
Hirsutismo: ¿es la depilación láser una solución al vello corporal hormonal?
El vello corporal es natural, pero muchas veces viene cargado de juicios. ¿Y qué pasa cuando esos pelitos son una cuestión hormonal? Analizamos cómo gestionar el hirsutismo física y emocionalmente
El vello corporal es completamente normal, algo que todas tenemos. Sirve como protección para la piel, regula la temperatura y tiene funciones biológicas muy concretas. Pero, a lo largo de la historia, se ha convertido también en un símbolo social y estético, y del que pocas veces se habla con naturalidad. En torno a él se han construido juicios estéticos y reglas no escritas. Mientras algunas mujeres lo eliminan casi por completo, otras comienzan a cuestionar por qué deberían hacerlo. Y, en medio, están quienes lidian con un crecimiento excesivo de vello en zonas «no esperadas» por culpa de un desajuste hormonal llamado hirsutismo.
Vello corporal hormonal, ¿tiene solución?
¿Que es el hirsutismo?
El hirsutismo es una condición médica que provoca un crecimiento excesivo de vello grueso y oscuro en zonas donde habitualmente no lo hay en mujeres como la cara, pecho, abdomen y espalda. No se trata simplemente de “tener mucho vello”, sino de un síntoma que puede indicar un desequilibrio hormonal.
Las causas más comunes incluyen el síndrome de ovario poliquístico (SOP), hiperplasia suprarrenal congénita, resistencia a la insulina, uso de ciertos medicamentos o una predisposición genética. En algunos casos, el hirsutismo puede acompañarse de acné, alteraciones del ciclo menstrual o caída del cabello.
Más allá de lo físico, el impacto emocional puede ser más profundo, sintiendo desde vergüenza hasta ansiedad o inseguridad… por algo tan natural como el cuerpo. Y eso es importante decirlo: no eres la única y no estás exagerando si esto te afecta, aunque seas una feminista de lo más deconstruida.


Tratamiento para el hirsutismo
Si el hirsutismo es causado por un desajuste hormonal, lo primero es acudir a una ginecóloga o endocrina. El tratamiento puede incluir anticonceptivos hormonales, medicamentos antiandrógenos (como la espironolactona) o reguladores metabólicos en caso de resistencia a la insulina.
También hay cambios en el estilo de vida que pueden ayudar, como una alimentación antiinflamatoria, el ejercicio regular, el descanso, y la reducción del estrés. Y si el malestar con la imagen corporal afecta tu día a día, el acompañamiento psicológico puede ser clave.
Depilación láser
La depilación láser se ha convertido en una de las opciones más habituales para quienes desean reducir el vello corporal de forma más duradera. Funciona emitiendo pulsos de luz que destruyen el folículo piloso, retrasando o incluso deteniendo el crecimiento. En casos de hirsutismo, puede ser una herramienta útil, pero no es la solución médica de base. Es importante que se combine con un tratamiento hormonal si hay una causa subyacente, ya que, si no, el vello volverá a aparecer.
Pero una cosa a tener en cuenta es que no todo el vello corporal es igual, y eso influye directamente en la efectividad de tratamientos como la depilación láser. La diferencia clave está entre el vello hormonal y el vello espontáneo.
- Vello espontáneo: es el que aparece de forma natural según la edad, la genética y el ciclo hormonal habitual. Se localiza en piernas, axilas o ingles, siendo el que me mejor responde a los tratamientos láser.
- Vello hormonal: es el que aparece por alteraciones hormonales. Se localiza siendo mas denso, oscuro y resistente, comúnmente en zonas como el rostro, el pecho, el abdomen o la espalda.
¿Cuándo no es recomendable el láser?
Aunque la depilación láser es un tratamiento seguro en la mayoría de los casos, no siempre es recomendable. Hay ciertas situaciones en las que es mejor posponerlo o evitarlo por completo:
- Embarazo y lactancia: en estos períodos, los cambios hormonales pueden alterar el patrón de crecimiento del vello, lo que también puede hacer que el tratamiento sea menos efectivo.
- Piel bronceada o exposición solar reciente: la piel más pigmentada tiene mayor riesgo de sufrir quemaduras, manchas o hiperpigmentación si se aplica láser.
- Tratamientos fotosensibilizantes o medicamentos: algunos fármacos (como ciertos antibióticos, retinoides o antidepresivos) aumentan la sensibilidad de la piel a la luz, lo que eleva el riesgo de reacciones adversas.
- Infecciones, heridas o irritaciones activas en la zona: no se debe aplicar el láser sobre piel dañada o inflamada.


Riesgos potenciales y efectos secundarios de la depilación láser
La mayoría de los efectos secundarios del láser son leves y temporales, pero es importante conocerlos para saber qué es lo normal o qué no lo es:
- Enrojecimiento, ardor o inflamación leve en la zona tratada, que suele desaparecer en unas horas.
- Costras, ampollas o quemaduras superficiales, si el equipo no se adapta correctamente al tipo de piel y vello.
- Cambios en la pigmentación: en pieles más oscuras o muy sensibles puede haber hiperpigmentación (manchas oscuras) o, en casos raros, despigmentación temporal.
Para minimizar riesgos:
- Evita el sol al menos dos semanas antes y después de cada sesión.
- No depiles con cera ni arranques el vello entre sesiones.
- Hidrata bien la piel y sigue las recomendaciones post-tratamiento.
- Usa protector solar de alto espectro si la zona queda expuesta.
¿Cómo gestionar emocionalmente el hirsutismo?
Más allá de lo físico, el vello corporal, especialmente el hirsutismo, puede tener un fuerte impacto emocional. No solo por ser una cuestión estética, pues muchas mujeres lo viven con vergüenza, frustración, inseguridad o incluso rabia. Son sentimientos que pocas veces se expresan en voz alta, pero todo es un proceso de aceptación y conocimiento.
¿Cómo gestionar esas sensaciones? Algunos tips:
- Valida lo que sientes: sentirse incómoda o cansarse de “luchar contra el vello” es completamente válido y reconocerlo es el primer paso para soltar la vergüenza.
- Lucha contra los «deberías»: vivimos bombardeadas por imágenes de pieles suaves, sin un solo pelo, como si eso fuera lo natural, pero no es así, lo natural es tener vello.