¿Te suena la falta de deseo sexual? Conoce sus causas y cómo aumentar la libido
Saber qué está limitando las ganas de sexo te puede ayudar a recuperar el deseo.
La falta de deseo sexual es más común de lo que crees. Puede que sea algo pasajero como consecuencia de alguna medicación o de una situación emocional, o puede que se alargue en el tiempo. En cualquier caso, no estás sola.
¿Sabías que la pérdida de apetito sexual puede darse tanto en hombres como en mujeres? Nosotras, además, sufrimos muchas veces de una culpa añadida por no complacer a nuestra pareja, a algo que ya de por sí no nos hace sentir demasiado a gusto con nosotras mismas. Esta situación supone un problema cuando nos provoca sentimientos de angustia y comienza a interferir negativamente en las relaciones con el resto.
¿Cuándo podemos sentir esa falta de deseo sexual? Somos cíclicas y hormonales, así que es normal que con los cambios fisiológicos veamos cambios en nuestras ganas de sexo. Es muy común tener subidas y bajadas durante el embarazo, la lactancia o la menopausia, pero también podemos notarlo en los diferentes momentos de nuestro ciclo menstrual. Es por esto que, si hablamos de frecuencia, tener la libido baja es más común en las mujeres que en los hombres.
Aunque sientas que algo no va bien, queremos recordarte que ni todas somos iguales, ni las ganas de sexo son siempre las mismas a lo largo de la vida. Que no estés en el mood de mantener relaciones tampoco significa que hayas perdido la líbido. Por eso es importante saber diferenciar, descubrir de dónde viene el problema y ver cómo te afecta.
Tipos de falta de deseo sexual
Tanto si te encuentras en una época de falta de apetito sexual, como si sientes que tu relación con el sexo nunca ha sido del todo fluida, quizá te veas representada por alguno de estos tipos:
“Primaria”: ¿Sexo? 0 interés y menos ganas
¿Al mencionar el deseo sexual no sabes ni de qué estamos hablando? Si nunca has tenido fantasías ni experimentado ganas de tener sexo es muy posible que te encuentres en este grupo. Puede darse en la adolescencia y continuar en la vida adulta. Se le conoce también como Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH), que consiste en una falta de interés persistente por todo lo relacionado con el sexo que provoca ansiedad y/o dificultad en las relaciones interpersonales.
“Secundaria”: de 0 a 100… y de 100 a 0
Si tu deseo sexual ha sido más o menos estable y de repente notas que ya no te apetece nada, puede que estés en este tipo. Esta repentina falta de deseo sexual suele estar asociada a algún cambio (medicación, situación emocional, etc.). Enseguida lo vemos.
“Generalizada”: ¿Sexo? ¿What?
Hay personas que se auto identifican como asexuales porque no sienten deseo por nadie. Nunca han experimentado ganas de sexo y puede que no lo sientan nunca. Y está bien también.
“Situacional”: Error 404
Puede que, de repente o de manera progresiva, dejes de sentir deseo sexual por tu pareja. ¿Monotonía? ¿Falta de conexión? ¿Se acabó el amor de tanto usarlo… y el sexo también? Este tipo de falta de deseo se da en situaciones bastante concretas y posiblemente sea el que más fácil solución tiene.
¿Cuáles son las causas de la falta de apetito sexual?
Lo primero que tenemos que hacer es observarnos a nosotras mismas: ¿es algo temporal o se te está alargando en el tiempo? ¿Estás tranquila ante esa falta de deseo sexual o te incomoda y necesitas ponerle solución cuanto antes? Veamos qué es lo que puede estar pasando:
Causas físicas, desde las más obvias y las que no te esperabas
Puede que lo que te esté causando la falta de deseo sea un motivo directamente relacionado con las relaciones sexuales, como el dolor durante las mismas o la falta de orgasmos (anorgasmia), pero no son las únicas.
Hay enfermedades y medicamentos que también influyen en el deseo sexual. Algunas de ellas son el cáncer, la diabetes, la hipertensión, los trastornos en la tiroides y las enfermedades neurológicas. Pero incluso algo tan cotidiano como el cansancio del día a día puede llegar a afectar.
Respecto a los medicamentos, está comprobado que los antidepresivos son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, por lo que provocan una disminución del deseo sexual.
Pero además, las mujeres sumamos causas hormonales, fisiológicas y anatómicas en el embarazo, la lactancia o la menopausia, por ejemplo, que pueden ser desencadenantes de una pérdida de la libido o provocar otras dolencias que influyan en el deseo sexual.
Causas psicológicas
El estado de ánimo y algunos trastornos psicológicos también pueden provocar una pérdida de la libido. Nos referimos a problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, pero también al estrés, a tener la autoestima baja o haber sufrido cualquier tipo de maltrato físico o abuso sexual. Los problemas de pareja podrían ubicarse en este apartado, ya que afectan a la intimidad y al bienestar emocional y pueden, por tanto, influir en el deseo sexual.
También es importante mencionar aquí los roles de género con los que hemos crecido casi todas. Muchas de nosotras tenemos una relación tóxica con el sexo porque nos corre el patriarcado por las venas. Ni los hombres son los únicos que disfrutan con el sexo ni tenemos que sentirnos mal ni poner excusas si no nos apetece tener relaciones con alguien.
¿Cómo aumentar la libido?
Un buen comienzo para sentirnos más libres sexualmente es conocernos mejor: ¿sabes qué es lo que te gusta? ¿Hay algún momento de tu ciclo en el que te sientas más sensual? No te frustres antes de tiempo. Empieza por tener una buena relación contigo misma y una relación sana con el sexo.
Cada una de nosotras es un mundo y no todas respondemos de la misma manera ante los mismos estímulos, pero existen algunos tips que pueden ayudar a recuperar el deseo sexual.
Lo más básico: llevar un estilo de vida saludable. Esto abarca desde un descanso de calidad (al menos 7-8 horas), hacer ejercicio cardiovascular y de fuerza y una alimentación sana. Idealmente, también reducir el estrés, que nos impide desconectar y reconectar con nuestro propio cuerpo.
También es importante dedicar tiempo de manera regular para conectar con la sexualidad, ya sea en pareja o solas.
En caso de que esos momentos sean compartidos, es fundamental tener una buena comunicación y hablar abiertamente de las necesidades, inseguridades y miedos.
Y sobre todo, en ningún caso es buena idea automedicarse: antes de recurrir a un tratamiento lo mejor es ponerse en manos de un terapeuta, desde un ginecólogo, hasta un sexólogo o fisiosexólogo, o un psicólogo. El remedio y las necesidades que tenemos cada una dependerán de lo que está causando tu falta de apetito sexual.
[inpost]¿Cuándo ir al médico por falta de deseo sexual?
Como hemos comentado a lo largo del post, es fundamental saber cuál es el motivo que te provoca ese “parón”. Observa si esta falta de deseo sexual está asociado a otras molestias, si se alarga más de seis meses o si te está resultando especialmente incómodo… y acude a un profesional. No te cortes: los profesionales de la salud están ahí para ayudarte. Tener un buen diagnóstico es clave, así que busca un aliado y despierta de nuevo el deseo sexual.