Ya no tengo cáncer, ¿ahora qué? La vida (y el cuerpo) después de la enfermedad

Superar el cáncer no siempre significa que todo vuelva a ser igual: el cuerpo cambia, la mente también. Hablamos de la recuperación tras la enfermedad.

octubre 19, 2025 Escrito por Noelia

Redactora especialista en Salud Femenina, con más de diez años de experiencia en esta temática. Posgrado en Periodismo Digital por la Universidad Rey Juan Carlos.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

“Ya no tengo cáncer”. Sobrevivir al cáncer es la mejor noticia que se le puede dar a un paciente y a sus familiares. Pero después de esta buena noticia llega esa etapa de la que nadie habla. Posibles secuelas físicas y psicológicas, continuar con un tratamiento (a veces de por vida) y, en ocasiones, mucho miedo.

La vida después del cáncer es una nueva y maravillosa oportunidad, pero nadie habla de lo que también implica a otros niveles. Para entenderlo mejor hemos hablado con tres profesionales, la oncóloga clínica Cindy Jiménez, la doctora Aída Díaz y el psicólogo Manuel García, quienes nos han explicado muy bien qué puede ocurrir en esta nueva etapa.

Sobrevivir al cáncer: otra etapa

Para una persona diagnosticada con cualquier tipo de cáncer y para su entorno, sin duda la noticia más deseada es la de haber superado la enfermedad. Tras este feliz momento se abre una nueva ventana en la que, en ese momento, la persona no es quien era antes de comenzar a transitar este camino

La recuperación de la vida normal después del cáncer depende mucho de si ha sido una enfermedad localizada o metastásica

Y esto también hay que visibilizarlo. La vida después del cáncer viene con secuelas físicas, emocionales y sociales que también es importante comprender y atender. Cuando una persona “ya no tengo cáncer”, también está dando la bienvenida a una nueva etapa de su vida.

Hay muchos motivos que justifican que la persona que lo ha padecido pueda no estar del todo bien. Es un proceso traumático, además de las consecuencias del tipo de tratamiento que haya podido tener, desde una mastectomía hasta otras secuelas. Toda la energía del paciente y sus familias se centra en la curación, pero a veces se olvida qué ocurre después.

El cuerpo después del cáncer

Una de las dudas más habituales es qué ocurre en el cuerpo tras sobrevivir al cáncer, si quedan secuelas o volveremos a ser los de antes.

La oncóloga Cindy Jiménez nos explica que “depende del tipo de tratamiento y de cada persona. Algunos tratamientos, como la quimioterapia, pueden causar efectos temporales como fatiga o una disminución de las defensas que tarda un poco en recuperarse o incluso podría mantenerse tiempo después de finalizar el tratamiento. En el caso de cirugías, como la mastectomía, hoy, contamos con técnicas de reconstrucción que permiten restaurar la imagen corporal y la confianza”.

ya no tengo cancer

La doctora Jiménez insiste en que “en oncología no solo buscamos curar, sino también cuidar la calidad de vida y acompañar en cada etapa del proceso de recuperación”.

Ante la pregunta de si es necesario seguir con un tratamiento de por vida o es posible llevar una vida normal después del cáncer, la oncóloga diferencia entre la enfermedad localizada y la metastásica: “en los casos de una enfermedad localizada, una vez finalizado el tratamiento, la mayoría de los pacientes pueden retomar una vida completamente normal. En cambio, cuando la enfermedad es metastásica, el tratamiento suele mantenerse para controlar la enfermedad y convertirla en un proceso crónico”.

Pero esto no significa que la rutina no pueda volver a ser como antes del diagnóstico de la enfermedad: ”muchos pacientes llevan una vida activa, debido a los avances actuales en terapias dirigidas y manejo de efectos secundarios”, recuerda la doctora Jiménez.

La parte que no se ve: miedo, culpa y vulnerabilidad

Un paciente que ha superado un cáncer puede experimentar diversas sensaciones y emociones. Desde la euforia por haber “vuelto a nacer”, hasta la culpa, la vulnerabilidad y, por supuesto, el miedo.

En este sentido, la médico de familia Aída Díaz nos cuenta que “en ocasiones esta nueva etapa se vive como un deadline”. Cuando es necesario someterse a pruebas de control cada cierto tiempo algunos pacientes lo pueden vivir como “un momento de alivio, pero en el que nunca te dan más esperanza que un año”. 

Algunos pacientes y sus familiares pueden vivir cada revisión como una especie de prórroga, un ‘deadline’ que nunca es para siempre

Cómo cambia tu entorno

Indudablemente es algo que acompaña también a la familia y el entorno. Y es que los propios familiares también necesitan afrontar el problema, agarrarse a lo que dice el equipo médico y tener en cuenta las vivencias y necesidades emocionales que pueda tener el paciente.

Los familiares más cercanos también deben aprender a superar este proceso y a recuperar la vida después del cáncer, pero, para ello, primero debe dejar de ser un tabú. Para entender también el impacto emocional de esta vivencia, hemos hablado también con el psicólogo Manuel García, quien precisamente defiende esta idea de eliminar el tabú que existe entorno a la enfermedad “pero que no se convierta en el único protagonista de la vida”.

efectos secundarios del cancer

El papel de las familias es muy difícil y “deben saber qué es lo que está bajo su control y qué se escapa de él. Muchas veces tenemos que transitar todo un camino hasta convertir el cáncer en una circunstancia con la que convivir. Los familiares también necesitan aprender a cómo acompañar en un gran número de ocasiones y tener espacios donde poder sentirse escuchados fuera de la familia”.

Y para ellos también es muy importante dejar de lado la culpa. “En muchas ocasiones no pueden dar tanto como quisieran porque tienen que equilibrar sus retos personales (oposiciones, trabajo, parejas, familias…) con el acompañamiento a la persona  que quieren. Deben saber auto reconocerse y saber que el autocuidado no es un acto de egoísmo sino necesario para que podamos cuidar desde nuestra mejor versión”.

Sexualidad, autoestima y deseo: volver a reconectar contigo

La vida después del cáncer también implica volver a conectar con una parte de ti que probablemente ha estado apagada: la sexualidad y el deseo, pero también el autoestima que, con los cambios físicos que forman parte de los efectos secundarios del cáncer, se ha podido ver muy afectado.

En este sentido, la persona debe darse sus plazos, volver a encajar estas piezas en el puzle de su vida, sin imposiciones, sin culpas y sin prisas.

Una encuesta realizada por Livestrong concluye que cerca del 60% de los supervivientes de cáncer han experimentado algún tipo de disfunción sexual después del tratamiento. En este sentido, el centro oncológico Virginia Oncology Associates explica que “las preocupaciones sexuales después del cáncer pueden ser de naturaleza tanto mental como física”.

Y pueden serlo para ambos miembros de la pareja, por lo que la comunicación es clave para “una vida sexual sana y satisfactoria después del cáncer”. Pero, además de trabajar en la comunicación en pareja y en la autoaceptación, también puede ser muy útil exponerle la situación al equipo médico con el fin de que puedan recomendar opciones terapeutas, herramientas o técnicas que puedan ayudar a mejorar la líbido y la función sexual.

La importancia del acompañamiento psicológico y del autocuidado

El psicólogo Manuel García también nos ayuda a entender cómo gestionar la incertidumbre que genera cada revisión en una persona que ya ha superado la enfermedad. “Es lógica toda esa incertidumbre que se vive en esos momentos. No podemos prohibir a una persona que no sienta miedo cuando pasa por los mismos lugares donde estuvo luchando por sobrevivir”, explica García.

Además, a esto se le suma que “hay métodos de revisión que incluso despiertan ansiedad por ser claustrofóbicos o incluso que existieran fobias antes de afrontar este proceso, como a la sangre o a los hospitales”.

El problema de las revisiones, aunque necesarias es que “volver al hospital puede hacer revivir lo vivido. Las personas deben sentirse sobre todo acompañadas y protagonistas de su proceso médico, de su historia y de las decisiones que toman”.

Y aquí es donde entra en juego la importancia del acompañamiento psicológico. El doctor García insiste en que “tenemos que librarnos de la culpa de ser una carga y saber acogernos con nuestras amistades y familiares. Nadie merece afrontar el miedo en soledad y la verdadera carga para quienes nos quieren es no poder acompañarnos o ayudarnos”.

En el lado del autocuidado, este también pasa por celebrar la vida y volver a conectar con uno mismo. El psicólogo lo explica muy bien: “no se deben dejar de pasar las oportunidades de reconocerse en la batalla contra el cáncer ni de celebrar los logros que suponen esas revisiones donde todo sale bien”.

Es importante entender a las personas como un todo: sentido social, emocional, estado físico y mental. Abarcar el concepto vital más amplio de uno mismo y entender nuestro propósito en el tiempo otorga una mayor carga vital y ayuda a que la persona pueda recuperar su energía.

Vivir sin miedo: la vida más allá del cáncer

Para terminar nos quedamos con una bonita reflexión que el psicólogo nos ha regalado: “una amiga y psicóloga decía que el cáncer sin duda ninguna no da felicidad, pero se pueden tener momentos de felicidad a pesar del cáncer. Se debe inculcar que en todo aquello que existe y sobre lo que se tiene control se puede encontrar un refugio para ser feliz: su red afectiva, sus proyectos, su rutina o sus hobbies”.

La recuperación emocional después del cáncer es igual de importante que la recuperación física. Con una buena red de apoyo, mucho autocuidado y seguir las indicaciones del equipo médico se puede transitar de un modo más amable la experiencia de sobrevivir al cáncer.

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