¿Hay juguetes de chicas y juguetes de chicos? Por una Navidad de regalos sin género
Huir de los roles de género a la hora de elegir juguetes para los niños es todo un reto, especialmente en Navidad. Toma nota de nuestros consejos para afrontarlo
Hace unas semanas saltaba la noticia de que la publicidad de juegos y juguetes en televisión esta Navidad en España sería mucho menos sexista que ahora con el objetivo claro de ofrecer más libertad de elección a los niños desde el punto de vista de la identidad de género.
Es un hecho que los catálogos de juguetes, los anuncios de televisión e incluso la distribución de las jugueterías tiene, desde siempre, unos marcados tintes sexistas. Las muñecas y todo lo relacionado con el ámbito de la puericultura, la belleza o las tareas del hogar han sido tradicionalmente un asunto de las niñas, mientras que para los niños se reservan los juegos de construcción, las armas, los deportes y los vehículos en general.
Como si un niño no pudiera desear pedir a los Reyes Magos una cocina de juguete o una niña no soñara con correr con su flamante nueva moto por el pasillo de su casa el día 6 de enero.
En Bloom no queremos caer en estereotipos facilones ni tampoco estamos dispuestas a demonizar las muñecas o los coches por el hecho de que estén asociados a niñas o niños, respectivamente. El objetivo de este artículo es analizar la situación y darte las claves para elegir los juguetes de los pequeños de la casa desde la coherencia y el sentido común y no desde las ideas preconcebidas y sexistas.
¿En qué consisten las nuevas normas de regulación en los juguetes en materia de género?
El pasado 1 de diciembre, entró en vigor en España un acuerdo firmado entre el Ministerio de Consumo y los principales fabricantes de juguetes españoles para controlar la publicidad de juegos y juguetes dirigida a niñas, niños y adolescentes. El objetivo es que la publicidad dirigida a menores transmita una imagen igualitaria, plural y no estereotipada.
El nuevo Código de Autorregulación de la Publicidad Infantil de Juguetes cuenta con el compromiso de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y Autoregulación de cuidar el mensaje que transmiten en sus campañas y mensajes publicitarios dirigidos a menores de 15 años, con especial atención a la franja de 0 a 7 años por su mayor vulnerabilidad. Así, los anuncios de juguetes serán, a partir de ahora, “más igualitarios, veraces y constructivos, aspectos fundamentales para la protección y desarrollo de la infancia”, lo cual, a priori, nos parece una magnífica noticia.
Según explicó el Ministerio de Consumo, el nuevo código prohíbe la caracterización de las niñas con connotaciones sexuales y evitará la asociación exclusiva de juguetes que reproduzcan roles, por ejemplo, de cuidado, trabajo doméstico o belleza con ellas, y de acción, actividad física o tecnología con los niños.
No se trata tanto de clasificar los juguetes como sexualizados o no sexualizados, sino de no segmentar los juguetes en función de a quién van dirigidos.
Se persigue que no haya juguetes de niña y juguetes de niño, sino juguetes neutros que, en general, son más adecuados para cada etapa evolutiva por sus características o por su temática.
Además, en la misma línea de actuación, el Ministerio de Consumo acaba de lanzar una campaña institucional bajo el título Sé Más Juguete que pretende poner en valor el significado que los juguetes tienen para los niños durante toda su infancia y vuelve a situar el foco en la importancia de los regalos sin género.
¿Qué papel jugamos los padres en este asunto?
Desde nuestro punto de vista, lo más importante es partir de la base de que no somos malos padres si decidimos regalar a nuestra hija una muñeca que le hace ilusión o si concedemos a nuestro hijo el deseo de que consiga el superhéroe por el que lleva suspirando desde agosto, pero tampoco todo lo contrario.
Existe la creencia de que, si brindamos a nuestros hijos la oportunidad de jugar con juguetes o juegos a priori destinados al otro género, estamos confudiéndolos o incluso empujándolos a cambiar su identidad sexual. Huyamos de eso, por favor.
En el otro extremo, estaría la tendencia de forzar a los niños y las niñas a que jueguen con elementos que no les despiertan ningún interés solo para demostrar que somos una familia abierta y moderna.
La clave reside en no imponer los gustos ni las aficiones a nuestros hijos, sino dejarles ser libres y experimentar. Poner a su alcance todo aquello que les permita evaluar posibilidades y, sobre todo, no juzgarles por sus preferencias. Lo más sencillo es optar por juguetes o juegos neutros que no tengan un género predeterminado con los que tus hijos se puedan desarrollar libremente.
En cualquier caso, debes tener en cuenta que la orientación en los juegos es muy temporal. Lo normal es que los niños cambien de aficiones o intereses a lo largo de su infancia varias veces y lo que hoy les apasiona es muy probable que deje de interesarles en poco tiempo.
Estos cambios están muy ligados a la madurez y a la interacción social, pero también están íntimamente relacionados con lo que perciben en casa.
La observación y la imitación juegan un papel fundamental en la educación y en la tendencia lúdica de los niños, que tienen tendencia a considerar como válidos los roles que ven los adultos que les rodean. En este sentido, más allá de los juguetes que compremos, si queremos que nuestros hijos crezcan en la tolerancia y en la igualdad, debemos fomentar esos valores desde dentro y en el día a día. Porque asuntos como el reparto de tareas en el hogar, nuestro comportamiento hacia los demás o nuestras escalas de valores adquieren una dimensión enorme cuando nuestros hijos nos están observando.
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¿Qué juguetes deberíamos comprar esta Navidad?
Desde que los niños y las niñas empiezan a interactuar con los objetos hasta que dejan a un lado los juguetes para dedicar su tiempo a otros asuntos, los juguetes y juegos ocupan un gran porcentaje de su tiempo. Por eso, elegir concienzudamente lo que ponemos en manos de nuestros hijos es importante.
Para que los niños, pero también los padres, podamos elegir los juguetes y juegos pasando por encima de los estereotipos o las ideas preconcebidas, los artículos de juguetería deberían catalogarse por temática y por rango de edad recomendada, así de sencillo. En Navidad y siempre.
Superado el hecho de que los juguetes no deberían estar categorizados por sexo en ningún momento de su etapa evolutiva para no poner límites al desarrollo de su propia personalidad, nos asalta la gran duda: ¿qué juguetes deberíamos elegir para nuestros hijos?
Sin temor a caer en el sexismo, el juego simbólico, del que hablamos en este vídeo de Instagram, es una fantástica opción para todos los niños y niñas, que se familiarizan así con tareas que, en principio, desarrollan los adultos, tanto dentro de casa como en su entorno laboral. Jugar a ser médico o médica, bombero o bombera, o cocinero o cocinera es algo que ha divertido a los niños desde que el mundo es mundo y tiene mucho de educativo.
Otras opciones de juguetes sin género que triunfan siempre porque se adecúan a todos los gustos podrían ser:
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Juegos de mesa, para jugar solos o en familia
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Puzles y rompecabezas
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Cualquier elemento que fomente la práctica de deportes
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Material para manualidades y DIY
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Circuitos y juegos de habilidad
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Juguetes que fomenten el interés por la ciencia
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Libros y cómics acordes a su edad
Si tienes la sensación de que tus hijos están un poco “encorsetados” o no son lo suficientemente libres en sus momentos de juego porque siempre terminan en la misma dinámica, apúntate este tip: cambia el orden de los juguetes cada cierto tiempo porque es muy habitual que los niños se decanten por lo que ven en un vistazo. Quizás encontrar novedades a su alcance les invite a experimentar y a descubrir otros mundos inexplorados y enriquecedores.