“Callo solar”: la nueva (y peligrosa) moda que nos aleja de la prevención del cáncer de piel

No, tu piel no necesita “hacerse fuerte”, sino protección para evitar el daño solar

agosto 6, 2025 Escrito por Sara G. Pacho

Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

En redes sociales, especialmente TikTok e Instagram, este verano parece haberse puesto de moda una tendencia conocida como “callo solar”, que hace alusión a acostumbrar la piel al sol de forma progresiva para hacerla «más fuerte» frente a la radiación. Esta peligrosa costumbre no solo nos ha hecho levantar la ceja a quienes estamos súper concienciadas con proteger nuestra piel del sol todo el año, sino que ha hecho saltar las alarmas de los dermatólogos, ya que no solo no existe evidencia científica a favor de esta propuesta, sino que todos los estudios confirman lo contrario: la exposición al sol sin protección representa un riesgo real para la salud. 

¿Qué es exactamente el “callo solar”?

Esta expresión hace referencia a crear tolerancia al sol a base de exponerse progresivamente sin protección. El Dr José Luis Martínez-Amo, dermatólogo en el Hospital de Poniente de Almería, miembro del Grupo de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) y coordinador regional de la campaña Euromelanoma en Andalucía, tacha el término directamente de “absurdo”, y lo compara con la idea de que pegarte palizas a diario te puede hacer más fuerte. “No funciona así -explica-, sobre todo porque ya hemos visto que la exposición solar sin protección es el principal factor de riesgo para desarrollar melanoma”

Efectivamente, al recibir radiación ultravioleta, las células de la piel aumentan su producción de melanina para protegerse del daño, lo que hace que se vea más oscura. Es decir, el bronceado es, en realidad, una reacción de nuestro cuerpo a esta agresión, así que no puede existir un bronceado saludable, de igual manera que un hematoma no puede ser la forma de fortalecer a la piel de los golpes. 

La ciencia detrás del daño solar

El daño solar es acumulativo. ¿Qué quiere decir esto? Que cada vez que nos exponemos al sol, este deja una huella en nuestra piel, incluso cuando las quemaduras no son visibles, en contra de lo que se promueve con la idea del «callo solar». Esta huella se produce principalmente por los rayos ultravioleta y, según el Dr. González-Amo, tiene lugar sobre todo a edades tempranas: el 80% del daño solar tiene lugar antes de los 20 años. Cada exposición al sol sin protección genera pequeños daños que no siempre se muestran como quemaduras, pero que desgastan el tejido y favorecen la degeneración de la piel, provocando, además de su envejecimiento prematuro, riesgo de padecer melanoma, el cáncer de piel más común y agresivo. “Es muy importante no quemarse porque tanto el sol como las cabinas de rayos UVA multiplican hasta por siete las posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer”, alerta el dermatólogo. 

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, cada año se diagnostican en torno a 6.000 casos nuevos de melanoma (en 2024 fueron 6.070). La incidencia es un poco menor en mujeres (2.959 frente a los 3.111 de los hombres) y, aunque se puede dar prácticamente a cualquier edad, la mayoría de los diagnósticos tienen lugar entre los 40 y los 70 años. 

Protector solar, ¿sí o no?

Parece mentira que en pleno siglo XXI esta pregunta no tenga una respuesta evidente, pero ante la oleada de desinformación que circula por las redes en este sentido, nos vemos obligadas a volver a divulgar al respecto: la quemadura solar es el principal factor de riesgo a la hora de desarrollar melanoma, por lo que es esencial utilizar fotoprotección. No lo decimos nosotras, lo dice el Dr. Martínez-Amo, que va más allá: “aún más importante que usar SPF es poner medidas físicas, como exponerse menos al sol, utilizar gorra o sombrero, gafas de sol, camiseta, sombrilla… y hacerlo a diario”. Y es que, aunque no es el cáncer más mortal, el de piel sí que es el cáncer más frecuente: uno de cada cuatro españoles tendremos un carcinoma basocelular a lo largo de su vida

Los detractores del protector solar con frecuencia se escudan en que el cuerpo necesita vitamina D, y estos bloqueadores impiden su síntesis, pero este argumento es erróneo. Apenas unos minutos de sol (unos cinco o diez) de tres a cinco días por semana en los horarios donde su radiación no es peligrosa son suficientes para mantener los niveles óptimos para el organismo. Además, aunque el sol es la principal fuente de esta vitamina, también se encuentra en alimentos y, para quienes tengan una deficiencia, existen suplementos específicos. 

¿Y qué pasa con el fotoprotector casero?

Al hilo de esta tendencia por hacer “callo solar” y dar la espalda a la ciencia, son muchos los perfiles que, con lo natural por bandera, comparten “recetas” para hacer tu propio fotoprotector en casa. Se hacen llamar biohackers pero en muchos casos lo que hacen es difundir información falsa y sembrar la desconfianza en productos que son fiables y seguros. Hemos querido aprovechar esta oportunidad para preguntar al experto sobre estos protectores solares caseros, y no ha podido ser más claro: “no debe hacerse el protector solar en casa”. Y es que, aunque esta moda puede parecer atractiva, tiene riesgos y limitaciones. 

El primero, por supuesto, la falta de protección adecuada. En segundo lugar, los ingredientes naturales también producen reacciones en la piel, sobre todo en concentraciones inadecuadas o sin una buena formulación. Repasando algunas de estas fórmulas virales, vemos que la mayoría de ellas incluyen aceites y cera de abeja. En el caso de los aceites, el dermatólogo confirma que pueden tener propiedades protectoras, pero también que no es suficiente para protegerse de los UV. La cera se utiliza como emoliente y espesante, lo que mejora la textura, pero no proporciona protección. Por último, suelen incluir óxido de zinc, un ingrediente que si bien puede proteger del sol, requiere de una concentración y una formulación específicas. Y es que, hacer un protector solar casero no es tan “fácil” como hacer un bizcocho. 

boobs-separator

En definitiva: no se puede fabricar en casa un protector solar y efectivo. Los fotoprotectores que se comercializan son seguros y eficaces: todos ellos están regulados por agencias gubernamentales y han superado los controles de calidad de acuerdo a estándares específicos. 

Y ahora que ya hemos roto algunos mitos… ¿cuándo es recomendable pedir cita en dermatología? 

Para terminar este pequeño aporte a la divulgación a favor de la salud de la piel, le preguntamos al dermatólogo qué señales nos deberían llevar hasta la consulta de un dermatólogo, nos habla de lo que en su profesión se conoce como la regla ABCDE para identificar posibles riesgos de melanoma al examinar lunares nuevos o antiguos: A de asimetría (los lunares “sanos” son simétricos), B de bordes (que deben ser lisos y regulares), C de color (que idealmente es homogénea), D de diámetro y E de evolución, que destaca como el más importante. “Si un lunar era de una manera y en un periodo corto de tiempo, pongamos de tres a seis meses, ha variado su forma, su coloración… es recomendable que lo examine un experto”, concluye. 

¿Te ha gustado este post?

¡Queremos saberlo!