Sharenting o la doble cara de compartir contenido de tus hijos en redes sociales
Nos encanta contar los avances y logros de nuestros peques, pero ¿conocemos de verdad los riesgos de relatar su vida en internet? Antes de darle a publicar, toma nota de nuestros consejos para hacerlo de forma segura y consciente.
Todas estamos de acuerdo en que hay muchas ventajas que nos ofrecen las redes sociales, pero, ¡ay, amiga!, ¿qué pasa cuando hablamos de los inconvenientes y de los riesgos que conlleva el uso inadecuado (e incluso adecuado) de las mismas? Pues que se abre la caja de Pandora, especialmente cuando nos referimos a la exposición de los menores, un concepto también conocido como sharenting.
Muchos niños están presentes en las redes sociales incluso antes de nacer y su vida se relata con todo detalle en los perfiles sociales de sus padres o familiares hasta que tienen capacidad de decisión o de tener redes propias. Cuando la presencia de estos pequeños y pequeñas va mucho más allá del entorno cercano y familiar y se convierte en un instrumento para conseguir likes, hablamos de sobreexposición y entramos en un terreno pantanoso.
Publicar una foto de tu hijo en la playa es un sencillo gesto que se suele hacer sin pensar, pero que podría llegar a tener consecuencias con las que no estemos conformes. Esto no tiene por qué ser siempre así, pero, como solemos decir, es importante disponer de toda la información para saber con qué cartas jugamos. Es bueno saber los riesgos que existen para valorar si nos compensan los beneficios. Te contamos todo sobre el sharenting y cómo podría llegar a afectar a tus hijos.
¿Qué es el sharenting? Sobreexponer a los pequeños en el mundo digital
Sharenting es la sobreexposición (o divulgación inadecuada de imágenes e información) de los hijos e hijas en redes sociales. El término en inglés es una combinación de share (compartir) y parenting (ejercer como padres) y responde a la circunstancia de que un porcentaje altísimo de los usuarios de redes sociales publica diariamente fotos, vídeos o información de sus hijos, en ocasiones, sin su consentimiento (quizá son demasiado pequeños, quizá no se les consulta) y, a veces, también sin medir las consecuencias, exponiéndose a riesgos que apenas se han tenido en cuenta.
Hasta hace unos años, las redes sociales no eran una pieza más de nuestro día a día y por eso, en realidad, estamos aprendiendo a convivir con ellas.
La generación de nuestros hijos es la primera que va a tener una infancia pública, por eso a veces no somos conscientes de que cualquier imagen o información de ellos que se cuelga en internet deja de pertenecernos y pasa a formar parte de su huella digital. Una huella digital imborrable que le acompañará durante su vida (para bien o para mal).
Lo más importante cuando hablamos de sharenting es distinguir entre el uso “doméstico” de las redes sociales, en el que unos padres orgullosos comparten la vida de sus hijos con su entorno cercano sin más pretensiones que contar a sus seres queridos las hazañas de sus hijos, como sus primeros pasos, el primer día de colegio o sus éxitos deportivos, y la sobreexposición de los pequeños.
En el primer caso, los riesgos serían asumibles; en el segundo, pueden escapar al control familiar. Pero, en cualquier caso, debemos tener en cuenta que, mientras la privacidad de ese menor esté en nuestras manos, nuestra obligación es gestionarla de la forma más segura.
La generación de nuestros hijos es la primera que va a tener una infancia pública, por eso a veces no somos plenamente conscientes de que cualquier imagen o información de ellos que se cuelga en internet pasa a formar parte de su huella digital.
¿Vas a publicar? Ok, pero con responsabilidad
Si quieres proteger la intimidad de tus hijos a toda costa, no publiques nada de ellos que pueda ser utilizado en su contra en el futuro y procura preservar su intimidad en la medida de lo posible. Como se suele decir, quien evita la ocasión, evita el peligro. En este sentido, no solo hablamos de imágenes o vídeos que puedan comprometer su intimidad, sino de información demasiado detallada sobre su día a día que ponga en riesgo su seguridad.
Te damos algunos tips para hacerlo bien:
- No utilices la geolocalización al publicar.
- No publiques datos personales del menor ni directa ni indirectamente. Procura que en las fotos no se vea explícitamente a qué colegio va, dónde vive o dónde celebra su cumpleaños, por ejemplo.
- Los niños deben aparecer siempre vestidos, incluso los bebés.
- Plantéate la posibilidad de no mostrar su cara directamente.
- No publiques imágenes o vídeos que puedan avergonzar a tu hijo o hija ahora o en el futuro. Protege su autoestima.
- Antes de publicar algo, piensa dos veces si las personas que van a ver esa foto son de confianza.
- Cuando los niños tienen capacidad de decisión sobre su imagen, deberían consentir qué se difunde sobre ellos y que no.
- Consulta las políticas de privacidad de las redes sociales que utilizas para publicar información o fotografías sobre tus hijos.
- Google te da la opción de activar una notificación siempre que alguien busque su nombre en su página. Esta puede ser una buena herramienta de prevención.
Si tus hijos ya tienen sus propias redes sociales, pero todavía son menores, ayúdales a decidir qué deben publicar y que no y vigila, en la medida de lo posible, con quién comparten sus post. Puede que no les haga demasiada gracia que estés tan pendiente de sus redes, pero es importante que sean conscientes de los límites que deben establecer.
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¿Qué riesgos reales conlleva el shareting?
No nos gusta ponernos dramáticas, pero las redes sociales pueden pasar de ser nuestras amigas a nuestras enemigas y hay que ser conscientes de los peligros que podría conllevar publicar de forma inadecuada posts sobre nuestros hijos.
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Huella digital
Desde la primera publicación, estamos creando la imborrable huella digital de nuestros hijos. Esto no tiene por qué ser malísimo, pero ten en cuenta que cualquier cosa que publiques deja de pertenecerte y quedará en la red indefinidamente. En el futuro, puede que tus hijos no estén de acuerdo con lo que has publicado sobre ellos. Be careful….
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Ciberacoso
El ciberacoso y el ciberbullying están demasiado a la orden del día, sobre todo entre los adolescentes. Cuidado con lo que publicas (o lo que suben tus hijos cuando tengan sus propias redes sociales) porque puede ser utilizado en su contra.
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Grooming
Este término se refiere al acoso de un adulto a un niño a través de las redes sociales. Es un tema muy serio.
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Suplantación de identidad, pedofilia, fraude, chantajes…
Lo que publicas se puede descargar y existen riesgos reales de que alguien utilice esas imágenes para un mal fin
¿Qué pasa cuando los padres no se ponen de acuerdo en el uso de las imágenes de sus hijos en internet?
Cuando los niños son pequeños, su vida real y su vida digital está en manos de sus padres, somos nosotros quienes hacemos y deshacemos según nuestro criterio. Por eso hay padres que nunca publicarían nada sobre sus hijos y otros que optan por exponer su vida en el entorno digital. El problema viene cuando las decisiones sobre la vida de los niños no dependen solo de un progenitor y ambos no se ponen de acuerdo en el asunto.
Recientemente, hemos asistido en redes a una disputa entre personajes públicos que han dejado de ser pareja y tienen diferentes opiniones sobre cómo debería ser la exposición de su hijo en las redes sociales.
Pues bien, mientras el niño no pueda tomar sus propias decisiones al respecto, la ley dice que es imprescindible que las dos partes estén de acuerdo para compartir en las redes cualquier contenido sobre el pequeño o pequeña, independientemente de quién tenga la custodia o de si esta es compartida.
Ten esto en cuenta (incluso puede ser un tema a tratar antes de decidir tener hijos con tu pareja), así como el resto de nuestros consejos, para una exposición de tus hijos e hijas sana, consciente y cuidadosa en el entorno digital.