¿Cómo es una clase de barre? Ponemos a prueba el entrenamiento de moda

Promete piernas de bailarina y un core fuerte, pero… ¿funciona de verdad?

mayo 7, 2025 Escrito por Sara G. Pacho

Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Anna Padilla, Cocó Constans (aka ffitcoco), Blanca Beis o Victoria Federica son algunas de las celebrities o influencers que se han apuntado al entrenamiento de moda: el barre, una disciplina que combina ballet, pilates y yoga (sí, la fantasía de toda pilates princess). Como nosotras no queríamos ser menos, hemos ido a probar una clase a Barrelatte, un estudio en el barrio de Chamberí de Madrid que combina estas sesiones con su buena dosis de wellness en un espacio donde encontrar la calma en medio del ajetreo diario.

Ofrecen tres modalidades con nombres inspirados en lo que sería una cafetería de especialidad para elegir en función de lo que te pida el cuerpo: espresso shot es la sesión más cardio para cuando quieres darlo todo, matcha latte o pilates sculpt para trabajar movimientos fluidos con un bajo impacto y pesas de hasta 10 kg, y, por último, flat white, que promete trabajar la resistencia muscular y dejarte las piernas hechas polvo. Esta es la que yo probé y, spoiler, cumple. 

¡Pero no nos adelantemos! Comencemos haciendo una pequeña ficha técnica de qué es esto del barre.

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Lo que debes saber antes de empezar a ir a barre

  • ¿Qué es el barre?

    Es una actividad de bajo impacto pero de alta intensidad que utiliza movimientos inspirados en el ballet combinados con elementos del pilates, el yoga y el entrenamiento de fuerza.

    Está inspirado en el calentamiento que hacen los bailarines y bailarinas para fortalecer tanto piernas como abdomen y brazos y se trabaja con ayuda de la clásica barra de ballet como soporte. Además, se utilizan props como pesas ligeras, bandas elásticas o pelotas.

  • ¿Cómo es una sesión de barre?

    Consiste en la ejecución de varias series con varias repeticiones y diferentes rangos de movimiento, desde uno bien amplio a pequeños rebotes. En estos movimientos se enfatiza en la postura y alineación y se trabaja al fallo muscular tanto de piernas como de brazos y abdomen. Vamos, hasta que los músculos arden.

    De fondo, música motivante, y, para dar un plus a los ejercicios, diferentes complementos.

  • Para quién se recomienda

    Es una clase perfecta para cualquier persona que quiera trabajar su resistencia, entrenar fuerza con su propio peso y mejorar su postura de manera guiada, colectiva y divertida.

    Es apto para todos los niveles, desde principiantes hasta avanzados, aunque si nunca has hecho deporte o no estás en tu mejor forma física es ideal empezar poco a poco para no acabar con agujetas hasta en las pestañas. También pueden practicarlo mujeres embarazadas.

    Aunque una sesión clásica de barre –ya hemos visto que hay variantes– no es una sesión cardio en el sentido más tradicional, el ritmo cardíaco aumenta. Y se suda.

  • Precio

    Varía según el estudio y la ciudad. De media, una clase suelta puede rondar los 15-25€, aunque hay bonos y suscripciones que lo hacen más asequible.

  • ¿Qué ropa necesitas?

    Ropa deportiva cómoda, lo más transpirable posible para no pasar mucho calor durante el entrenamiento, y ligera (leggings, shorts, camiseta, top… con lo que te sientas mejor).

    Es un ejercicio que se practica descalza, por lo que, si vas a usar calcetines, utiliza mejor unos que sean antideslizantes (en algunos estudios su uso es obligatorio, de hecho).

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Mi primera clase de barre en Barrelatte… ¡no será la última!

Aquí va mi experiencia en una clase de barre en Barrelatte. Desde hace tiempo unas amigas me habían hablado de esta disciplina como un ejercicio potente y muy divertido. ¡Ellas están enganchadas! Así que cuando llegó mi momento de probarlo estaba realmente expectante.

Sabía, por ellas y porque había cotilleado la web del estudio, que la experiencia empezaría al poner un pie allí. Y así fue. No sé otros espacios, pero Barrelatte es un lugar muy cuqui pensado para pasar un buen ratito de selfcare, que siempre viene fenomenal. De hecho, entre sus benefits destaca la posibilidad de utilizar las máscaras de infrarrojos de Natcare, un dispositivo para estimular el colágeno de la piel que puedes ponerte 10 minutitos antes de empezar la clase mientras te relajas leyendo algún libro de los que ofrecen o charlando con otras socias.

Cuando llegó la hora del flat white, me dieron una toalla, escogí un sitio en la sala, que me pareció realmente bonita, en tonos grises y rosa talco, con una barra de ballet alrededor y espejos, esterillas y una cestita con diferentes complementos. La profe, Eva, tan encantadora como motivadora, se presentó e interesó por las que, como yo, estábamos a punto de vivir nuestra primera sesión. Estuvo muy atenta tanto antes como durante la práctica, lo que siempre es de agradecer.

Pero vamos al turrón: la clase. Comienza con un pequeño calentamiento y una explicación de los nombres de algunos ejercicios o posiciones para que las instrucciones no te pillen despistada. Después, lo que Eva llamó el combo y yo internamente apodé “las agujetas de mañana”: muchas repeticiones de ejercicios tipo sentadilla o zancada, con diferentes ritmos, rangos de movimiento y rebotes. Las piernas echaban humo, y eso que yo entreno habitualmente. A eso le añadimos ejercicios con una pequeña pelota para continuar trabajando la musculatura sobre una superficie inestable y también para dar un punch a la cara interna de los muslos.

Cuando crees que ya no puedes más, la instructora exclama con toda su energía: «¡Solo ocho más!». Entonces sabes que, efectivamente, volverás a casa con las piernas temblando como un cervatillo recién nacido.

Cuando las piernas ya están a tope, pasamos a los brazos, con ejercicios tipo plancha con mancuernas de un kilo. Otra vez repeticiones y repeticiones al ritmo de Rauw Alejandro. Si crees que las pesas de 1 kg no hacen nada, espera a hacer 50 repeticiones. Y, para finalizar, abdomen con la pelotita y las mancuernas también, para poner el six pack a tono. La verdad, cuando me quise dar cuenta nos estábamos despidiendo: los 50 minutos, a pesar del “sufrimiento” muscular, pasaron volando. ¡Fue muy divertido!

Al acabar la clase, Clara, la chica que está en la recepción, ofrece un café o un matcha reparador que se agradece disfrutar sentada en el bonito espacio. Por supuesto tienen duchas, con productos Kérastase y secadores Dyson para sentirte como una celebrity más. 

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Lo que más me gustó

  1. En 50 minutos trabajas todo el cuerpo.

  2. Es un ejercicio sin impacto, ideal para cuidar las articulaciones.

  3. Es un rato ameno y divertido: la música, la profe, compartir la clase con otras barristas… ¡El ambiente era increíble!

  4. Sentir que es un rato que estás cuidando de ti (apoyado en los benefits y en cómo está diseñado el espacio).

Lo que menos me gustó

  1. He dicho que es para todos los públicos independientemente de su condición física porque así lo creo, pero, ojo: si nunca has entrenado o estás en baja forma es posible que hacer una primera clase como la que yo hice te deje unas agujetas que te quiten las ganas de volver. Lo ideal es que ese día la clase sea más light.

  2. No es la opción más económica para hacer ejercicio de manera regular.

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Conclusión: ¿repetiría?

¡Seguro que sí! Creo que es una forma estupenda de pasarlo bien mientras te mueves, trabajas la fuerza y la resistencia muscular. Eso sí: intentaría –en la medida de las posibilidades de cada una– combinarlo con otros ejercicios para que la rutina sea más completa: quizá entrenamiento de fuerza con más peso, stretching, yoga…

Imágenes | Barrelatte y Bloom

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