¿Qué hay detrás del «low cost» en la estética? Dos cirujanos nos dan su visión de expertos
¿Pueden las ofertas tentadoras llevarnos a resultados desastrosos e incluso a poner en riesgo nuestra salud?
En las últimas décadas, la cirugía estética ha dejado de ser un tabú para convertirse en un fenómeno social no solo aceptado, sino que genera el anhelo de buena parte de la población. Procedimientos como el aumento de pecho, la liposucción y la rinoplastia están a la orden del día con tal de conseguir ese cuerpo supuestamente perfecto y normativo con el que nos bombardean las redes sociales. Este es el campo de cultivo perfecto para la proliferación de la denominada cirugía estética low cost (de bajo coste), una opción muy atractiva para quienes buscan cambiar su apariencia sin dejarse una fortuna.
Sin embargo, detrás de estas increíbles ofertas se oculta un peligroso escenario de intrusismo profesional y falta de seguridad médica. Además de no alcanzar el resultado esperado, estos procedimientos pueden poner en riesgo la salud de los pacientes. ¿Estamos ante un típico caso de “lo barato sale caro”? Hablamos con dos especialistas en cirugía plástica para conocer mejor las diferencias entre las clínicas low cost y aquellas que no lo son, cómo pueden las primeras abaratar los costes y, sobre todo, qué tenemos que tener en cuenta antes de escoger entre la infinidad de opciones que encontramos hoy en día.
El boom de la cirugía estética
La cirugía estética ha ganado una gran popularidad en los últimos años. Según el estudio ‘La realidad de la cirugía estética en España’, publicado el año pasado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) , en nuestro país se realizan ya más de 204.000 intervenciones de este tipo al año. El 85% de ellas se practican a mujeres, que demandamos, sobre todo, aumento de mamas y liposucciones.
Entre mujeres de 18 a 29 años, la cirugía de mama representa un 62,1% del total de intervenciones. Un 45,7% corresponde al aumento de mamas con implante. En esta franja el segundo lugar es para la rinoplastia (11,7%) , y el tercero para la liposucción (8,1%).
Ante esta creciente demanda, las clínicas con precios ‘populares’ han emergido y ganado terreno, algo que preocupa a los profesionales del sector. Según las asociaciones de profesionales, las cadenas de cirugía low cost son parte de grandes grupos empresariales que anteponen el factor económico. Se trata de una mentalidad mercantilista que impulsa el intrusismo, lo que, recuerdan, pone en peligro la salud de las personas, además de degradar la profesión.
Por otra parte, hemos conocido varios casos por la prensa de supuestos profesionales que estaban ejerciendo sin formación alguna, a veces incluso en su propio domicilio. Esta alarma ha llegado hasta el propio Ministerio de Sanidad, que ha anunciado que reformará el decreto que regula las cirugías estéticas para delimitar quiénes pueden hacer este tipo de intervenciones. Se prevé que el primer borrador de esta norma esté listo en verano.
¿Todas las clínicas son igual de fiables?
En el caso de las clínicas de estética, es común encontrar diferentes denominaciones que nos pueden hacer dudar: cirugía estética, cirugía cosmética… ¿Existen diferencias entre ellas? ¿Qué nos puede hacer desconfiar? Según nos explica la Dra. Ainhoa Placer Lainez, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, esta titulación (Cirugía Plástica, Estética y Reparadora) es la única especialidad que a día de hoy cuenta con la certificación del Ministerio de Sanidad en el área de estética, por lo que es lo que se debería exigir antes de nada. En la propia web de SECPRE encontramos un buscador donde podemos verificar si el cirujano o cirujana cuenta con esta certificación.
La reducción de costes en la calidad de los materiales y equipos utilizados influye en la seguridad del paciente, el resultado final inmediato y a largo plazo del tratamiento realizado.
El primer paso para elegir una clínica de cirugía estética es verificar que el centro cuente con personal debidamente cualificado. Todos los profesionales deben tener el título correspondiente a la actividad que desempeñan y exhibir su identificación en un lugar visible de su indumentaria. Además, la clínica debe disponer del equipamiento necesario para realizar las actividades sanitarias adecuadamente, lo que incluye la certificación técnica de los equipos, partes de reparación y un libro de mantenimiento con los sellos de las revisiones periódicas.
Las clínicas deben exponer al público la lista de sus servicios según la titulación de sus profesionales o técnicos, junto con información accesible sobre los derechos y deberes de los usuarios y el documento acreditativo de autorización de funcionamiento y de inscripción en el registro de centros sanitarios.
En lugar de guiarnos por ofertas irresistibles, antes de decidirse por una clínica u otra es buena idea hacer un pequeño research para conocer qué ofrecen otros centros similares y, así, tomar una decisión bien informada.
¿Por qué las clínicas low cost pueden ofrecer precios tan bajos?
Preguntamos sobre ello al Dr. Riba, cirujano maxilofacial, fundador y director de las clínicas Face Clinic, con presencia en varias ciudades de España. Según su visión, las denominadas clínicas low cost pueden ofrecer precios tan por debajo del mercado por varias razones:
Detrás de las clínicas de cirugía «low cost»
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Contratan personal médico menos experimentado
Los médicos con poca experiencia o recién graduados suelen aceptar salarios más bajos a cambio de tener la oportunidad de trabajar. Esto hace que haya mucha rotación de personal: cuando los profesionales se sienten más experimentados y seguros, es de esperar que busquen unas mejores condiciones en otros centros. Es por eso, también, que no siempre es el mismo especialista quien atiende a los pacientes.
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Mayor presencia de asistentes
Estas clínicas acostumbran a tener en su plantilla un gran número de comerciales y personal de enfermería que a menudo realizan tareas que en principio serían labor de un médico, como una primera consulta de diágnostico, por ejemplo.
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Los materiales no son de alta gama
Otro punto donde se abaratan los costes es en la compra de suministros de calidad más baja.
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Atención menos personalizada
Ofrecen servicios masivos, lo que supone menos tiempo y menos atención a cada paciente.
Para quienes están considerando una cirugía estética, es fundamental elegir clínicas de referencia que cuenten con equipos médicos de alta gama y realicen las intervenciones en entornos seguros por profesionales cualificados.
La importancia de saber en manos de quién nos ponemos
Ahora bien: ante la gran oferta que encontramos tanto en internet como en las calles, ¿qué puede indicarnos que estamos ante una clínica que no ofrece las garantías necesarias para el paciente? El Dr. Riba también nos anima a dedicar un tiempo a investigar quién es el equipo que nos va a tratar, cúal es su formación, experiencia y trayectoria: “No olvidemos que el paciente lleva en el cuerpo el resultado del trabajo de los profesionales. Y que estamos hablando de salud”, advierte.
¿Qué puede hacer que salten nuestras alarmas?
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Precios muy por debajo de la media. Esto nos indica que seguramente la clínica esté recortando presupuesto en áreas cruciales.
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Que no nos proporcionen una información detallada sobre los procedimientos, riesgos y cuidados postoperatorios.
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Ausencia de cirujanos, médicos o dentistas especializados en las consultas iniciales. Quien te atiende es un asistente o un comercial que te da un presupuesto.
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Consultas rápidas donde no se dedica el tiempo necesario a atender las necesidades de cada paciente.
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Promesas de resultados garantizados o demasiado optimistas sin la información adecuada y precisa acerca de los riesgos y limitaciones.
Los peligros principales son el incremento de secuelas, e incluso en algunos casos con difícil o imposible solución, además de los problemas psicológicos asociados.
¿Existen vacíos legales que permiten la proliferación de este tipo de clínicas? La Dra. Placer nos confirma que es así. “Es importante que la población lo sepa”, insiste. Para evitar estos riesgos, debemos exigir siempre las credenciales del especialista que realizará la intervención. Es esencial verificar que está cualificado y que el centro cuenta con las autorizaciones necesarias, además de recibir un consentimiento informado y un un informe detallado sobre el procedimiento y los productos utilizados.
Si surge algún problema, los expertos recomiendan reclamar a través de los colegios profesionales o las asociaciones de consumidores, así como ponerse en contacto con un servicio de abogacía especializado en negligencias médicas para tramitar la denuncia idealmente respaldada por una valoración exhaustiva de un especialista en la materia.