La vuelta de los chats con desconocidos

septiembre 7, 2025 Escrito por Sara G. Pacho

Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Hace unos 20 años, millones de adolescentes en todo el mundo descubrían cómo “esa cosa llamada Internet” que había llegado a sus casas y que dejaba inutilizado el teléfono fijo (¡!) durante el rato de conexión, podía acercarles a otras personas cercanas o lejanas con quienes charlar durante horas. Chats como el de Terra llenaron sus salas (diferentes espacios donde tener conversaciones sobre diferentes temas o con diferentes perfiles) se llenaron de nicks inventados (algunos con más acierto y gracia que otros), dibujos creados con los símbolos del teclado y reclamos de atención de lo más rudimentario, y surgieron amistades e incluso ciber romances.

Estas primeras experiencias digitales parecen hoy en día del pleistoceno, ya que las redes sociales arrasaron con esta forma de comunicación espontánea y anónima para transformar completamente el modelo. Sin embargo, como los pantalones de campana o los abrigos de paño, todo vuelve, y estos chats con desconocidos están resurgiendo de sus cenizas. ¿Cómo se puede explicar en pleno siglo XXI esta vuelta a los orígenes? ¿Qué hay detrás de esta preferencia por hablar con desconocidos en lugar de interactuar con amigos reales, familia o compañeros del trabajo?

La psicología del anonimato

Seguro que alguna vez has escuchado o leído la frase “hazlo como si nadie te estuviera mirando” para animarte a sentirte realmente libre. Este «aforismo popular» apela a lo mismo que estos chats: el efecto desinhibidor del anonimato. Y es que, cuando nadie nos ve o sentimos que nadie nos conoce –como cuando, por ejemplo, estamos en una ciudad que no es la nuestra–, es posible que tendamos a ser más espontáneas.

¿Alguna vez has tenido la sensación de que a un desconocido le contarías muchas más cosas que a tu mejor amiga? A veces puede parecer que las personas que más nos conocen nos van a juzgar y eso hace que no nos mostremos 100% naturales. En el caso de los adolescentes esto se dispara, ya que es una época de la vida en la que se experimenta a tope con la identidad. Así, estos chats anónimos funcionan como una especie de laboratorio donde pueden experimentar: ensayar roles, probar discursos o compartir vulnerabilidades sin miedo al escrutinio de sus pares. 

Qué decir de generaciones tan marcadas por la sobreexposición como son los Z y los Alpha. La psicología nos dice que es comprensible que se sientan más libres en estos espacios que bajo los estándares de plataformas como Instagram o Tik Tok. Si tenemos en cuenta, además, que, según el estudio sobre Juventud y Soledad no deseada en España presentado en febrero de 2024 promovido por la Fundación ONCE en colaboración con Ayuda en Acción, el 69% de los jóvenes españoles de entre 16 y 29 años se sienten solos o se han sentido solos en algún momento de sus vidas, podemos pensar que estos chats son, quizá, una válvula de escape.

Chatroulette: el modelo que no había muerto, estaba de parranda

En 2025, el interés por formas de comunicación más privadas y efímeras es lo que lo peta. Según The Market Intelligence, el mercado de apps de chat anónimo alcanzará los 5.450 millones de dólares al cierre de este año, lo que supone una tasa de crecimiento sostenido de casi el 9% interanual.

No son exactamente los mismos (¡menos mal!): han cambiado la interfaz, han incorporado tecnologías de verificación y moderación e incluso la traducción automática, pero el espíritu del chat con morenito98 o mariposilla_feliz parece permanecer intacto. Estamos hablando de aplicaciones como Yubo, que presume de celebrar “la verdadera esencia de ser joven” y un espacio donde “todo el mundo puede ser uno mismo”, Wizz, que ofrece espontaneidad, seguridad e inclusión entre personas de todo el mundo, o incluso los herederos de Omegle (cerrado en 2023 por acumulación de denuncias por su mal uso), rebautizado como Uhmegle para usuarios mayores de 18 años con moderación avanzada. 

¿Qué tienen en común estas plataformas? Que atraen a adolescentes que buscan algo que las redes sociales tradicionales ya no les ofrecen: anonimato, naturalidad y la posibilidad de ser quienes quieran sin dejar rastro.

Este fenómeno es tan inquietante como fascinante: ¿estamos, acaso, ante un claro caso de nostalgia digital o es más bien un rechazo a la hiperconexión de una generación agotada de verse tan expuesta y vigilada? ¿Este anonimato nos hace más libres o más vulnerables ante el acoso, el grooming y la violencia machista

Las cifras del informe, así como ese deseo de comunicarse sin necesidad de revelar su identidad que destaca en sus conclusiones, nos dan a entender que, más que una moda pasajera, la vuelta de los chats anónimos nos habla de un cambio estructural: los adolescentes quieren escapar de la hipervigilancia digital. No quieren dar más datos a las empresas, ni informar sobre sus gustos o hábitos de vida. En este clima de hartazgo y desconfianza, la promesa del anonimato resulta de lo más atractiva. Y es que, frente a las redes sociales donde cada gesto queda registrado y medido, estas apps ofrecen la ilusión de un espacio seguro, libre de evaluación y juicio. 

Modelos evolucionados, ¿más seguros? y diversos

No hay nada como cometer errores para aprender de ellos y enmendarlos. En 2023, Omegle tuvo que cerrar ante la avalancha de denuncias de grooming y pornografía infantil. Hoy en día, la mayoría de estas aplicaciones ya han incorporado la moderación en tiempo real, algoritmos de detección de desnudos o filtros por intereses. De esta forma, aplicaciones como Chitchat – Talk to strangers o ZEGOCLOUD, se presentan como una experiencia más cercana a esa socialización genuina de los 2000. 

Como saben a que público se dirigen mayoritariamente –adolescentes–, están construidas para evitar los posibles riesgos que enfrentaron en el pasado (y que están a la orden del día en los entornos digitales) con mecanismos de verificación de edad, supervisión por IA y monitoreo humano para que no se cuelen adultos “indeseados”. ¿Es 100% fiable? Lamentablemente, no.”Hecha la ley, hecha la trampa”. Según critican padres y expertos en seguridad, no es complicado burlar estos controles

No podemos obviar que ese anonimato y aleatoriedad tan deseada por unos para ser más libres, es también muy codiciada por otros con intenciones no tan sanas. Estas apps, son el caldo de cultivo perfecto para la exhibición no consentida y la manipulación, muy a pesar de sus sistemas de control en constante revisión y mejora. Es decir: los mismos espacios que pueden liberar a una adolescente de la presión de su identidad social pueden exponerle a nuevas formas de violencia sexual digital. 

La búsqueda de la libertad y sus riesgos

El renacer de los chats anónimos nos recuerda que la tecnología también avanza hacia las necesidades más humanas y primarias como la conexión o la promesa de reinventarnos lejos de la mirada ajena, y no solo de las exigencias de los gigantes de Silicon Valley; que frente a la estética perfectamente calculada de las redes sociales, estos espacios abogan por recuperar la espontaneidad y la naturalidad. Es paradójico pensar que en un mundo obsesionado con exhibir, crezca a la par el deseo de desaparecer, aunque sea parcialmente. 

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El anonimato es un arma de doble filo: refugio y libertad versus grietas por las que se cuelan los riesgos habituales en entornos digitales.

Más que idealizar o demonizar estas plataformas, nos queda la reflexión de a qué responde esta vuelta a los orígenes más “humildes” de la conexión vía internet: estos chats son un síntoma de la necesidad de explorar nuevas formas de intimidad lejos de un contexto de vigilancia permanente, de recuperar la frescura de mostrarse tal cual, sin etiquetas, sin seguidores, sin likes, sin métricas de aprobación. Más que una moda –pasajera o no– estamos ante la reivindicación de algo esencial: el derecho a ser nosotras mismas, sin juicios, sin disfraces, sin presión. 

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