Ciao, sentimiento de culpa; hola, paz mental: claves para que la conciliación no ahogue tu día a día
La conciliación es una misión imposible para millones de mujeres de nuestro país. ¿Es posible llegar a todo sin renuncias ni sentimientos de culpa? En Bloom no tenemos la solución mágica, pero sí algunos tips de amiga
Escrito por Isabel Sauras
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
El pasado 23 de marzo fue el Día Nacional de la Conciliación y en Bloom no podíamos dejar pasar esta fecha sin reivindicar la necesidad que tenemos las mujeres de que la sociedad avance hacia una conciliación real. Por nuestra salud física y mental y por el bienestar de nuestrxs hijxs, que son el futuro de nuestra sociedad.
La conciliación, el gran reto de nuestra sociedad
Como no podía ser de otra manera en el Día Internacional de la Conciliación, Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres y presidenta de la asociación Yo No Renuncio, fue la voz de millones de mujeres españolas que luchan cada día, desde que se levantan hasta que se acuestan, por hacerlo bien.
No es fácil ser una buena profesional y cumplir con nuestros sueños laborales, ser una madre perfecta, una ama de casa a la altura, ser pareja, amiga, hija y vecina ejemplar. Sin embargo, es algo que casi todas intentamos, con mayor o menor éxito y con más o menos tropezones por el camino, en nuestra edad adulta.
Ser madre, demasiado a menudo trae consigo una renuncia laboral o económica y siempre una renuncia a nuestra propia vida. Eso es muy frustrante para los padres en general, pero especialmente caro para las mujeres que ven casi imposible conciliar su vida laboral con el cuidado de sus hijos. Las cifras son demoledoras: “6 de cada 10 mujeres renuncian cuando llega la maternidad. Por eso es muy importante reivindicar la necesidad de reconocer socialmente la maternidad y poner en valor el trabajo que supone cuidar, sin que ello suponga renunciar a nuestro trabajo y a nuestra vida”, afirma Laura Baena.
¿Es posible avanzar hacia una conciliación real con el trabajo?
Una conciliación real debería pasar por la corresponsabilidad en la crianza dentro de casa, el cambio de actitud de las empresas en el entorno laboral y las ayudas económicas y sociales por parte del entorno político para garantizar estabilidad a las familias. Porque, al final, el hecho de que traer hijos al mundo sea tan difícil influye directamente en la tasa de natalidad y eso es algo que la sociedad en su conjunto debería comprender.
Muchísimas mujeres reducimos nuestras jornadas de trabajo, renunciando a posibilidades laborales y a parte de nuestro sueldo o directamente abandonamos nuestros trabajos para poder cuidar a nuestros hijos porque la sociedad no nos ayuda, no porque no nos guste trabajar o porque nuestras posibilidades profesionales sean menores que las de otros compañeros de trabajo.
¿De verdad es tan complicado de entender? Pues, lamentablemente, en los entornos laborales muchas veces solo se empatiza con este tipo de situaciones cuando se han vivido en primera persona o se conocen muy de cerca. A veces, se utiliza la maternidad de otras como arma arrojadiza en entornos laborales donde se fomenta la competencia insana.
Pero hay esperanza. Algunas empresas ya se miran en el espejo de países más avanzados en este sentido y ven claro que hay que avanzar hacia la conciliación y apuestan por el teletrabajo frente a la presencialidad obligatoria, la flexibilidad laboral frente a los horarios interminables, y la comprensión y la confianza en la responsabilidad de los trabajadores y los resultados frente a la mano dura.
Pero la clave para que no exista ningún resquicio por el que se cuele la desconfianza reside en que todo esté bien regulado y no haya lugar a las dudas.
te recomendamos
Claves para que la conciliación no ahogue tu día a día
No hace falta ser una madre sobreprotectora y entregada para que te resulte complicado dejar a tus hijos al cuidado de terceras personas y te duela mucho no poderlos llevar o recoger del colegio o pasar tiempo con ellos en el día a día. No se puede generalizar, pero el sentimiento de culpa que nos invade a las madres que no podemos pasar el tiempo suficiente con nuestros hijos es un mal muy común en nuestro tiempo.
Los niños necesitan cuidados, atención y tiempo y renunciar no debería ser la única opción para las familias. Es muy complicado, pero en Bloom queremos darte algunos consejos para que la conciliación no se haga una cuesta arriba interminable:
-
Intenta organizar tu vida laboral
No siempre es posible, pero intenta pactar con tu empresa un horario y unas condiciones laborales que se adapten a tus necesidades. Si no tienes suerte, al menos define claramente tu horario de trabajo y las tareas que te competen.
-
Ordena las prioridades
Trata de poner en orden cada día tu lista de prioridades y las de tu familia y pon en segundo lugar aquello que no sea tan importante o urgente. Las listas funcionan, pero es imposible llegar a todo, asúmelo.
-
Ojo con procrastinar
Márcate un tiempo para cada cosa. Es complicado no caer en la procrastinación cuando estamos desbordadas, pero el sentimiento de culpa crecerá exponencialmente si no cumples con tus tareas en el tiempo estipulado.
-
Corresponsabilidad
Para que no se den en casa situaciones injustas ni reproches, es indispensable la predisposición al diálogo de la pareja y el sentimiento de jugar en el mismo equipo. En lugar de dejaros llevar por el tsunami del día a día, dedicad un rato para organizar una distribución de tareas que sea equitativa y justa para todos. La corresponsabilidad también depende de nosotras.
-
Aprende a delegar
Puede que otra persona no haga las tareas exactamente como las harías tú, pero es fundamental bajar el nivel de exigencia y aprender a delegar tareas para liberarte de carga.
-
Descansar como tarea obligatoria
Si necesitas rendir a tope en el trabajo y en casa, también tienes que dormir bien. Un tiempo de descanso de calidad es prioritario en épocas de mucho desgaste.
-
Tiempo para ti
No te sientas culpable por necesitar tu propio espacio. Es fundamental tener un respiro, cuidarse y sentirse bien para poder afrontar con fuerza el cuidado de los demás.
-
S.O.S.
Si las circunstancias te desbordan emocionalmente, pide ayuda de un profesional que te dé las herramientas para afrontar la situación desde la serenidad.
¿Te ha gustado este post?
¡Queremos saberlo!
Y también en:
Pregúntame lo que quieras
