De ‘La Maternal’ a ‘Cinco lobitos’: el cine responde al mito de la (gloriosa) maternidad
Desde el patio de butacas de cines y festivales hemos aplaudido las travesías personales de Amaia, Carla o Julia. Detrás de esos nombres hallamos historias de maternidad que nos han conmovido profundamente los últimos meses y que alteran el relato frecuente que de esa experiencia el cine nos hace imaginar
El vínculo maternofilial se ha constituido como una trama recurrente a explorar en el cine. Por su disposición como fuente de conflicto, de igual manera que sirve para definir traumas en sus personajes protagonistas -donde se señalaba como germen del problema a las malas madres-, funciona para construir poderosos personajes en choque constante.
Sin olvidar que las películas sobre maternidad también han puesto de su parte a la hora de levantar todo un engranaje que clasifica a las madres en abnegadas o fracasadas. Un maniqueo sistema de orden social que condena a una presión constante tanto a aquellas que se atreven a alumbrar vida como a las que deciden saltarse el mandato divino y no ofrecer descendencia.
Que hay tantos tipos de maternidad como madres es una máxima que se repite con frecuencia, pero ¿existen suficientes retratos en pantalla como formas de maternar hay? ¿Se ampara desde el relato audiovisual una maternidad apegada a nuestra realidad más inmediata y alejada de cualquier estereotipo?
En un año glorioso para el cine español (qué duda cabe si hacemos balance de la cosecha de este 2022), destacamos la resonancia que historias de madres han pasado a ocupar el centro de las películas más populares. Desde el patio de butacas de cines y festivales hemos aplaudido las travesías personales de Amaia, Carla o Julia. Detrás de esos nombres encontramos historias de maternidad que nos han conmovido profundamente los últimos meses y que alteran el relato frecuente que de esa experiencia el cine nos hace imaginar.
Películas sobre maternidad: ‘La Maternal’ y el embarazo adolescente
-¿Duele mucho parir? – Carla, es el peor dolor del mundo
De este inocente diálogo entre madre e hija quizá llame la atención que la que plantea dudas sobre el parto sea una chica adolescente de catorce años. Carla apenas dispone de una educación en materia sexoafectiva (como así se dispone a señalar la secuencia de apertura de la película en la que, junto a su mejor amigo, consumen vídeos porno como una actividad lúdica más entre la intimidad que comparten), pero está a punto de traer una criatura al mundo. La que le responde es su madre, Penélope, quien también experimentó la maternidad (intuimos) demasiado joven y la vive en solitario y sin ayuda.
En ‘La Maternal’ (Pilar Palomero, en cines) su directora retrata con delicadeza, respeto y autenticidad el embarazo adolescente. Lo hace desde los ojos de Carla, pero también desde los de Claudia, Jami, Sheila, Raki y Estel. Todas ellas madres precoces que transitan por una misma experiencia desde espacios de vulnerabilidad, maltrato o soledad.
Para ello, la película nos cuela en un centro de acogida para madres adolescentes, que han superado la fase del embarazo en la que pueden decidir interrumpirlo y donde, como espectadoras, nos convierte en cómplices observadoras del estigma y abandono que cargan a sus jóvenes espaldas. Escuece escucharlas decir que si tienen un hijo será para no estar solas.
Con elipsis tan atrevidas como declinar filmar el parto, Pilar Palomero se desliga así de impulsar no tanto una película sobre maternidad como sí una que hable del conflicto de ser madre adolescente. Una suma de inteligentes decisiones convierte esta película en un testimonio sincero de todas esas madres precoces que enfrentan el reto de maternar al mismo tiempo que recorren el tumultuoso camino de la adolescencia.
Entre otras madres solteras que el cine español nos ha dado a conocer este año está el relato de Julia en ‘Girasoles silvestres’ (Jaime Rosales, en cines). Aunque la película escoja como destino el de ofrecer una cuestionada radiografía de la masculinidad por deconstruir -su tesis sostiene la peligrosa idea de que el machismo solo habita en las clases sociales más bajas-, nos quedamos con la lectura que evoca con respecto a la corresponsabilidad en los cuidados y la crianza.
A destacar, una conmovedora Anna Castillo en representación de todas esas madres que trabajan, crían y hacen lo que pueden porque les ha tocado encontrarse solas en su maternidad. Sin una independencia económica que le sostenga, las decisiones de esta joven madre le conducen por relaciones con parejas masculinas que nunca están a la altura de lo que su núcleo familiar demanda.
Con tan solo 22 años y dos hijos a su cargo, su testimonio (que también nos recuerda al que antes interpretaron Natalia de Molina en ‘Techo y comida’ o Greta Fernández en ‘La hija de un ladrón’) es capaz de servirnos de sincero relato de una de tantas maternidades precarias que el cine últimamente y, por fortuna, se propone visibilizar.
Lo de ser madres, pero también hijas
Mientras que en la realidad nos vemos rodeadas de familiares o amigas superadas por la maternidad y sus implicaciones, pocas veces hemos visto en películas sobre maternidad esta extenuante tarea. El arranque de ‘Cinco lobitos’ (Alauda Ruiz de Azúa, HBO Max, Filmin y Movistar+) precisamente se detiene en subrayar ese silenciado estado de ánimo tras el parto. El dolor de los puntos o el pánico ante quedarse a solas con el bebé en casa son temores comunes que pocas veces vemos en pantalla y que esta película, por contra, sí escoge narrar.
El peso de las relaciones familiares y su herencia afectiva con nuestra inmediata descendencia coinciden, al mismo tiempo, con toda una reflexión en torno a los cuidados en el ámbito familiar y cómo esa responsabilidad recae, de nuevo, sobre los hombros de las mujeres.
Que estos temas pasen a ocupar el centro de la trama de una de las películas más aplaudidas en los últimos meses como es ‘Cinco lobitos’ es un hito que el cine español merece celebrar este año.
En la búsqueda por encontrar películas con las que sentirse identificadas con su reciente maternidad, directoras como la propia Alauda Ruiz de Azúa se han decidido a plasmar en sus películas aquello que no encontraban. Es probable que por eso el cine de los últimos años se entiende como un semillero de un nuevo horizonte desde el que pensar la maternidad: nuevas voces femeninas están tomando el mando de estas historias lejos de la mirada única patriarcal.
Por momentos, la reciente maternidad de Amaia (con una increíble Laia Costa al frente de tan difícil personaje) en ‘Cinco lobitos’ queda aparcada por una inesperada urgencia familiar y es así como el ser madre alcanza un significado distinto si se tiene en cuenta que una es madre, pero a la vez hija. Del mismo modo -de ese sentirse madre, pero al mismo tiempo hija de otra madre- extiende su propia experiencia otra directora que recientemente también se ha estrenado en la maternidad, Carla Simón.
Su cine siempre habla de ese vínculo con sus progenitores fallecidos que, pese a su pronta desaparición cuando ella era muy pequeña, han conseguido mantenerla anclada a un terreno familiar, pero también físico muy concreto. Después de sus anteriores películas, ‘Verano 1993’ y ‘Alcarràs’, rodadas en su lugar de origen y prácticamente autobiográficas, en el cortometraje ‘Carta a mi madre para mi hijo’ (Carla Simón, YouTube), la directora se sincera con un delicado y hermoso cuento a su recién nacido.
Carla Simón decide rellenar huecos de memoria familiar (que a ella, por desgracia, le faltan y, por extensión, no llegarán a su hijo) con sueños, poesía y confesiones a su madre ausente. Sin duda, la propuesta más libre y radical de todas las que decidimos reunir en esta selección.
Más allá del cine español: la ausencia de instinto y el deseo de abandono
Entre otros títulos que conjugan esta nueva forma en la que el cine mira a la maternidad y que activan nuevos escenarios desde los que abordarla, destacamos la aportación que con sus películas han planteado este año Maggie Gyllenhaal en su debut como directora y la noruega Yngvild Sve Flikke con su comedia. Y es que, cuando parece que alcanzan un momento de sus vidas en el que quedan involuntariamente atravesadas por la maternidad, madres como las que representan las protagonistas de sendas películas salen a la búsqueda de no sentirse (solo) definidas por ella.
La adaptación cinematográfica de la novela de Elena Ferrante, ‘La hija oscura’ (Maggie Gyllenhaal, Movistar+), refleja una interesante reflexión alrededor de la maternidad en tanto que su personaje protagonista, una mujer madura que viaja sola por islas griegas y que lleva a la pantalla Olivia Colman, mira hacia su propia experiencia con la maternidad a partir de la observación de una joven madre (Dakota Johnson) con la que coincide en la playa. Es ese ejercicio de comparación e identificación el que activa sus recuerdos de la madre que fue años atrás.
La frustración constante en la crianza y la falta de apego hacia un ser que reclamaba mucho más de lo que ella podía darle derriban toda expectativa de su reciente contacto con la maternidad hasta alcanzar un inevitable fracaso en el intento de conciliar con su vida laboral.
Una mirada subversiva a las expectativas sobre la maternidad que abre una vía a legitimar la eterna contradicción entre ese deseo de escape y el temor a la pérdida.
Por su parte, la ausencia de instinto se manifiesta de una manera inalterable en ‘Ninjababy’ (Yngvild Sve Flikke, Movistar+). ¿Se puede hacer comedia sobre un embarazo no deseado y decisión de abandono? Se puede y se ha hecho. Su protagonista no solo no flaquea ante el diagnóstico de un inesperado embarazo, sino que se atreve a manejar con humor e ironía su voluntad de darlo en adopción.
Sin opción a abortar dado el avanzado estado de gestación en el que se encuentra, mantiene un constante diálogo con el bebé en proceso -que ella bautiza como ‘ninjababy’- y al que, dado su perfil como ilustradora, dibuja e imagina y con el que dialoga como salida amable y conciliadora a su firme decisión. Rakel ama su vida tal y como ha decidido vivirla y decide no renunciar a ella.
Relatos desde los que asomarse a historias de maternidad reales, contadas por mujeres y que hablan de experiencias muy personales con las que es fácil conectar. Formas de abordar, con perspectiva femenina, una cuestión universal como es la maternidad.