
Diferencia entre orgasmo y squirt: ¿por qué ocurre cada uno?
El placer femenino no se limita a una única forma de expresión. Orgasmo y squirt son solo dos de las muchas respuestas sexuales posibles del cuerpo, y entenderlas sin prejuicios es clave para vivir la sexualidad con libertad, autoconocimiento y disfrute.
La diferencia entre orgasmo y squirt es una de las dudas más comunes en torno al placer femenino. Aunque a veces se confunden, se trata de fenómenos distintos, tanto en su origen como en cómo se experimentan. Muchas personas no tienen del todo claro qué implica cada uno ni cómo se relacionan entre sí. Si bien ambos pueden aparecer durante una misma experiencia sexual, responden a procesos fisiológicos diferentes y no siempre ocurren al mismo tiempo. Comprender cómo funciona cada uno no solo favorece una vivencia sexual más informada y consciente, sino que también contribuye a romper tabúes y promover una relación más libre y respetuosa con el propio cuerpo.
¿Qué es el orgasmo?
El orgasmo es una respuesta neuromuscular intensa que ocurre durante la excitación sexual y que produce una sensación de placer físico y emocional. En las mujeres, este momento se caracteriza por una serie de contracciones rítmicas e involuntarias en la zona pélvica, especialmente en el útero, la vagina y el esfínter anal, acompañadas por una liberación de tensiones acumuladas y un estado de bienestar.
El orgasmo puede alcanzarse mediante estimulación del clítoris, la vagina, los pezones, el punto G u otras zonas erógenas. Su duración varía de unos pocos segundos hasta más de un minuto, y no hay una única manera de vivirlo, cada persona lo experimenta de forma diferente. Algunas mujeres pueden tener orgasmos múltiples, mientras que otras pueden necesitar más tiempo o diferentes tipos de estímulo.
A nivel fisiológico, durante el orgasmo se produce la liberación de hormonas como la oxitocina y la dopamina, lo que contribuye a esa sensación de placer, relajación y conexión emocional que muchas personas asocian con el clímax.


¿Qué es el squirt?
El squirt, también conocido como eyaculación femenina, es la expulsión repentina de un líquido claro a través de la uretra durante la excitación o el orgasmo. Este fenómeno suele relacionarse con la estimulación del punto G, aunque no es exclusivo de esa zona y no todas las mujeres lo experimentan.
Durante mucho tiempo, el squirt fue objeto de debate científico. Algunas investigaciones sostenían que se trataba de orina, mientras que otras afirmaban que era un líquido distinto. Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine analizó el fenómeno en siete mujeres que experimentaban emisiones abundantes de líquido durante la estimulación sexual. A través de ecografías pélvicas y análisis bioquímicos, se observó que justo antes del squirt la vejiga se llenaba nuevamente, y que tras la expulsión volvía a vaciarse por completo. Además, el líquido expulsado contenía niveles similares de urea, creatinina y ácido úrico que la orina, lo que confirma su origen urinario. Sin embargo, también se detectó antígeno prostático específico por lo que también intervienen secreciones prostáticas. Por tanto, este estudio concluye que el squirt es principalmente una emisión involuntaria de orina durante la excitación, aunque puede incorporar pequeñas cantidades de fluido glandular propio del aparato reproductor femenino.
El squirt puede ocurrir con o sin orgasmo, lo que significa que no siempre es un indicativo de haber llegado al clímax. Algunas mujeres lo experimentan como una liberación placentera, mientras que para otras puede resultar confuso o incluso incómodo si no saben qué está ocurriendo. Es importante entender que es una respuesta corporal normal y natural, aunque no todas las personas la vivan.
¿Por qué ocurre cada uno?
El orgasmo es el resultado de una acumulación progresiva de excitación sexual, tanto física como psicológica. El sistema nervioso autónomo se activa, se acelera el ritmo cardíaco, la presión arterial y la respiración, y al alcanzar el punto máximo de excitación, se produce una descarga de tensión a través del orgasmo. Es un proceso muy ligado a las sensaciones, al contexto emocional, a la intimidad y a la comunicación con una misma o con la pareja.
El squirt, en cambio, es una respuesta más específica de ciertas glándulas del aparato reproductor. Cuando se estimula de forma intensa la pared anterior de la vagina, donde se ubica el punto G, puede generarse una presión sobre las glándulas de Skene, lo que lleva a la acumulación de líquido que, en determinados casos, se expulsa por la uretra con fuerza. No todas las personas tienen la misma sensibilidad ni la misma capacidad para producir este líquido, y no hay una forma “correcta” de experimentarlo.
¿Van siempre de la mano?
No, se puede tener un orgasmo sin squirt, y se puede squirt sin haber tenido un orgasmo. Son procesos independientes que pueden coincidir o no durante el acto sexual. La relación entre ambos es muy individual y depende de muchos factores como la anatomía de la persona, la estimulación recibida, el estado emocional, la relajación, la confianza con la pareja o incluso el momento del ciclo menstrual.