Dolor de tetas: te contamos qué es la mastalgia
El término médico «mastalgia» define una dolencia muy común entre nosotras. ¿Pero hasta qué punto debemos preocuparnos? Spoiler: el ciclo menstrual es el causante nº1
Una mañana, te despiertas con los pechos hinchados, doloridos y extremadamente sensibles: hasta el roce de la camiseta del pijama te incomoda. ¿Te suena esta escena? Entonces sabes lo que es la mastalgia, el término médico que define lo que nosotras resumimos en “dolor de tetas”.
Mastalgia: qué es ¿?
Todo lo relacionado con la salud del pecho nos preocupa y hace saltar nuestras alarmas, pero la mastalgia es una afección muy común y, en la mayoría de los casos, no presenta complicaciones ni requiere de tratamiento. Es decir, don’t panic: ese dolor en los senos no es un síntoma de cáncer de mama (de hecho, los tumores malignos no suelen ser dolorosos, como te contamos en este artículo sobre los bultos del pecho y la autoexploración).
Pero, para nuestra tranquilidad y para avanzar en el viaje hacia el autoconocimiento que muchas estamos iniciando, nada como saber dar respuesta a esas preguntas que nos inquietan.
¿Por qué me duelen las tetas? Causas y tipos de mastalgia
Llegadas a este punto, es importante resaltar que la mastalgia más común es la que está ligada al ciclo menstrual. Las hormonas (cómo no) son las causantes de esa inflamación, hipersensibilidad y dolor -y, también, del aumento de talla con el que nos encontramos cada mes unos días antes de la menstruación.
La mastalgia cíclica aparece tan puntual o impuntual como tu síndrome premenstrual y puede afectar a los dos pechos o solo a uno, expandiéndose incluso a la axila y el brazo. La explicación científica de por qué nos duele el pecho en esta fase es que los niveles de estrógenos y progesterona fluctúan, lo que provoca que las mamas retengan líquidos y que los conductos del pecho aumenten su volumen (incluso podemos palparlos en las zonas laterales y superiores).
¿Lo bueno de estos síntomas? Que nos anuncian, casi con la precisión de un reloj suizo, cuándo vamos a tener la regla. Y que, a los pocos días del inicio de la menstruación, se desvanecen y devuelven nuestras tetas a su tamaño habitual.
Otras causas del dolor de tetas
Pero hay otro tipo de mastalgia, la que no está ligada al ciclo menstrual. El dolor es distinto, más agudo y localizado en una única zona del pecho, y no desaparece tras la menstruación. ¿A qué puede deberse un dolor así? Lo más común es que esté ligado al sistema muscular y esquelético, es decir, a un tirón en el pectoral o en el hombro o a una inflamación de los cartílagos que conectan las costillas y el esternón, conocida como costocondritis.
No son las únicas causas del dolor de senos fuera del ciclo menstrual. A ellas se suman otras menos comunes como estas:
- Un mal uso del sujetador, especialmente si tienes mucho pecho. Elegir nuestra talla correcta, tanto en copa como en contorno, no es solo una cuestión estética, ¡también de salud!
- Cálculos biliares (no, nuestro cuerpo nunca dejará de sorprendernos)
- El uso de ciertos medicamentos con carga hormonal, como los anticonceptivos o los antidepresivos. Aquí te contamos los efectos secundarios de la píldora anticonceptiva, si quieres saber más sobre este tema.
- Traumatismos y cirugías mamarias. Un golpe fuerte (por ejemplo, entrenando en el gym) o una operación pueden estar relacionados también con la mastalgia.
Mastalgia fibroquística
Está provocada por cambios fibroquísticos. Es decir, en algunas mamas, el tejido tiene una textura grumosa, lo que, unido a los cambios hormonales, puede provocar la aparición de pequeños quistes benignos, a veces causantes de esas molestias.
Dolor de pecho en la menopausia, el embarazo y la lactancia
Si la mastalgia está ligada al ciclo menstrual, lo lógico es que muchas mujeres en edad fértil la suframos. Pero no por dejar de tener la regla nos vamos a olvidar del dolor de tetas: si has pasado la menopausia, un embarazo o un periodo de lactancia, podrás dar fe.
Mastalgia postmenopausal
En la fase postmenopausia, es muy común que ese dolor de pecho responda a problemas musculares u óseos, por ejemplo, y las molestias se irradien hacia los senos.
Mastalgia en el embarazo
¿Qué hay del embarazo? Uno de los síntomas más claros de que estamos esperando un bebé es el aumento del tamaño de los pechos, una creciente sensibilidad y, sí, un dolor y tensión al alza. Es muy habitual que, tras el primer trimestre del embarazo, esos síntomas desaparezcan… hasta la subida de la leche, unas 48 horas después del parto.
Mastitis: lactancia dolorosa
Tras unos meses sin dolor de tetas, este puede volver con la lactancia. En esta emocionante fase de nuestra vida, es importante que prestemos atención a nuestros pechos, pues si las molestias son muy intensas y a ellas se une un enrojecimiento de la piel y aumento de la temperatura, podríamos estar ante una mastitis, una infección de las mamas que puede necesitar antibióticos. Y esto nos lleva al siguiente punto.
Mastalgia tratamiento: ¿qué hago si me duelen las tetas?
Si el dolor en los senos no cesa después de la regla, si es especialmente intenso o si estamos en periodo de lactancia, podemos acudir a una visita médica, conocer con la ayuda de un especialista el porqué de esas molestias y, si es preciso, recibir el tratamiento adecuado (además de quedarnos mucho más tranquilas).
El tratamiento de la mastalgia fibroquística, de la mastalgia cíclica o de la mastalgia postmenopausal dependen del diagnóstico y es importante no adelantarse al médico. Una mastitis deberá tratarse con antibióticos, mientras que los dolores mamarios muy fuertes causados por el ciclo menstrual pueden necesitar de un tratamiento anticonceptivo específico. Un ginecólogo o ginecóloga será quien mejor valorará nuestro caso.
Mastalgia cíclica tratamiento y otras recomendaciones
En caso de que tu diagnóstico médico determine que el dolor de tetas que sientes está asociado a tu ciclo menstrual, hay recomendaciones que puedes seguir en el día a día para ayudar en el tratamiento de la mastalgia cíclica. Algunas de ellas son reducir el consumo de cafeína y de sal, optar por una dieta baja en grasas y alta en vitaminas E y A o decir adiós a los aros del sujetador.
Mantener la calma, conocer nuestros pechos y analizar su evolución mes a mes será clave para convivir con la mastalgia y poner todo de nuestra parte para reducirla a su mínima expresión, aunque, de vez en cuando, sigamos despertándonos con esa sensación de hipersensibilidad inconfundible.