Sería raro preguntarle a un ligue “¿qué tipo de apego tienes?”, pero es CLAVE hacer match en esto
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Cuando estás conociendo a alguien puede que quieras obtener algunas claves rápidamente para poder ver si sois compatibles. Quizá estés pensando en preguntar por su horóscopo, de dónde es o cuántas relaciones ha tenido antes de ti (son preguntas habituales en First Dates), pero quizá deberías preguntar (o fijarte) en algo que puede marcar si lo vuestro puede funcionar o si tiene mal futuro.
Lo primero: ¿qué es el apego y por qué debería importarte en tus citas?
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas relaciones parecen fluir sin esfuerzo mientras que otras se convierten en un torbellino de drama y confusión? La respuesta podría estar en algo llamado apego y, spoiler, te ayuda más a definir a una persona que saber si es Aries o Tauro.
Cuando hablamos de apego nos referimos a la manera que tenemos cada una de relacionarnos emocionalmente. Solemos aprenderlo de nuestras figuras cercanas en la infancia, principalmente nuestros padres y madres, y tiene mucho que ver con cómo nos enfrentamos al resto de nuestras relaciones en la vida, especialmente a las de pareja.
Sí, como si no tuviéramos suficientes etiquetas en la vida, también tenemos que clasificar cómo nos relacionamos emocionalmente. La diferencia es que esta vez es útil de verdad.
Según la teoría del apego desarrollada por John Bowlby, existen cuatro estilos principales de apego, que surgen como respuesta a las interacciones entre el niño o niña y sus cuidadores:
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Apego seguro
Es el ideal, el Santo Grial de esta clasificación. También te digo: es el unicornio de los apegos. Quienes tienen este tipo de apego han tenido unas figuras disponibles y sensibles, por lo que desarrollan confianza y seguridad. No tienen miedo al abandono, por lo que suelen ser adultos independientes, con relaciones que llamaríamos sanas.
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Apego ansioso o ambivalente
Es característico de quienes han creado su apego a partir de relaciones no del todo estables, de cuidadores que a veces estaban disponibles y a veces no (física o emocionalmente). Es normal en estos casos desarrollar inseguridad, miedo y angustia en las separaciones, por ejemplo, así como necesitar de constante aprobación.
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Apego evitativo
Este apego surge cuando de niñas creamos una especie de coraza ante algo que genera dolor, como no contar con nuestras figuras de referencia. De adultas esto se materializa en evitar o minimizar cualquier cercanía emocional, evitar la intimidad o no entender lo que les pasa a los demás.
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Apego desorganizado
Este último es una especie de mezcla del ansioso y el evitativo y está en las antípodas del apego seguro. Se da en personas que han perdido la confianza en su cuidador de forma temprana y abrupta, por ejemplo, y se refleja en mostrar comportamientos contradictorios o confusos.
Estos estilos de apego tienen importantes implicaciones para el desarrollo emocional y las relaciones interpersonales a lo largo de la vida. Los adultos que han experimentado un apego seguro tienden a tener relaciones más satisfactorias y estables, mientras que aquellos con estilos de apego inseguros pueden enfrentar dificultades en sus relaciones íntimas y sociales. Aquí es hacia donde vamos en este post.
El estilo de apego no es estático y puede ser influenciado por diversas experiencias y relaciones a lo largo de la vida. Conocer y comprender los estilos de apegos -sobre todo terapia mediante- puede ayudarnos mucho a mejorar la calidad de nuestras relaciones interpersonales.
¿Cómo afecta el tipo de apego a la hora de tener pareja?
Ahora que ya hemos visto cómo nos relacionamos con el mundo en función del tipo de apego que tenemos, puedes estar pensando que, efectivamente, algunas mezclas pueden ser una auténtica bomba de relojería. Imagina que has conocido a alguien con quien te lo pasas genial, compartís sentido del humor, gustos musicales. Lo que sea. Parece que encajáis a la perfección, pero resulta que tú tienes la suerte de tener un apego seguro y tu crush es un ansioso que necesita constantes muestras de afecto y se inquieta si no estás disponible siempre. No hace falta que te diga que esto tiene toda la pinta de acabar en accidente emocional.
Una vez que conoces un poco esto, te das cuenta de que es fascinante cómo los tipos de apego influyen a la hora de elegir pareja. Es posible que busquemos total identificación, pero también que nos sintamos atraídas por el polo opuesto.
Veamos entonces cómo se comportan estos cuatro tipos de apego en pareja, qué combinaciones pueden ser exitosas (esto tampoco te asegura un felices para siempre, ojo) y cuáles debemos evitar a toda costa para no salir escaldadas.
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Apego seguro
Quienes han desarrollado -por su experiencia en la infancia o por trabajo personal- un apego de estas características, confían en su relación y en sí mismos. Son personas estables en lo emocional que reman por un proyecto común. Idealmente se complementa con otro apego seguro, claro.
Como es the king / the queen de las relaciones sanas, puede combinar con cualquier otro tipo de apego y, de hecho, ayudar a marcar esta pauta ideal.
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Apego ansioso
Es demandante y, para su seguridad, necesita constantes muestras de amor y seguridad. Esto hace que pueda ser una persona celosa, controladora, posesiva, y que tienda a interpretar el comportamiento de la pareja como una amenaza. Quienes tienen esta manera tan angustiante de relacionarse rezarán por encontrar a alguien que les ofrezca un vínculo seguro donde tratar de sanar esa herida.
En el otro extremo: ansioso + ansioso = posible rosario de la aurora. Esta combinación puede generar una dinámica de dependencia emocional tóxica e insostenible.
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Apego evitativo
Necesita espacio personal y emocional. Quizá le cueste la intimidad y expresar lo que siente, así como poca empatía con las emociones de su pareja. Una vez más, un apego seguro es su perfect match, pero también otro apego evitativo, donde no haya agobios.
Las personas con apego evitativo se sentirán realmente acorraladas si inician una relación con alguien ansioso que, por otra parte, tampoco verá satisfecha su necesidad de demostración de amor.
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Apego desorganizado
En las relaciones experimenta una mezcla de ansiedad y evitación. Puede necesitar tanto mucha atención como mucho espacio y no preguntes por qué: así lo aprendió en su infancia. Juntarse con otro apego de este tipo puede desembocar en conflictos constantes, mientras que con un apego seguro puede dar lugar a trabajar en esa estabilidad que necesita.
Como ves, lo ideal es que siempre uno de los miembros de la pareja tenga un apego seguro para facilitar la comunicación, la confianza y la estabilidad emocional, aunque esto no significa que quienes tienen la suerte de tener este modelo de relacionarse tengan que cargar con el peso de la pareja. Además de los tipos de apego hay otras muchas circunstancias personales que influyen en que una pareja funcione o no y, en cualquier caso, siempre es fruto de un trabajo conjunto.
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