¿Qué es la ansiedad y cómo saber si te afecta?
¿Alguna vez has sentido que la ansiedad llamaba a tu puerta? Take it easy: te ayudamos a saber si es eso o no y cómo tienes que tratarla.
Seguramente más de una vez has escuchado decir a alguien que tiene ansiedad. Puede que incluso tú misma te la hayas diagnosticado en más de una ocasión, sin embargo, no siempre es fácil identificarla. A menudo podemos confundirla con nervios más “normales”. En este post queremos explicarte qué es ansiedad (porque sí, es real) y qué no lo es, cuáles son los síntomas y sus posibles tratamientos. Eso sí: no te olvides que nada de esto sustituye a una evaluación médica.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una mezcla de sentimientos de miedo e inquietud. Aunque sea una sensación incómoda, es un mecanismo que tiene nuestro cuerpo para ponernos alerta. En su justa medida puede servirnos de protección y ayudarnos a afrontar los retos con decisión y dureza, pero cuando se descontrola y es la ansiedad la que nos domina a nosotras el efecto es el contrario. Nos sentimos desbordadas, el deterioro psicológico nos bloquea y cualquier situación nos resulta casi imposible de encarar. Cuando alcanzamos ese estado tan angustiante es cuando podemos sospechar que sufrimos un trastorno de ansiedad: los sentimientos de pánico y nerviosismo interfieren de manera negativa en nuestro día a día y perdemos el control.
Las causas de la ansiedad son aún hoy bastante desconocidas. Pueden influir factores genéticos, pero también el entorno, el trabajo, o cómo seamos cada una. Lo que sí sabemos es que algunos tipos de personas son más propensas a sufrirla como, por ejemplo, quienes han tenido un episodio traumático en la infancia o tienen una personalidad más introvertida.
Quizá no te identifiques con nada de esta descripción… ¿y aun así crees que has tenido un ataque de ansiedad? Es muy posible, así que no entierres tu experiencia y habla con tu médico o con un especialista de salud mental como un psicólogo.
¿Qué NO es ansiedad?
«Uff, se acerca un examen y tengo una ansiedad…» Seguro que alguna vez has escuchado (o dicho) algo similar. Con frecuencia tendemos a pensar que tenemos ansiedad cuando quizá no sea exactamente eso lo que nos pasa. La ansiedad es un trastorno que va más allá de ponernos nerviosas ante un determinado estímulo, como por ejemplo, un examen o una entrevista de trabajo. Podemos ser más templadas o más inquietas y, por tanto, enfrentarnos a las situaciones de manera diferente. Sentir nervios es una respuesta psicológica y fisiológica totalmente normal. Eso sí: esos nervios y la ansiedad no son lo mismo.
En el otro lado, también es posible confundir la ansiedad con otros trastornos o patologías, como la depresión o el estrés post traumático. Las enfermedades que tienen que ver con nuestra salud mental están tan estigmatizadas que es fácil confundirlas y pensar, quizá, que lo que nos pasa es lo que ya le hemos escuchado a alguien y no otra cosa.
Cuando esos sentimientos de pánico, estrés y agitación son recurrentes y no nos permite realizar vivir nuestra vida con normalidad, lo más recomendable es consultar con una profesional de la salud. Solo esa persona será capaz de determinar qué nos está pasando y, por tanto, poner soluciones adecuadas.
¿Qué tipos de ansiedad existen?
La ansiedad puede presentarse de diferentes maneras:
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): las preocupaciones comunes del día a día (trabajo, dinero, pareja, hijos…) se convierten en algo casi obsesivo que no nos permite apenas reaccionar. Se considera TAG cuando esto sucede de manera prolongada en el tiempo, por ejemplo, durante seis meses.
- Agorafobia: aunque su traducción más literal hace alusión al miedo a los espacio abiertos, lo cierto es que abarca mucho más y es más común de lo que creemos. Este tipo de ansiedad nos hace sentir indefensas o avergonzadas en lugares y situaciones desconocidas.
- Trastorno de pánico: este tipo de ansiedad tiene que ver sobre todo con la sensación de que algo malo va a suceder de manera inminente. Además de los síntomas propios de un ataque de pánico, es común que quien lo siente se preocupe en exceso porque ciertos episodios se repitan o evite situaciones concretas relacionadas con ello.
- Ansiedad por separación: es común en los niños (¡y en las mascotas!) pero cualquier persona puede sufrirla. La ansiedad por separación hace referencia a la separación de esa persona o personas que sentimos que nos protegen y que, al alejarse, nos dejan desamparadas. Es común sentir este tipo de ansiedad en relaciones excesivamente dependientes o tóxicas.
- Otras fobias: en general, cualquier fobia se asocia a un sentimiento de ansiedad.
¿Cómo saber si tengo ansiedad? Síntomas
Aunque cada persona tiene una manera de sentir la ansiedad, lo más común es que los síntomas sean físicos, psicológicos y comportamentales.
- Síntomas físicos: aumento del ritmo cardiaco, sensación de ahogo, hiperventilación (respiración acelerada), sudoración o temblores y, en algunos casos, problemas gastrointestinales.
- Síntomas psicológicos: sensación de nerviosismo o agitación, sentimiento de pánico,
- Cambios en el comportamiento: sensación de cansancio, problemas para conciliar el sueño, rechazo a actividades del día a día que antes no suponían un problema, dificultad para concentrarse o pensamientos obsesivos.
También te dejamos por aquí una ayudita más en el camino de «cómo saber si tengo ansiedad«.
¿Cómo combatir la ansiedad?
La pregunta del millón: cómo controlar la ansiedad. En muchos casos, la doctora puede recetar una medicación específica (los llamados ansiolíticos), pero la terapia y otras actividades serán claves para corregir los estados de ansiedad. Acudir a la raíz del problema es fundamental para ponerle soluciones: para eso está la terapia y, oye, funciona. Con ella, podemos aprender diferentes formas de pensar y modificar patrones de conducta. Déjate ayudar cuando lo necesitas.
Pasar un rato con amigos, dar un paseo escuchando música, convivir con un animal… Hay muchas pequeñas cosas que pueden ser esenciales a la hora de controlar la ansiedad.
Por otra parte, la práctica de ejercicio físico, probar técnicas de relajación y comer de manera saludable también ayudan (¡y mucho!) a calmar la ansiedad. Pasar un rato con amigos, dar un paseo escuchando música, convivir con un animal… Hay muchas pequeñas cosas que pueden ser esenciales a la hora de controlar o incluso de despedirnos de la ansiedad para siempre. En cualquier caso, insistimos: siempre es necesaria una evaluación psicológica y un tratamiento a tu medida.