucho más “modesto”: desde no tener vacaciones a no poder permitirnos viajar, tener que atender a alguna persona o, sencillamente, no disfrutar con ese tipo de viajes, yendo en contra de las corrientes actuales y de la dictadura de Instagram.
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Poner muchas esperanzas en la vuelta al cole. Para muchas, el año comienza en septiembre y nos hacemos muchas promesas: mejorar nuestras skills para aspirar a un trabajo mejor, apuntarnos al gym, comenzar con una nueva rutina del tipo que sea… Y eso también nos genera ansiedad. ¿Y si no somos capaces de llevar a cabo esas mejoras?
¿Cómo podemos gestionar la ansiedad en verano?
Hacer frente a la ansiedad en cualquier época del año puede resultar una tarea compleja. En los meses de más calor tenemos el añadido de las altas temperaturas que nos dejan chof y del imperativo social de la felicidad estival. Aunque agosto es un mes donde casi todos los profesionales cuelgan el cartel de vacaciones, seguro que eres capaz de encontrar ayuda profesional psicológica si crees que lo necesitas.
Nadie mejor que una psicóloga para tratar contigo de manera individualizada las causas de tu ansiedad en verano o en cualquier época del año.
No obstante, te dejamos algunos tips que puedes poner en práctica para rebajar la ansiedad en verano:
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Cuida tu cuerpo
El movimiento ayuda a nuestro sistema nervioso a relajarse. Elige alguna actividad que te guste, preferiblemente al aire libre a las horas que esto sea posible: caminar al atardecer, pasear en bici, nadar…
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La alimentación también influye
Las comidas copiosas o con grasas no saludables nos pesan ahora mucho más que en los meses de invierno. Opta por alimentos nutritivos y ligeros que te den energía: frutas, verduras, cereales…
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Mantén tus niveles de hidratación
Es más importante que nunca beber mucha agua, infusiones fresquitas, zumos naturales… Cuando a nivel físico nos sentimos bien, ayudamos al equilibrio mental.
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Respeta lo que tu cuerpo siente
El calor puede limitar tu productividad y no pasa nada. Acepta que es normal que tu rendimiento sea algo más bajo que en épocas en las que la temperatura es más llevadera y trata de adaptar tus actividades a estas circunstancias.
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Es momento de disfrutar al aire libre
Sobre todo si estás en la naturaleza, pero, si no te apetece, puedes hacer actividades en casa que te relajen: leer, ver pelis, pintar, practicar yoga…
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Date tiempo y abre un espacio a la improvisación
No hace falta que todo esté planeado, sobre todo si es eso precisamente lo que te hace sentir ansiedad. Permite que tu mente y tu cuerpo se relajen y escucha lo que necesitan en cada momento en lugar de marcar un agenda estricta.
Como ves, la ansiedad en verano puede ser el resultado de una combinación de factores, como por ejemplo el calor, la presión social y la alteración de rutinas. Sin embargo, con una comprensión profunda de estos desencadenantes y la implementación de estrategias de cuidado personal es posible disfrutar de esta temporada sin sentirnos abrumadas por la ansiedad. Nuestro bienestar emocional es, ahora y siempre, nuestra prioridad.