El hidratante vaginal, un básico en tu rutina de cuidados

¿Usas ya algún gel hidratante vaginal? Descubre por qué deberías tener uno en tu neceser.

agosto 13, 2020 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Incorporar un hidratante vaginal a tu higiene diaria te ayudará a prevenir infecciones, regenerar los tejidos de la zona y evitar algunas molestias.

No es algo que nos guste demasiado compartir y, de hecho, hasta podría decirse que nos avergüenza un poco, pero lo cierto es que la sequedad vaginal es una molestia más o menos frecuente y se da en mujeres de todas las edades. Es habitual durante la menopausia, pero ojo: también podemos sentirla en otros momentos a causa de un desequilibrio hormonal, por la toma de algún medicamento o a causa de alguna infección. Por suerte, estamos a un gesto de prevenir y evitar la sequedad.

Por ello, es importante tener una rutina de cuidados íntimos. Las cremas hidratantes vaginales ayudan a calmar, refrescar y nutrir esa parte de nuestro cuerpo. Seguro que a diario aplicas crema hidratante sobre tu rostro y tu cara, ¿por qué no dedicar esos cuidados también en otras zonas? 

Hidratante vaginal

¿Qué es un hidratante vaginal?

Como su nombre indica, es un tratamiento que aporta hidratación en la zona vaginal teniendo en cuenta las características que tiene nuestra piel. Durante la menopausia su uso es casi obligatorio para no sentir molestias, pero lo ideal es incorporarlo a nuestra rutina de cuidados durante toda nuestra vida adulta. La sequedad vaginal puede ser habitual o esporádica y no tiene edad, aunque suele ser más común pasada la veintena y por causas como estrés, tomar la píldora anticonceptiva, el embarazo, o tratamientos agresivos.

Se trata de nutrir en profundidad la zona, por lo que la mayoría de los productos hidratantes vaginales incorporan vitaminas y colágeno para favorecer la elasticidad y ayudar a la renovación de los tejidos. También hay tratamientos con estrógeno para casos fuertes de desequilibrio hormonal y necesitan receta médica.

Se presentan en forma de gel o crema y se elaboran con sustancias neutras: es decir, que no son demasiado ácidas ni tampoco muy alcalinas. La piel de la vagina es especialmente sensible y puede irritarse con facilidad, por lo que su composición tiene que respetar ese PH

¿Hidratante o lubricante vaginal? Hay diferencias:

Es habitual confundir estos dos términos, pero, ¡cuidado! Su función es diferente… y su composición también. No conviene usarlos de manera indistinta. Como ya hemos comentado en el punto anterior, las cremas y geles hidratantes íntimos calman y proporcionan humedad al área vaginal. Son productos de cuidado e higiene. 

Los lubricantes no tienen esta función. Generalmente se utilizan en la relaciones sexuales para evitar irritación y que sean más “suaves” (y por tanto, placenteras) y los hay con base acuosa o composición orgánica, que son buenas opciones en sí para mejorar la calidad de las relaciones. Sin embargo, suelen estar compuestos de siliconas o aceites que ayudan a deslizar y evitar fricciones. No nutren los tejidos vaginales como lo hace un hidratante. De hecho, algunos ingredientes de los lubricantes pueden alterar la flora bacteriana vaginal. Tenemos que tener cuidado al elegirlos (¡no vale cualquiera!) y también extremar el cuidado de la zona después de su uso.  

sequedad vaginal

¿Por qué usar hidratantes vaginales? Beneficios

Como bien sabemos, la piel de la vagina tiene sus peculiaridades y merece un cuidado especial. El principal beneficio de incorporar un tratamiento hidratante vaginal es mantener la humedad propia de la zona, equilibrar el PH de la piel y, así, evitar prurito perianal y genital, irritación, infecciones y alergias nada agradables

La higiene diaria ayuda, pero no es suficiente, sobre todo si tenemos en cuenta que muchos productos que usamos para el cuidado de nuestro cuerpo podrían no ser los más aconsejables para esa zona, que es más delicada y necesita de una mayor humedad. De hecho, lo ideal para la higiene íntima es cambiar tu gel habitual por una solución limpiadora sin jabón, sin perfumes, sin desodorante y con PH neutro. Este truco sumado al gel hidratante te hará notar una gran diferencia.

Otro de los puntos positivos es que si mantenemos esa zona perfectamente hidratada y nutrida nuestras relaciones sexuales serán más agradables y no necesitaremos incorporar lubricantes que podrían causar mayor sequedad después de utilizarlos. 

¿Cuándo usar un hidratante íntimo?

Como ya hemos dicho, a modo de prevención y cuidado es buena idea utilizar hidratantes de forma habitual, pero hay casos en los que su uso es casi obligado:

  • Durante la menopausia, el embarazo y la lactancia. Tu cuerpo nota los cambios hormonales también en tu zona vaginal. 
  • Si tenemos una infección. En este caso seguramente también tengas que aplicar otro tratamiento recomendado por un profesional de la salud. 
  • Al tomar algunos medicamentos: algunos anticonceptivos (sí, puede ser un efecto secundario), algunos tratamientos antibióticos o durante la quimio, por ejemplo.
  • Si notas sequedad en tus relaciones sexuales de forma continuada. Incorpora un hidratante vaginal a ver si mejora. Si no es así, ¡no dudes en consultar a un médico!

Consejos para usar bien un gel hidratante íntimo

A la hora de elegir un hidratante diario, debes saber que el pH fisiológico medio de esta zona es un poco más ácido que el del resto del cuerpo, por lo cual podrás utilizar productos con un pH situado entre 4,5 y 8/9. Sin embargo, si lo vas a aplicar por micosis o cándida, una infección bastante frecuente, te recomendamos un hidratante vaginal con pH neutro o levemente alcalino (entre 7 y 9).

Para empezar, pide siempre ayuda profesional. Si nunca has usado un hidratante vaginal seguro que en la farmacia pueden recomendarte alguno y explicarte cómo tienes que aplicarlo. Lee atentamente sus instrucciones y, ¡no improvises! Aplica la cantidad que se indica para empezar. Recuerda que todas somos distintas y reaccionamos de manera diferente ante el mismo producto: lo que a mí me viene bien puede que a ti no, así que comienza poco a poco y observa la reacción de tu piel. 

Una vez que hayas comprobado que todo está bien podrás ir aumentando la cantidad según tus sensaciones. Sin ser adivinas, sabemos que el gel hidratante vaginal se va a convertir en un básico en tu neceser.

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