¿Y si mi hija tiene la regla antes de los 8 años? Así es la pubertad precoz
¿Cómo reaccionar si el cuerpo de nuestra hija se desarrolla demasiado pronto? Descubre todo sobre la pubertad precoz.
Escrito por Isabel Sauras
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
La pubertad es el punto de partida para la madurez sexual de las niñas y niños, un momento de infinitos cambios físicos y psicológicos que dura varios años y que supone un reto para toda la familia.
Lo normal es que esos cambios lleguen cuando se les espera, pero hay muchas ocasiones en las que la pubertad se presenta antes de tiempo y el universo de lxs adolescentes en ciernes se pone patas arriba. Analizamos las causas de la pubertad precoz, qué supone que se adelante la pubertad para una niña (como plataforma de salud femenina nos centraremos en ellas en este artículo) y qué podemos hacer para acompañarlas.
¿Qué es la pubertad precoz?
La pubertad es esa etapa complicada de la vida en la que lxs niñxs empiezan a madurar sexualmente para terminar convirtiéndose en adultxs. Lo normal es que la pubertad llegue entre los 9 y los 12 años de edad en las niñas, pero hay ocasiones en que los cambios físicos y psicológicos de este proceso se adelantan y ocurren antes de los 8 años; es entonces cuando hablamos de pubertad precoz o pubertad adelantada. En el caso de los niños, esta etapa es un poco más tardía, por lo que la pubertad precoz sería a los 9 años.
La edad de la llegada de la pubertad se está adelantando en el tiempo y es un hecho que cada vez hay más casos de pubertad precoz, sobre todo en las niñas. De hecho, esta cuestión se da en torno a diez veces más en las niñas que en los niños.
En muy raras ocasiones la pubertad precoz puede ser consecuencia de alguna enfermedad, pero lo normal es que se deba sencillamente la consecuencia de que el cerebro de la niña ha enviado señales a la glándula hipófisis para que libere hormonas sexuales (estrógenos) antes de tiempo y esto suele ser por causas genéticas o por un estilo de vida poco recomendable (obesidad, sedentarismo, mala alimentación…)
La edad de la llegada de la pubertad se está adelantando en el tiempo y es un hecho que cada vez hay más casos de pubertad precoz sobre todo en las niñas. De hecho esta patología se da en torno a diez veces más en las niñas que en los niños.
¿Cómo se detecta la pubertad precoz?
A los ocho años ninguna madre se espera que su hija empiece a desarrollarse sexualmente, por eso, lo normal es que no se haya hablado del tema todavía en casa y que pille todo un poco por sorpresa.
Aunque el primer cambio se produce en el cerebro, físicamente la primera señal de que la pubertad ha dado comienzo en las niñas es la presencia del llamado botón mamario y, a continuación, la aparición de vello en las axilas y en la zona del pubis y la llegada de la primera menstruación, que en este caso se considera menarquia precoz. Otros síntomas de la pubertad en las niñas son el acné, el olor corporal fuerte y el flujo vaginal.
Ante la duda, lo correcto es acudir al pediatra para que pueda valorar el grado de desarrollo sexual de la niña. Para diagnosticar una pubertad precoz se suele hacer una analítica para controlar los niveles hormonales y una radiografía de la mano para conocer el punto de desarrollo de los huesos de la niña.
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¿Qué consecuencias puede tener para las niñas la pubertad precoz?
Como hemos comentado antes, cada vez se adelanta más el inicio de la pubertad, sobre todo en las niñas. Aunque no hay una explicación definitiva de por qué ocurre esté fenómeno, lo cierto es que irremediablemente tiene que ver con el factor genético o con unos hábitos de vida que propician la producción de estrógenos y aceleran el desarrollo.
Aunque no ocurre siempre, físicamente, la pubertad precoz puede afectar al crecimiento y a la talla final de la niña, porque su cartílago de crecimiento se cerrará antes de tiempo. El resto de las consecuencias de la pubertad precoz son psicológicos.
Ser diferente cuando tienes ocho años puede no ponértelo nada fácil. El vello púbico, el desarrollo del pecho, la regla y otros cambios que irrumpen en su vida propician que muchas niñas que se enfrentan a una pubertad precoz generen problemas de autoestima, frustración, estrés o aislamiento por su propia confusión y por el miedo a que los demás se enteren de lo que les ocurre.
Es fundamental estar atentas al comportamiento de nuestras hijas en esta etapa porque no sería extraño que surgieran problemas de conducta, trastornos de la alimentación o fracaso escolar. Acompañar, hablar con naturalidad y empatizar desde casa son claves para que la niña pueda vivir su desarrollo puberal desde la tranquilidad y sin dramas porque ellas no tienen, ni de lejos, la madurez mental que deberían para afrontar el paso a la madurez sexual.
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La pubertad precoz, ¿requiere tratamiento?
No en todos los casos es necesario que las niñas sigan un tratamiento médico. Antes de nada, es necesario que un endocrino pediátrico pueda valorar la salud general de la niña, las causas que han propiciado la pubertad precoz y su velocidad de desarrollo puberal.
Los tratamientos farmacológicos para la pubertad precoz están basados en el bloqueo de la producción hormonal para frenar la madurez sexual y suelen conseguir en pocos meses que desaparezca la regla y se reduzca el tamaño del botón mamario, pero lo cierto es que no siempre consiguen corregir la talla final de las niñas en el futuro.
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