Cuando la maternidad y otras circunstancias nos obligan a cambiar de trabajo. Guía realista para dar un volantazo laboral

Cada vez más mujeres se ven obligadas a reinventar su carrera profesional después de la maternidad. Claves prácticas y consejos para dar el salto

mayo 25, 2025 Escrito por Isabel Sauras

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Casi la mitad de las mujeres se plantea un cambio de rumbo laboral en torno a la maternidad tal y como afirma el Observatorio de la Mujer Profesional en España 2024 elaborado por EAE Business School. ¿Por qué nos ocurre esto? No se trata solo de tener hijos y cambiar prioridades o de problemas de corresponsabilidad. Factores como la falta de conciliación, la precariedad, el mal ambiente laboral, la necesidad de sentirse realizadas o la falta de identificación con los valores de la empresa, empujan a muchas mujeres a tomar decisiones difíciles todos los días.

No estás sola en esto. En algún momento de la vida, casi todas nos hemos sentido atrapadas en un trabajo que ya no encaja con lo que somos o con lo que necesitamos. A veces ocurre después de una maternidad, otras tras una crisis vital, una experiencia de burnout o simplemente cuando el cuerpo nos dice que no podemos seguir con el piloto automático en marcha.

Hemos hablado con la psicóloga Syra Balanzat de El Prado psicólogos para analizar algunos aspectos importantes cuando nos enfrentamos a un cambio de sector laboral.

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¿Por qué tantas mujeres se ven obligadas a reinventar su vida laboral?

Según el Observatorio de la Mujer Profesional en España 2024 elaborado por EAE Business School, el 47% de las mujeres afirma que la maternidad ha supuesto un punto de inflexión que ha modificado su trayectoria y situación laboral. En cambio, solo el 8% de los hombres encuestados reconoce haber vivido un impacto similar después de ser padres. No estamos solo ante una diferencia numérica: es una brecha estructural que deja bien claro que el coste laboral de la crianza sigue recayendo, en su mayoría, sobre nosotras.

Por muchas aspiraciones profesionales que se hayan tenido, plantearse la maternidad —y, sobre todo, volver al trabajo después de una baja— puede hacer tambalear todos nuestros cimientos. Cambian las prioridades por completo, y ese ritmo laboral frenético que mantuvimos durante años ya no encaja con las nuevas circunstancias.

La necesidad de pasar tiempo con nuestros hijos y no delegar completamente su cuidado se convierte, muchas veces, en un motivo de ruptura con nuestra vida anterior. Y esto les ocurre tanto a las madres primerizas como a quienes ya tienen más hijos.

Pero no todo son pérdidas ni renuncias. Muchas mujeres atraviesan un momento en el que, más allá de problemas como laborales, la falta de corresponsabilidad, la imposibilidad de conciliar o la falta de reconocimiento, se plantan y se preguntan: ¿Qué quiero hacer realmente con mi vida profesional? Y ese replanteamiento, aunque venga de una crisis, también puede ser una oportunidad para revisar valores, reconectar con una vocación olvidada o buscar algo que de verdad nos llene.

En este contexto, el emprendimiento se presenta como una nueva oportunidad. Según el mismo informe de EAE, un 59% de las mujeres contempla emprender como una vía para mejorar su situación laboral. No se trata solo de escapar de un sistema que no funciona, sino de intentar construir uno nuevo que sí lo haga (o al menos tener la esperanza de conseguirlo).

Esta idea de romper con lo establecido y bajarse de la rueda encaja con una tendencia más amplia de cambio. En este sentido, el último informe de InfoJobs sobre el estado del mercado laboral revela que un 30% de los trabajadores está buscando empleo activamente o se plantea cambiar si encuentra una mejor oportunidad. El inconformismo laboral es una realidad en todos los ámbitos, pero en el caso de las mujeres, ese deseo de cambio suele venir acompañado de muchas mochilas emocionales, sociales y familiares. Por eso, para muchas, reinventarse profesionalmente es mucho más que un cambio de trabajo, es un proceso mucho más profundo.

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Pasos razonables para lanzarse al cambio

Cambiar de trabajo da vértigo, especialmente si cuentas con cierta estabilidad, un contrato indefinido, un horario decente o un sueldo razonable. Pero hay momentos en que las circunstancias cambian tanto que lo que antes parecía suficiente deja de serlo. Y lo que de verdad da miedo ya no es dar el salto, sino quedarse estancada. Cambiar da miedo, sí. Pero resignarse o conformarse no tiene por qué ser la única opción válida. 

Uno de los principales frenos a la hora de tomar decisiones laborales importantes es la incertidumbre. “¿Y si me estoy equivocando?”, “¿Y si me arrepiento?”. A veces pasan años hasta que nos animamos a cambiar, y muchas mujeres no llegan nunca a dar el paso. “El miedo a lo desconocido y a salir de la zona de confort son bloqueos comunes. Para afrontarlos, es útil confiar en nuestras habilidades para adaptarnos a otros ambientes y centrarse en lo que sí depende de nosotras”, explica la psicóloga Syra Balanzat de El Prado psicólogos

Otro bloqueo emocional frecuente es el síndrome de la impostora. Esa cruel voz interior que nos taladra con la idea de que no vamos a estar a la altura, que no damos el perfil y que no vamos a saber hacerlo. “Este pensamiento tiene mucho que ver con la exigencia extrema y el miedo al fracaso. La clave está en no dar credibilidad a todas esas ideas negativas, y en apoyarse en pruebas reales que justifiquen que el puesto que hemos tenido (o al que aspiramos) lo hemos ganado por méritos propios”, afirma Balanzat.

Ante un cambio radical, también pueden aparecer otros miedos más profundos como traumas por malas experiencias anteriores, conflictos o despidos. En esos casos, la experta recomienda terapia psicológica y exposición gradual, por ejemplo, a través de entrevistas simuladas, para superar el bloqueo y recuperar la confianza en nosotras mismas.

No hay fórmulas mágicas, pero sí podemos dar pasos realistas que pueden ayudarnos a dar forma a ese cambio:

  • Haz inventario: Tómate un tiempo para anotar qué te gustaría hacer, qué se te da bien, qué necesitas que esté presente en tu nuevo trabajo y qué cosas no estás dispuesta a volver a tolerar.
  • Inspírate en otras experiencias: Habla con personas que hayan hecho un cambio similar. Las historias reales ayudan a sentir que no estás sola y que se puede salir del bloqueo.
  • Invierte en formación: Cursos, lecturas o charlas pueden ayudarte a reducir la inseguridad y acercarte al nuevo sector. La formación no solo te abre puertas, también construye confianza.
  • Reconoce tus logros: Haz una lista de los objetivos profesionales que ya has alcanzado. Ver tu recorrido con perspectiva te recordará que no empiezas de cero, y que tienes herramientas para afrontar nuevos retos.

“El miedo a lo desconocido y a salir de la zona de confort son bloqueos comunes. Para afrontarlos, es útil confiar en nuestras habilidades para adaptarnos a otros ambientes y centrarse en lo que sí depende de nosotras”

Syra Balanzat, psicóloga en El Prado psicólogos. 
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Reinventarte no significa hacerlo sola: tu red también importa

Con el trabajo emocional hecho, llega el momento de pasar a la acción: rehacer tu currículum, actualizar tu perfil profesional, buscar redes de empleo, conectar con otros sectores…. Y sobre todo, recordarte que todo lo vivido en tu trayectoria laboral anterior (tanto lo bueno, lo malo) es la experiencia que va a ayudarte a avanzar.

No nos engañemos, el cambio de rumbo laboral no es, casi nunca, cuestión de coser y cantar. Cambiar de vida profesional es un proceso normalmente largo y emocionalmente exigente, y cuesta mucho. Habrá dudas, inseguridades y momentos de bajón. Por eso, rodearte bien es parte de la estrategia. “Durante la transición laboral se pueden atravesar momentos emocionales que dificultan el avance hacia el cambio. Tener una red de apoyo emocional, donde poder expresarse y permitirse ser cuidado, aporta la energía necesaria para mantenerse constante”, explica Syra Balanzat.

Puedes tirar de contactos antiguos (de la universidad, de otros trabajos), acudir a comunidades o asociaciones profesionales relacionadas con el nuevo sector al que quieras enfocar tu carrera, asistir a eventos, frecuentar espacios coworking o seguir a personas influyentes del sector en redes sociales. Todo es útil.

Lo importante es tener bien presente que dar un volantazo laboral no es sinónimo de fracaso. Es una oportunidad para reajustar el rumbo hacia una vida más alineada con quien eres hoy. Con información, apoyo emocional y una planificación realista, puedes empezar a construir el trabajo que quieres y mereces.

Puede que el proceso sea largo e implique momentos complicados. Por eso, si lo necesitas, busca ayuda profesional, porque recurrir a la terapia puede marcar una diferencia enorme en cómo transitas este proceso.

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