“¿Cuántos de los chavalxs que saben dibujar un pene sabrían dibujar una vulva?”: Eugenia Tenenbaum
Sobre la representación de los genitales femeninos en la historia del arte, sobre la relación que establecemos con nuestras vulvas y mucho más hablamos con esta divulgadora en el podcast de Bloom
En el libro ‘La mujer helada’, la escritora ganadora del Nobel Annie Ernaux (y referente para tantas chicas de internet, que esperan con inquietud los tuits del bot que recupera fragmentos de sus obras) recuerda cómo, en su infancia, las niñas de su edad y ella curioseaban sobre la vagina, llamándola de mil formas (raja, rajita las más comunes) sin atreverse nunca -salvo osadía- a decir las palabras vulva y vagina en voz alta.
Ernaux es experta en contar lo más universal de las mujeres a través de los detalles, de sus experiencias personales, de momentos que fueron suyos, pero que son de todas. Y es lo que ocurre con ese instante que ella recuerda de su etapa escolar: que condensa una realidad, la de las niñas aprendiendo a considerar su vulva algo tabú, algo que no se puede nombrar ni mucho menos observar. Algo prohibido, casi místico.
De las relaciones (o ausencia de ellas) que las mujeres establecemos con la vulva desde la más tierna infancia y cómo eso se traslada incluso al arte hablamos en el quinto episodio de Escuela de Calor, el podcast de Bloom, con Eugenia Tenenbaum, historiadora del arte y divulgadora cultural con perspectiva de género. Junto a Isabel Ortega, catedrática en antropología y experta en género, y a Miriam Al Adib, ginecóloga, desmitificamos la idea del orgasmo vaginal… y otras muchas preconcepciones que rodean a nuestra vulva.
En cada episodio quemamos en la hoguera de Bloom un mito. En este, además de prender chispas al mito del orgasmo vaginal, nos planteamos una utopía: ¿y si en el mundo no hubiese falocentrismo… sino vulvocentismo?
«Al final, en todo este binarismo, tanto de género como sexual, el pene se ha asociado a hegemónicamente al hombre y a lo masculino, la vulva se asociado hegemónicamente a la mujer y a lo femenino y entonces, al final, de nuevo ¿qué es el pene? Un símbolo no solo de poder, sino también de vigor y de una posición privilegiada dentro de una jerarquía de género y sexual”, analiza Eugenia.
La trivialidad de un dibujo así, el de un pene, esconde un mensaje mucho más profundo y ligado a los roles de género: «Si nosotras con ocho años sabemos dibujar una vulva y además la dibujamos sobre una pared o sobre nuestros pupitres lo que va a pasar es que se van a reír de nosotras«.
Yo creo que es precisamente en estos ejemplos donde a través de lo micro se puede ver un poco cómo funciona lo macro. ¿Cuántos de los chavales y las chavalas que saben dibujar un pene sabrían dibujar una vulva? Y ahora lo complicó más: ¿dónde está el clítoris?
Si hiciéramos la prueba en una escuela, ¿habría suspenso general?
Cuando las piezas del puzle ¿no encajan?
Nuestra relación con nuestra vulva marca, define y condiciona -por motivos evidentes- nuestra sexualidad. Casi siempre por motivos de una educación sexual deficiente, la idea que teníamos en la primera adolescencia del sexo y de las relaciones no siempre encaja con la realidad. ¿Idealización? Sí, es aquí.
«Si tú unes el que nunca nadie te ha enseñado a familiarizarse con tu cuerpo con que estas medicada con ansiolíticos y antidepresivos y tienes la libido por los suelos… yo recuerdo verme de los 20 a los 22 años sin tener absolutamente ni un solo orgasmo ni con mis parejas sexuales ni conmigo misma. Y yo recuerdo cabrearme con mi vulva diciendo ¿por qué no funcionas? Yo necesito entender por qué no funcionas. Por qué tengo que sentirme una frígida cuando desde todos lados me dicen que estoy supuestamente la flor de la vida. Mi flor está mustia», reflexiona.
Esa sensación de incomprensión, de «algo no funciona en mí porque esto no se parece a lo que yo esperaba» es tremendamente común en las mujeres, como también recuerda en este podcast de Bloom la ginecóloga Miriam Al Adib, que nos recuerda que el tabú empieza cuando comenzamos a relacionar «asco» y «vergüenza» con el flujo, la regla, los pelos…
«Esto hay mujeres a las que no les influye, pero sí que hay mujeres a las que les da asco su sexo», explica la experta. Y ahí comienzan cuestiones de salud sexual relevantes como el vaginismo primario, «una imposibilidad para la penetración porque todos los músculos que rodean a la vagina se contraen de forma involuntaria y es imposible la penetración y la hacen muy dolorosa», tal y como repasa la ginecóloga.
Sobre la representación de los genitales masculinos y femeninos en la historia del arte -y las apabullantes diferencias-, sobre los cánones estéticos haciendo acto de presencia en nuestras vulvas y sobre la popularización de las labioplastias hablamos con Eugenia, Miriam e Isabel en la quinta clase de educación sexual de Bloom. ¡Coge asiento!