Zoom a la monogamia: ¿alguna vez nos hemos parado a pensar por qué es «lo normal»?
La monogamia es el modelo de pareja más instaurado en nuestra sociedad, pero, ¿por qué somos monógamos? Abordamos esta cuestión.
La palabra monogamia viene de la unión de monos (uno) y gamos (unión), dos términos griegos que han marcado nuestra sociedad… ¿hasta ahora? La monogamia sigue vigente y como sociedad se continúa pensando en ella como “lo estándar”. Pero, ¿de dónde viene este modelo de relación y por qué a veces, como sociedad, nos planteamos más la necesidad de un cambio?
Hoy en Bloom hacemos zoom a la monogamia para charlar sobre un temazo.
¿Por qué somos monógamos?
Se ha estudiado mucho sobre la monogamia en particular y sobre las relaciones en general. No hay una conclusión clara que marque el origen de cómo llegamos a adoptar este modelo de pareja, pero la mayoría de los expertos coinciden en que se trata de una consecuencia del desarrollo evolutivo.
Somos monógamos porque, además de satisfacer necesidades sexuales, también buscamos una profundidad en nuestras necesidades emocionales. Buscamos un compromiso, una seguridad, un “para siempre”. Y aunque ni de lejos es algo que nos lo garantice la monogamia (siete de cada diez matrimonios acaban en ruptura en España), tendemos a pensar que el vínculo, al estar sostenido solo entre dos personas, será más fuerte.
Solo 43 de 238 sociedades actuales son monógamas
Algunos estudios apuntan al Neolítico como el momento en el que nació la monogamia. Cuando el ser humano empezó a abandonar la vida nómada y comenzó a asentarse, se dio paso a una nueva estructura familiar: el padre, la madre y los niños.
Tenemos un dato muy interesante que está relacionado con esto. Roger Rubin, profesor de ciencias familiares de la Universidad de Maryland, apunta que tan solo 43 de las 238 sociedades que existen en el mundo son monógamas. Curiosamente, aquellas sociedades que continúan con la vida nómada o están establecidas en poblados en las que no existe este sentimiento de pertenencia no practican la monogamia. Todo es de todos: la caza, el agua, la vivienda… incluso el hombre y la mujer.
Hay más datos al respecto: otro estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) indica que la monogamia surgió como una respuesta necesaria para prevenir el infanticidio a manos de otros grupos de hombres que no tenían nada que ver con estos niños. Es un argumento bastante heavy, pero posible.
Cada vez cuestionamos más la monogamia y entendemos los nuevos modelos de pareja
Estamos cambiando como sociedad, por lo que también es normal que cambien los modelos de relaciones. Cada vez nos cuestionamos más si la monogamia es una imposición o una elección, si es algo natural o si deberíamos revisar nuestros pilares.
El poliamor coge más fuerza y con él han surgido nuevos modelos de pareja: desde la agamia relacional hasta las relaciones mono poliamorosas o poliamorosas asexuales en paralelo, también el poliamor jerárquico o no jerárquico. Tenemos la necesidad de ponerle nombre y etiquetas a todo. ¿Y si simplemente nos dedicamos a vivir lo que sentimos?
Está bien querer probar otros tipos de relación si sientes que la monogamia no es lo tuyo, por los motivos que sean. No dejes que nadie te juzgue. Lo más importante, lo que debe estar por encima de todo, es que todas las partes implicadas estén de acuerdo, sea algo con lo que todos disfruten y no haya mentiras, omisiones o imposición por parte de nadie.
¿Qué está cambiando en nosotros? ¿Somos menos monógamos?
En mi círculo de amigos más cercano, todas las relaciones siguen siendo monógamas. Pero soy consciente de que esto no es ningún reflejo de la sociedad, ya que también cada vez conocemos más relaciones de poliamor. La proporción se eleva casi al infinito si comparamos con las que conocían nuestros padres y mucho menos, nuestros abuelos.
Somos menos monógamos, lo que no significa que seamos más infieles. El poliamor no es infidelidad, no hay que olvidarlo. Las prioridades están cambiando. La semana pasada, en una comida de trabajo, recuerdo que una mujer contaba “preocupada” que su hijo no quería “hacerla abuela” porque prefería gastarse el dinero en viajar. Distinta generación, diferentes objetivos.
Vivimos una época maravillosa en la que se nos permite actuar alineados con lo que sentimos. Ya no hay que “aguantar” en una relación “para toda la vida” si no estamos cómodos en ella. Ya no hay un único proyecto vital para todos basado en el “casa, coche, bebé” de hace unos años. Ya podemos vivir como queramos.
No hay que perder de vista, y esto es una realidad, que el ser humano no es monógamo por naturaleza.
La monogamia es maravillosa si es lo que deseas, pero el poliamor también lo puede ser. Ser monógamo no significa estar en una relación aburrida y sin deseo y tampoco implica perder tu libertad. La monogamia es una elección. Y hoy podemos elegir ser quienes queramos ser.
Referencias:
https://www.pnas.org/doi/abs/10.1073/pnas.1307903110
https://news.utexas.edu/2019/01/07/evolution-used-same-genetic-formula-to-turn-animals-monogamous/