Cronología del caso Juana Rivas: 16 años de periplo judicial
El caso sigue abierto y continúa siendo objeto de debate en el ámbito judicial, político y social
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Sí, llevamos años leyendo titulares con el nombre de Juana Rivas. Este caso sigue siendo uno de los más mediáticos en España en lo que se refiere a violencia machista y custodia de menores. Todo comenzó en 2009, cuando el Juzgado de lo Penal nº1 de Granada condenó a Francesco Arcuri, la expareja de Rivas, por un delito de lesiones en el ámbito familiar. La última noticia al respecto es de esta misma semana, con la publicación de un audio de Gabriel, hijo de Rivas, que acaba de alcanzar la mayoría de edad y ha querido difundir este mensaje de auxilio que envió a su madre cuando tenía 13 años. ¿Qué ha pasado entre un punto y otro? Vamos a tratar de hacer una reconstrucción de la cronología del caso Juana Rivas.
Denuncias, desapariciones, condenas y decisiones de los tribunales de España e Italia: el caso Juana Rivas ha atravesado un largo y complejo proceso judicial. La batalla legal continúa abierta.
Caso Juana Rivas: cronología
Para empezar, un poco de contexto
Juana Rivas, natural de un pueblo de Granada, y el italiano Francesco Arcuri se conocieron en 2004 en Londres. Apenas un año después, tuvieron su primer hijo, Gabriel, y en 2006 se trasladaron a Granada, donde convivieron durante tres años. En 2009 comienza el recorrido por los tribunales. La pareja cruza denuncias tras una disputa doméstica. El informe médico de Rivas señala daños en la mano, antebrazo y hombro derecho, además de una crisis nerviosa leve.
El forense del juzgado número 1 de Granada observa hematomas en muslo y cadera de Arcuri. Este primer “encontronazo” se resuelve con la condena de Arcuri a 3 meses de prisión (no llega a entrar) y una orden de alejamiento de un año y tres meses (que incumplió repetidamente). Rivas es absuelta de cualquier delito.
En 2011, la pareja retoma la convivencia, esta vez en un pequeño pueblo de Cerdeña, y tienen a su segundo hijo, Daniel. Damos un salto entonces hasta 2016, cuando realmente el caso se hace mediático, con la huida de Rivas a su Maracena natal (Granada) junto a sus dos hijos, asegurando que escapan de la violencia.
2016: ¿escapar no es una opción?
Con la excusa de unas vacaciones al pueblo, Rivas se traslada junto a sus hijos de Italia a España, donde, con el apoyo de una abogada y aconsejada por la Directora del Centro de la Mujer de su pueblo, interpuso las primeras denuncias en España contra Arcuri por malos tratos físicos y psicológicos, comunicó a su pareja su decisión de no regresar y solicitó la guarda y custodia de Gabriel y Daniel.
El italiano denuncia a Juana por sustracción de menores (es decir, por llevarse a sus hijos sin su consentimiento). El Juzgado de Primera Instancia nº3 de Granada le da la razón y ordena a Rivas a hacer entrega de sus hijos a su padre para que regresen a Italia junto a él.
Tras la ratificación de la Audiencia Provincial en 2017 de esta resolución y agotado el plazo legal para entregar a sus hijos, la madre toma la decisión de esconderse con los niños para evitar que regresen con el padre. Numerosas asociaciones y particulares salen en su defensa bajo el lema #JuanaEstáEnMiCasa. En agosto y después de recurrir sin éxito dos veces ante el Tribunal Constitucional, Rivas reaparece y entrega a los menores a la Guardia Civil, que los lleva con el progenitor.
En 2017, Juana Rivas logró reunir más de 150.000 firmas para impedir que los niños volvieran a Italia con su padre. Políticos como la entonces presidenta de Andalucía, Susana Díaz, y el entonces presidente, Mariano Rajoy, expresaron su apoyo público a su causa.
2018: Juana, condenada
La denuncia de Arcuri prospera y la madre es condenada a cinco años de prisión por sustracción de menores y seis años de inhabilitación para ejercer la custodia, además de tener que hacerse cargo de las costas judiciales y de una indemnización a su expareja por daño moral y material. La sentencia fue recurrida sin éxito ante la Audiencia Provincial de Granada, que confirmó la condena en 2019. Esta resolución fue especialmente polémica por incluir acusaciones como que Rivas había «explotado el argumento del maltrato«, e ignorar la denuncia de 2009. El juez incluso llegó a preguntarle por qué había vuelto a convivir con Arcuri si, “supuestamente”, era su maltratador.
En paralelo, la justicia italiana concede la custodia exclusiva a Arcuri. Esta resolución estipula, además, que Rivas tendrá que abonar 300 euros mensuales en concepto de manutención de los menores.
2021: indulto parcial y prisión para Rivas
Tras la desestimación de las denuncias interpuestas en Italia por la granadina contra su expareja por malos tratos a los niños, en 2021 el Supremo confirma la sentencia española por sustracción de menores, aunque rebaja ambas penas (la de prisión y la de privación de la patria potestad) a la mitad. En junio, Juana Rivas ingresa en prisión, donde permanece hasta que en noviembre el Gobierno le otorga un indulto parcial (el Tribunal Supremo se había manifestado en contra del total una semana antes, aunque la mitad de este órgano sí había emitido su voto en positivo). Cabe recordar en este punto que Juana Rivas lleva ya cinco años sin sus hijos.
Este mismo año, el Tribunal de Cagliari (Cerdeña) da permiso para que los menores viajen a España para pasar la Navidad junto a su madre, con la condición de que todos los días contacten con su padre. La defensa de Rivas solicita suspender la pena (la madre sigue cumpliendo condena y tiene que dormir cada noche en un Centro de Inserción Social), pero no lo consigue. El juez encargado de la causa, Manuel Piñar, afirma que “podría representar un peligro para sus hijos”.
Instituciones Penitenciarias le concedió el tercer grado para que pudiera estar en su domicilio. Eso sí: con un brazalete de control telemático.
2022: se suspende la pena de prisión
La Audiencia Provincial de Granada le da la razón y acuerda la suspensión de la pena de prisión a cambio de que Juana participe en programas de parentalidad positiva y con la condición de no delinquir en tres años, en contra de la decisión del juez Piñar. Este órgano no cree que haya “hechos que puedan ser contrastados” para afirmar que Rivas encarna un peligro para los menores.
2024: Arcuri, acusado de maltratar a sus hijos
Volvemos a Italia, donde Rivas continúa la batalla por recuperar la custodia de sus hijos. En 2022, Gabriel, ya con edad de decidir con quién quiere estar (14 años), volvió a vivir con su madre. Sin embargo, el tribunal de Cagliari le denegó la custodia de su hijo pequeño, que seguía bajo la custodia paterna. A las súplicas de Juana se une su hijo mayor, que pidió amparo a la justicia italiana para evitar que su hermano continuara en Cerdeña.
Fue a finales de 2024 cuando la Fiscalía de Cagliari presentó un escrito acusando a Francesco de maltratar a sus hijos con “violencia física, vejaciones, insultos y amenazas”. El italiano se enfrenta a siete años de prisión. Gabriel lo apoya con su versión de los hechos: advierte de que su padre es violento y que Daniel “se siente en peligro de muerte”. Añade, además, que en 2017 ambos fueron “arrancados” del lado de su madre.
2025: la lucha sigue
Este año comenzó con una nueva petición de los abogados de Rivas, solicitando a la justicia italiana que el hijo menor se quedara en España junto a su madre. El 7 de enero el Juzgado de Instrucción nº 4 de Granada, a instancias de la Fiscalía y en funciones de guardia, acuerda la suspensión provisional de la orden de restitución. Es decir: Juana no tendrá que “devolver” al menor a casa de su padre (al menos de momento).
¿Cómo está el tema ahora? Por una parte, el juzgado de violencia de género de Granada decidió en enero no seguir con el proceso al no considerarlo de su competencia (las denuncias por malos tratos pasaron a ser del padre a sus hijos). Sin embargo, a los pocos días Rivas volvió a interponer una denuncia por violencia de género y acoso telefónico de su expareja.
Mientras los tribunales se deciden, continúa la parte más mediática del caso: la última semana hemos visto tanto a Arcuri defenderse como la publicación de un audio absolutamente desgarrador por parte de Gabriel en el que se puede escuchar como hace unos años el todavía menor pedía auxilio a su madre por esta vía ante el maltrato físico y psicológico que el padre estaba ejerciendo de manera continuada tanto contra él como contra su hermano pequeño.
De momento, ambos conviven con su madre en España.
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