
¿Nos estamos relacionando con la IA como si fuera humana? Efectivamente, ‘Her’ ya es una realidad
La IA ya es un interlocutor clave en nuestras vidas. Analizamos cómo está transformando nuestra forma de comunicarnos.
La inteligencia artificial ya forma parte de nuestro día a día y ha llegado para quedarse. La utilizamos como apoyo en nuestra actividad laboral o incluso como una herramienta principal de trabajo. Hemos aprendido a consultarle dudas sobre nuestra ajetreada vida personal y a utilizarla para planificar viajes, crear presupuestos o incluso menús semanales. Es apabullante cómo, en tan poco tiempo, la IA se ha convertido en una compañera inseparable que nos asiste en decisiones cotidianas y nos ayuda a optimizar nuestro tiempo.
Pero su influencia va mucho más allá de la productividad. La IA se ha convertido en un interlocutor más dentro de nuestras interacciones diarias, desde asistentes virtuales que nos ayudan a gestionar nuestras tareas hasta chatbots con los que mantenemos conversaciones fluidas sobre nuestra vida cotidiana o sobre nuestra salud física y mental. En este nuevo panorama, las preguntas son inevitables: ¿nos estamos acercando a una relación «real» con la IA? ¿Sabemos relacionarnos correctamente con este nuevo interlocutor? ¿La presencia de la IA está perjudicando nuestra forma de vincularnos y comunicarnos con los demás?
Para profundizar en este tema, hemos hablado con Jesús Copado, ingeniero en IA, quien comparte su visión sobre cómo la inteligencia artificial está moldeando nuestra forma de relacionarnos.
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¿La IA está transformando también las conexiones humanas?
Estamos cada vez más hiperconectados por las redes sociales, las plataformas de mensajería y los asistentes personales y, sin embargo, tendemos peligrosamente al individualismo. Interactuar con una máquina tiene ventajas obvias como la inmediatez, la practicidad y la privacidad, pero, sin lugar a dudas, sustituir las relaciones personales por la IA trae consigo a medio y largo plazo consecuencias en las relaciones humanas. ¿Tanto exceso de tecnología está mejorando o debilitando nuestras conexiones humanas?
Al respecto de esta nueva situación que vivimos, el experto en IA Jesús Copado desgrana los puntos positivos y negativos. «El punto negativo, primero: todo este avance tecnológico nos tiene cada vez más enganchados a las pantallas. Primero con redes como Instagram y TikTok, y ahora con algoritmos diseñados para que pasemos aún más tiempo en ellas. Además, no solo controlan cuánto tiempo estamos conectados, sino también qué vemos, filtrando y priorizando contenido que refuerza nuestras ideas y limita la diversidad de perspectivas. Indudablemente, todo esto acaba debilitando nuestras conexiones reales”.
Pero también hay un lado positivo y es que la IA puede facilitar (y de hecho lo hace en muchas ocasiones) nuestras interacciones y mejorar la comunicación en ciertos contextos. «En aplicaciones de mensajería, ya vemos asistentes que nos ayudan a comunicarnos mejor, traduciendo mensajes en tiempo real o incluso sugiriendo respuestas más empáticas», explica Copado.


«La IA también puede mejorar la calidad de nuestras interacciones. En aplicaciones de mensajería, ya vemos asistentes que nos ayudan a comunicarnos mejor, traduciendo mensajes en tiempo real o incluso sugiriendo respuestas más empáticas».
Jesús Copado, especialista en IA aplicada
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Relaciones con la IA: la importancia de encontrar el equilibrio
Estamos de acuerdo en que no todo el mundo está familiarizado con la IA, pero no se puede negar que cada vez más gente interactúa con ella en todos los ámbitos, por eso es importante que se plantee un manual de uso adecuado. ¿Tenemos claro dónde están los límites? Encontrar el equilibrio entre la inteligencia artificial y la esencia humana es, hoy en día, uno de los grandes retos de nuestra sociedad.
En este sentido, Jesús Copado considera que es importante que sepamos seguir desarrollando nuestro pensamiento crítico y nuestra identidad personal. Muchas personas (especialmente, las más jóvenes) han interiorizado tanto el uso ChatGPT que recurren a él para cualquier cosa y en cualquier momento y eso tiene sus implicaciones. Si dependemos de la IA para resolver cualquier duda sin esfuerzo, podemos terminar debilitando habilidades importantísimas como la reflexión y la creatividad.
“Una cosa es pedirle a ChatGPT que te ayude a redactar un mail burocrático para enviar a tu casero y otra muy distinta es dejar que decida cómo responder a un mensaje emocionalmente importante de tu pareja. Debemos educar sobre los beneficios de la IA, pero también sobre cuándo es importante reflexionar por nosotros mismos y establecer límites sobre cuánto delegamos en ella”, explica el experto en IA.
¿Puede la IA enseñarnos educación emocional?
Todos conocemos a alguien que interactúa con ChatGPT de tú a tú. Es decir, le cuenta sus problemas, le pregunta sus dudas diarias y acepta sus consejos a pies juntillas (sí, como en la película ‘Her’, que hace poco más de una década nos «voló la cabeza»), como si se tratara de un familiar cercano o un amigo de verdad. Y es que ChatGPT te lo pone fácil. Si pruebas a contarle tu vida o a exponerle un problema al que no sabes cómo enfrentarte, descubrirás su lado más humano, porque te presta toda su atención, te ofrece soluciones y hasta se compadece de ti.
La pregunta no es si nos estamos acercando a la inteligencia artificial, sino cómo queremos que estas relaciones con la IA evolucione en el futuro. Sobre el planteamiento de si la IA debería ser mucho más que una herramienta que nos facilita la vida, el experto asegura que la inteligencia artificial debería tener un rol de acompañamiento. “Pensemos en un ChatGPT que realmente ‘te conozca’ y pueda animarte a tomar decisiones alineadas con tus valores, o a sugerirte experiencias que te ayuden a crecer. En un caso más concreto, podría ser una herramienta útil para niños con dificultades sociales, un salvavidas que les ayude a practicar interacciones en un entorno seguro y que refuerce sus comportamientos positivos”, indica.
Sin embargo, Copado advierte de que «estas interacciones no deben nunca reemplazar el contacto humano, ya que solo crean una falsa sensación de conexión, sin la complejidad emocional real de una persona (al menos con la IA tal y como la conocemos hoy)».
Sabemos cómo acabó el filme protagonizado por Joaquin Phoenix, pero ¿cómo evolucionará nuestra propia historia con la IA? Seguiremos informando…