Juntos, ¿pero no revueltos? Así es tener una relación «living apart together»

Independencia, pasión y cero discusiones por a quién le toca limpiar el baño. ¿No estaremos ante el modelo perfecto de relación? Pregunto.

septiembre 25, 2024 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

¿Es necesario vivir juntos para tener una relación sólida o comprometerse emocionalmente con alguien? Las parejas que optan por el modelo living apart together (LAT) dicen que no. Quienes optan por la no convivencia, es decir, que cada uno tenga su casa, dicen disfrutar de la mejor parte de la relación manteniendo su espacio e independencia. ¿Suena a equilibrio perfecto?

living apart together

¿Qué son las relaciones LAT?

El esquema tradicional lo conocemos todas: chicx conoce a chicx, se gustan, se hacen novixs y, después de un tiempo, se van a vivir juntxs. Este tiempo no está estipulado porque muchas veces no es tanto la necesidad imperiosa de compartir despertares como la de compartir gastos.

Con el problema actual de acceso a la vivienda y los precios creciendo como la espuma tanto en alquiler como en compra, la decisión de convivir a veces se sustenta más en la necesidad (no podemos pagar cada unx nuestro propio piso) que en dar un paso más en la relación. Sea como fuere el final es el mismo: dos cepillos de dientes en el baño, armarios a compartir, concesiones y negociaciones más o menos constantes. Y está genial. 

Sin embargo, hay quien, teniendo esta opción, sugiere una alternativa: living apart together. Este modelo de relación niega que compromiso y convivencia vayan de la mano. Las parejas LAT tienen la misma implicación emocional que cualquier otra, pero deciden mantener su espacio, independencia y autonomía. Es decir, cada unx vive en su propia casa y comparten tiempo cuando así lo eligen ambxs. 

living apart together

Para muchas parejas, vivir juntos puede generar roces y desgaste emocional derivados de la rutina diaria: discusiones sobre tareas domésticas, horarios incompatibles o la necesidad de espacio personal. En cambio, las parejas LAT se permiten mantener su individualidad sin renunciar al romance o la conexión emocional. 

Así es una relación LAT

Para conocer de primera mano este tipo de parejas hemos hablado con Marta (45 años). Ella mantiene una relación de este tipo, pero no siempre optó por este enfoque. Antes de su actual novio, tuvo otros. Con dos de ellos convivió: el primero de manera muy inmediata por el “imperativo inmobiliario” del que hablábamos antes y con el segundo lo hizo de una manera más sopesada, llegando a hacerse pareja de hecho y a compartir una hipoteca. “Entendía que si te echabas novio en un momento dado tenías que irte a vivir con él, no me planteaba vivir separados”, explica.

Sin embargo, cuando esta segunda relación terminó, tuvo claro que no quería renunciar a volver a tener pareja, pero no quería dar ese paso de compartir alojamiento. “No es un problema de convivencia, es un problema de independencia. Me gusta vivir sola, tener mi vida, mis gatos. No quiero luchar eso”, añade.

parejas que viven separadas

Para ella es la opción más sana de relación ahora mismo: ella y su novio eligen cuándo quieren estar juntos y cuándo separados. Pasan muchas noches seguidas durmiendo en una casa o en la otra, pero, al final, cada uno tiene su espacio. “Puedo parecer maniática, pero simplemente me gusta tener mi casa y mi vida como me da la gana. Me gusta compartir mi vida con alguien, no mi espacio”, remarca. 

Cuando le pregunto si es una decisión para siempre, se muestra flexible, porque, al final, la vida da muchas vueltas y se puede cambiar de parecer tantas veces como haga falta. Es por eso que no niega que en un futuro pueda querer volver a convivir, pero, de momento, ninguno de los dos se lo ha planteado y les va bien así. Entre las ventajas que ella ve en este modelo es que no tiene que renunciar a nada y se evita ese punto de desgaste que siempre da la convivencia. En el otro lado, de vez en cuando ha encontrado juicio: hay a quienes les parece que, si no conviven, la relación no es seria. “Todo lo que se salga de la normatividad se juzga”, concluye. 

parejas que no viven juntas

Lo mejor vs lo peor de este tipo de relación

Lo +

  • Independencia.

    Cada unx sigue siendo dueñx de su tiempo y su espacio. Esta autonomía fomenta una relación más equilibrada y menos dependiente.

  • Fuera tensiones diarias.

    Que si no has hecho la compra, que si has dejado pelos en la ducha, que si te espero a cenar. Todo eso o se minimiza o directamente desaparece para dejar, en principio, lo mejor de la relación.

  • Verse menos puede implicar más intensidad a la hora de estar juntxs.

    Se valoran más los momentos compartidos y, paradójicamente, esta distancia puede ayudar a mantener la chispa.

  • Más flexibilidad.

    Es un enfoque ideal para personas con hijxs a su cargo o que viajan mucho por trabajo o, que simplemente y como señalaba Marta, les gusta estar a su bola en su propio espacio.

parejas que no conviven
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Quienes han vivido solxs durante un tiempo y han pasado por la experiencia de un convivencia fallida son más proclives a ver las ventajas de este enfoque.

Lo –

  • Juicio social.

    Como señalaba nuestra entrevistada, desde fuera estas relaciones pueden parecer menos serias y no ser valoradas socialmente como deberían, es decir, como una pareja como cualquier otra.

  • No es para todo el mundo.

    Hay quienes pueden sentirse insegurxs y no confiar en la estabilidad de la relación precisamente por el acto de no convivir. Huelga decir que ambas personas tienen que estar perfectamente alineadas -al igual que al tomar cualquier otra decisión.

     

    Tampoco parece la opción más adecuada si se quieren tener hijxs en común.

  • Es una opción privilegiada hoy en día.

    Mantener dos hogares independientes no es accesible para todo el mundo, lo que nos lleva a pensar que lo personal también es político/económico.

Las relaciones LAT son una expresión de la diversidad de formas que puede tomar el amor y el compromiso. Al final, cada pareja debe encontrar la dinámica que mejor funcione, al margen de los imperativos sociales. 

Fuentes:

  • Avannza. (2024, marzo 1). LAT o Living Apart Together: ¿en qué consiste este modelo de relación?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/pareja/lat-living-apart-together
  • The Guardian (2024, mayo). Are you a LAT couple enjoying living apart together?. Eva Wiseman. https://www.theguardian.com/lifeandstyle/article/2024/may/19/are-you-a-lat-couple-enjoying-living-apart-together

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