¿Más cerca del fin de la censura de pezones en Instagram? Por qué el movimiento ‘free the nipple’ sigue importando

El fin de la censura de pezones en Instagram podría estar cerca, una buena noticia para quienes apuestan por el movimiento #FreeTheNipple.

febrero 16, 2023 Escrito por Isabel Sauras

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Los pezones, en especial los femeninos, son objeto de polémica permanente, tanto en las redes sociales como en la calle. Hace unos días, la ministra española de Derechos Sociales, Ione Belarra, apareció en un acto público sin sujetador y el free the nipple volvió a salir a la palestra, coincidiendo además con la revisión de la política de privacidad obligatoria de Instagram y Facebook

Repasamos de dónde viene el movimiento #FreeTheNipple, analizamos esta anacronía del algoritmo de las redes sociales de Meta y reivindicamos el derecho a ser dueñas de nuestro propio cuerpo en todas las circunstancias de la vida, independientemente de las modas y las reivindicaciones. ¿Llevas o no sujetador? ¿Quieres enseñar tus pezones en redes? Tú decides, sólo tú. 

free the nipple

¿Por qué Instagram censura pezones?

Instagram y Facebook están desde hace mucho en el ojo del huracán por su polémica política antidesnudos y antipezones. Desde el principio, Meta ha prohibido la publicación de pechos femeninos en sus redes sociales, procediendo a censurar y eliminar directamente cualquier atisbo de pezón en cualquier fotografía o incluso en algún texto “demasiado” explícito.

Más allá de esta prohibición puritana y moralista, el problema fundamental es que el criterio no es igualitario porque, desde el principio, los hombres podían exhibir sus cuerpos desnudos sin miedo a ser censurados y las mujeres y los colectivos LGBTQI+ debían medir lo que publicaban si no querían que desaparecieran sus posts por obra y gracia de la famoso algoritmo

Las redes sociales se defendieron desde el principio de la polémica con el argumento de que sus normas y restricciones tienen como fin asegurarse de proteger de contenido dañino y nuevos tipos de abuso a sus usuarios y, por ello, las fotografías y mensajes que se publiquen tienen que ser aptas para un público diverso.

Se entiende que es absolutamente necesario que el contenido que se publique en las redes sociales se encuentre dentro de los parámetros de la ética y la seguridad, pero el problema, en lo que a temas de desnudez se refiere, es que los criterios son muy obtusos.

Se supone que se pueden publicar imágenes de tetas siempre y cuando no haya nada de sexualizado en la intención, pero resulta que se han censurado imágenes de madres amamantando, obras de arte en las que se entreveían pezones femeninos (nunca masculinos) y letras de canciones sin parar. Entonces, señor Zuckerberg, ¿hablamos de control o directamente de censura?

free the nipple

¿El fin de la censura en redes sociales está cerca?

Gracias al ruido mediático que ha hecho el movimiento free the nipple («liberad al pezón») y gracias (queremos pensar) también a la lógica aplastante, Facebook e Instagram se han comprometido a revisar su política en referencia a la exposición de la desnudez. 

El comité de expertos que forma Consejo Asesor de Contenidos de Meta ha determinado que, hasta ahora, no había suficiente transparencia e igualdad en las normas de las redes sociales, especialmente en lo que mujeres y colectivos LGBTQI+ se refiere, y, en definitiva, que el famoso algoritmo se comporta muchas veces de forma aleatoria.

Ante las recomendaciones del comité, Meta se ha comprometido a revisar toda la normativa para que sea más coherente con las necesidades actuales de sus usuarios y a responder públicamente a estas sugerencias a mediados de marzo. Está por ver si las plataformas cumplen su palabra y este cambio en las políticas de desnudez de Instagram y Facebook las hace igualitarias, como se espera con hombres, mujeres, personas intersexuales, trans y no binarias. 

pezones cartel almodovar

La historia del movimiento Free The Nipple

La cineasta y activista Lina Esco fue la creadora del movimiento #FreeTheNipple o Libera el Pezón, que surgió en 2012 con el objetivo claro de luchar por la igualdad de género y protestar contra la idea de que el pecho de las mujeres es algo puramente sexual que debe ser ocultado con vergüenza en público, en medios de comunicación y, especialmente, en determinadas redes sociales.

El movimiento que reivindica el derecho de las mujeres a mostrar su torso desnudo en Instagram y Facebook de la misma manera que lo hacen los hombres ha traído consigo una marea de usuarios y rostros conocidos que no entienden por qué millones de pezones femeninos son censurados por el algoritmo cada día en todo el mundo. 

En Estados Unidos, artistas como Madonna, Rihanna, Kylie Jenner o Naomi Campbell se han abanderado como voces del movimiento free the nipple en los últimos años, apareciendo en público con sus pezones al aire, amamantando a sus bebés a la vista de los objetivos, haciendo topless o dejando en evidencia a Instagram a costa de sus cuerpos desnudos. 

Dentro de nuestras fronteras, son ya famosísimos algunos casos flagrantes en los que se han censurado pezones femeninos en las redes de Meta, como el cartel de la película ‘Madres Paralelas’ de Almodóvar, en el que se daba protagonismo a la lactancia materna, o la letra de la canción ‘No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas’ de Rigoberta Bandini, que también fue censurada. 

La reivindicación del movimiento free the nipple es una lucha por la igualdad de género de mujeres y de personas LGBTQI+, pero también una reivindicación por las expresiones artísticas y por la naturalidad y la desexualización de los senos.

Porque parece que, cada vez que una mujer se decide libremente a lucir sus pechos, se forma un revuelo y surgen montones de voces en contra, algo que evidentemente tiene mucho más de heteropatriarcal o male gaze que de realidad aterrizada. Cumplir las normas está bien, pero si una mujer quiere vivir su vida sin usar sujetador, ¿quiénes somos los demás para juzgarlo? Eso sí, nadie es menos mujer ni menos feminista por llevar sujetador. Ahí está la clave. 

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