Identidad y derechos: cuando ser trans vuelve a estar en disputa
En Europa crecen los obstáculos administrativos para personas trans. Hablamos con expertos sobre identidad, retrocesos legales y qué ocurre cuando el Estado niega quién eres
Escrito por Noelia
Redactora especialista en Salud Femenina, con más de diez años de experiencia en esta temática. Posgrado en Periodismo Digital por la Universidad Rey Juan Carlos.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Hunter Schafer, una de las actrices transexuales más conocidas de Hollywood, recientemente compartió con sus seguidores en redes sociales un desagradable episodio: había recibido su pasaporte con género masculino, a pesar de que en sus documentos identificativos anteriores se la reconoce en la categoría femenina.
Este es solo uno de tantos casos en los que los derechos de las personas transexuales (y, en general, de todo el colectivo LGTBIQ+) se están viendo afectados por cuestiones administrativas, cuestiones que van mucho más allá de un simple papeleo. Trámites como expedir un nuevo documento, acudir a una cita médica o simplemente abrir una cuenta bancaria son derechos básicos que pueden sencillamente denegarse por la no concordancia en la identidad.
Obstáculos burocráticos para personas trans
En los últimos meses, muchas personas trans han visto cómo se están cuestionando sus identidades y cómo algunos de sus trámites se han bloqueado. Si el Estado no reconoce quién eres, ¿qué ocurre en ese caso?
Para tratar de aterrizar el tema de una forma más sencilla, a pesar de su complejidad, hemos contado con la ayuda de una voz experta como Transexualia, Asociación Española de Transexuales, desde donde nos han explicado qué consecuencias puede tener en la vida cotidiana de una persona que el Estado no reconozca quién eres.
Un portavoz de la Asociación nos aclara que, en primer lugar, “las consecuencias son frustración, aislamiento, dificultades para estudiar y encontrar un trabajo”.
Pero va mucho más allá de eso: “todo ello se suma a enfrentarse a situaciones que pueden llegar a ser traumáticas, cada vez que tienen que hacer una gestión con un documento de identidad que no corresponde a su imagen ni género real, como ir a una cita médica, una entrevista de trabajo, abrir una cuenta bancaria, pasar controles en el aeropuerto, no poder cambiar la titulación académica…”, explican desde Transexualia.
Por supuesto, más allá de la burocracia o la complejidad titánica a la que se tienen que enfrentar para algunos trámites aparentemente sencillos, esto tiene también un impacto y una carga en la salud de quienes viven esta situación. Desde la Asociación remarcan que “todo eso puede llevar a un cúmulo de situaciones que pueden afectar al estado emocional y salud mental de las personas que lo sufren”.
Retrocesos en Europa en materia de derechos
Te guste o no la política, sea tu tema favorito de conversación o tu gran red flag cuando estás con amigos o en una cita, no se puede negar que vivimos en un mundo en el que lo que dictaminan “los que mandan” afecta inevitablemente a nuestra vida.
Actualmente, Europa está en un momento clave en relación con los derechos del colectivo. El conservadurismo, a nivel legislativo y mediático, parece que ha vuelto a revivir, y esto se está notando en los cambios que están experimentando en materia de derechos en los países del espacio comunitario.
En Italia, un país fuertemente marcado por la influencia de la Iglesia Católica, los derechos LGTBIQ+ se encuentran en un momento de retroceso. Si bien desde 2024 el Tribunal Constitucional ha eliminado la exigencia de contar con una autorización judicial para poder someterse a intervenciones de reasignación de género, otras medidas no muestran un panorama muy esperanzador.
La Ley Zen, una iniciativa surgida en el año 2021 con el objetivo de tipificar crímenes de odio por orientación e identidad, ha sido rechazada en el Senado, lo que crea un vacío legal frente a los actos de violencia cometidos hacia el colectivo.
Por su parte, en Hungría el tema se ha puesto todavía más serio en este 2025. En abril se introdujo una reforma constitucional mediante la cual solo se reconocen dos géneros (masculino y femenino, ni hablar del género no binario), además de prohibir los actos públicos del colectivo.
Mejores noticias llegan desde Alemania, un país que avanza en sus políticas trans y que desde noviembre de 2024 flexibiliza el cambio de género e incluso permite a los ciudadanos mayores de 18 años poder eliminar este marcador. Hasta la fecha, era necesario pasar por dos evaluaciones psiquiátrica y una audiencia judical.
¿Quién teme a la autodeterminación de género?
Ante este retroceso en los derechos de las personas transexuales, no podemos evitar preguntarnos por qué existe tanto miedo a la autodeterminación de género y qué hay detrás de las campañas que buscan mermar estos derechos.
«Somos un reclamo para los partidos políticos para captar votos en campañas electorales», explican desde Transexualia
Al preguntar a la Asociación Transexualia por qué las personas trans se han convertido en objetivo político, la respuesta es bastante interesante: “En algunas ocasiones los colectivos somos un reclamo para los partidos políticos para captar votos en campañas electorales. También hemos estado en boca de medios de comunicación, sociedad y partidos políticos, por una ley que ha sido muy polémica para varios sectores de la sociedad. Los partidos más conservadores no aceptan que haya personas diversas y que luchen por sus derechos como cualquier ciudadano”.
¿Por qué es tan importante luchar por los derechos de las personas trans?
¿Cuál es el siguiente paso? El portavoz de la Asociación nos explica que “lo que nos interesa es la aprobación de leyes que nos permitan la plena inclusión en la sociedad y medidas de protección para erradicar y condenar los delitos de odio que, desgraciadamente, han aumentado en los últimos años”.
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