¿Cómo fomentar un apego seguro con mi bebé? 10 claves que no son infalibles, pero sí útiles
Este vínculo no solo influye en su infancia, sino que tiene consecuencias duraderas que afectarán a su desarrollo emocional y a sus relaciones futuras.
Quizá últimamente hayas escuchado hablar de los tipos de apego. Sin ir más lejos, nosotras te hemos hablado de ello con respecto a las relaciones de pareja. Hoy queremos explicarte cómo este tipo de apego comienza a formarse en el mismo momento en el que venimos al mundo. Tratar de establecer un apego seguro con tu bebé es fundamental para sentar las bases de su desarrollo emocional y social. Sí: este vínculo comienza desde el primer minuto y puede influir en el resto de su vida.
¿Qué es el apego seguro?
Cuando hablamos de apego -en general- nos referimos al vínculo que se establece entre el bebé y sus figuras de referencia (normalmente los padres o sus cuidadores principales). Cuando este vínculo se basa en la confianza, el afecto y la disponibilidad de estas figuras para satisfacer las necesidades físicas y emocionales del bebé, decimos que es un apego seguro. Es el apego más deseable, ya que da una base sólida para que el niño o la niña se relacione de esta forma con su mundo interno y eso se refleje también en la relación con su entorno. Y es que lo que se consolida en estos primeros meses de vida será un recurso para utilizar a lo largo de toda la vida.
El apego no solo garantiza la supervivencia física del bebé, sino que también es crucial para su bienestar emocional. A medida que los niños y niñas van creciendo, un apego seguro les permite explorar su entorno con confianza, sabiendo que tienen un refugio al que volver.
Fases de formación del apego
Lo normal es querer formar ese apego seguro, pero también tener muchas dudas de cómo conseguirlo. Se trata de un proceso gradual en el que no hay un único factor a tener en cuenta, sino que tiene que ver más con el conjunto de pequeñas acciones diarias que no son más que respuestas a las necesidades fisiológicas, afectivas y emocionales del bebé.
Estas son las fases -grosso modo- que se suceden en la formación del apego:
Cómo se construye el apego
-
Primeras 6 semanas de vida
El bebé identifica a las personas que le van a cuidar y, por tanto, a quienes se va a apegar.
-
De las 6 semanas a los 3 meses.
Empieza a mostrar preferencia por su cuidador principal, que suele ser la madre.
-
De los 3 a los 6 meses.
Ya se muestra una preferencia clara por las personas conocidas. Busca su presencia con la mirada y se tranquiliza al escuchar su voz.
-
De los 6 a los 18 meses.
Puede mostrar rechazo hacia los extraños y experimentar angustia de separación, llorando y protestando cuando se separa de sus referentes.
-
Entre los 12 y los 18 meses.
Algunos niños ya pueden permanecer tranquilos con personas que no son sus figuras de referencia. La capacidad de comprender que las figuras de apego regresan se desarrolla gradualmente, lo que reduce la angustia de separación.
-
A partir de los 18 meses.
El niño o la niña ya tiene autonomía: camina, empieza a verbalizar sus deseos y necesidades, explora su entorno. Comprende mejor que las ausencias no son definitivas y necesita menos proximidad constante con sus figuras de apego.
10 consejos para fomentar un apego seguro con tu bebé
Fomentar este tipo de apego requiere atención, sensibilidad y una respuestas adecuada a las necesidades del bebé. Aquí van algunos tips para conseguirlo:
Consejos para crear un apego seguro con tu bebé
-
Piel con piel.
El contacto piel con piel desde el nacimiento es una de las mejores formas de ayudar a un recién nacido a adaptarse a la vida fuera del útero. Este contacto no solo calma al bebé y reduce el estrés del parto, sino que también favorece el inicio de la lactancia materna y ayuda a regular la temperatura corporal del recién nacido.
La cercanía física y el calor de la madre o el padre proporcionan un entorno seguro y acogedor que es crucial en los primeros momentos de vida.
-
Lactancia materna.
No solo proporciona beneficios a la salud del bebé, sino que también contribuye a fortalecer ese vínculo madre e hijo o hija. Amamantar al bebé da seguridad y sensación de bienestar, algo imprescindible en el desarrollo del apego seguro.
-
Colecho.
El colecho o dormir cerca del bebé durante los primeros 6 a 12 meses no solo es más seguro para evitar algunos peligros, sino que también da al bebé esa sensación de estar acompañado, seguro, tranquilo.
-
Porteo.
Llevar al bebé en un portabebés facilita el contacto físico constante y la cercanía emocional. Esta práctica le permite sentirse seguro y protegido mientras explora el mundo desde la seguridad de los brazos de sus padres.
-
Responder al llanto.
Sabemos que en este sentido hay muchas escuelas, pero aquí venimos a poner sobre la mesa que el llanto es la manera que tienen las crías de comunicar sus necesidades. Responder de manera consistente y cariñosa a esta demanda fortalece la confianza en sus cuidadores.
-
Crianza flexible.
Sí, hay normas y rutinas importantes, pero también es importante leer la situación y adaptarse a las necesidades individuales de cada bebé.
-
Equilibrio.
Atender sus necesidades no significa anular su capacidad de ser independiente o autónomo, sino de ofrecer un entorno seguro en el que crecer, explorar, desarrollarse, etc.
-
En pareja, la responsabilidad se comparte.
No vale con que uno de los cuidadores siga estas pautas: en el caso de estar en pareja, esas dos figuras de apego tienen que estar alineadas en este tipo de crianza y estar presentes en el cuidado del bebé.
-
Paciencia y consistencia.
Es importante estar atenta a las señales del bebé y responder de manera consistente para generar esa sensación de seguridad y confianza.
-
Afecto físico.
Quizá es una obviedad, pero merece la pena terminar este listado mencionando que las caricias, abrazos y besos ayudan al desarrollo emocional del bebé.