Contra la LGTBIfobia: cómo denunciar un delito de odio

El delito de odio está tipificado en el artículo 510 del Código Penal. Puedes (y debes) denunciarlo. Estos son los pasos que debes seguir.

junio 28, 2023 Escrito por Noelia

Redactora de Bloom especializada en salud femenina. Diplomada en Turismo por la UNED, Máster en Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa por la Universitat Jaume I y Posgrado en Periodismo Digital por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactora en medios de comunicación digitales desde 2011.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

La LGTBIQA+ fobia sigue generando situaciones muy desagradables. Si eres víctima de ella (o cualquier persona de tu entorno lo sufre), debes saber que el delito de odio está tipificado en el artículo 510 del Código Penal. Puedes (y debes) denunciarlo.

¿Cómo se recoge el delito de odio en el Código Penal?

En el artículo 510 del Código Penal puedes leer la definición completa de este delito. En resumen, se considera infracción penal cuando se comete un acto contra una persona por su simpatía, filiación o pertenencia a un grupo, ya sea por su raza, lenguaje, religión, sexo, discapacidad, orientación sexual o cualquier otro factor similar. 

Dependiendo de la gravedad del asunto, estos individuos se pueden enfrentar a una multa de seis a doce meses o pena de prisión de uno a cuatro años.

Cómo denunciar un delito de odio

delito de odio denunciar

El delito de odio por homofobia se puede denunciar, tanto si ha sido una agresión física o verbal. Y debemos hacerlo, porque es la única manera de que estos actos no queden impunes. Al igual que existe un protocolo de agresión sexual en discotecas, también hay un protocolo para estos casos.

Estos son los pasos que debes seguir para denunciar un delito de homofobia. Por supuesto, tal y como recoge el Código Penal, también es el mismo procedimiento si este delito de odio viene marcado por el color de la piel, una discapacidad, el sexo… Ya basta.

  1. Recopilar pruebas

    El primer paso, imprescindible, es recopilar todas las pruebas posibles. Entendemos que cuando la víctima sufre una agresión, de cualquier tipo, es muy complicado mantener la cabeza fría. Pero piensa que cualquier detalle puede ser decisivo (y que vas a tener que dar muchas explicaciones, por desgracia), así que anota todos los datos que puedas: descripción del atacante, lugar exacto de los hechos, hora, actitudes, palabras, arma (si la ha habido). Si tienes testigos, intenta que te acompañen en este proceso para facilitar las cosas.

  2. Parte de lesiones

    Si la agresión ha sido física, aunque te encuentres en buen estado, te recomendamos encarecidamente acudir a los servicios médicos para que puedan hacer el parte de lesiones correspondiente. Cuanto menos tiempo pase, mejor. Y no importa si solo tienes un arañazo o si es algo más grave. Todo son lesiones y todo debe quedar recogido.

    ¿Qué sucede en caso de que la agresión haya sido verbal? No somos de piedra y esto nos puede hacer necesitar ayuda psicológica. pide a tu médico de cabecera que te dé cita con los servicios psicológicos e incluye esto también en tu parte de lesiones.

  3. Denuncia en el juzgado de guardia

    Lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en denunciar un delito de odio o de cualquier otra tipología es acudir a una comisaría de policía. Sin embargo, no es la única herramienta, ya que al redactar la denuncia se pueden quedar fuera muchas pruebas que son importantes. En este caso, parece que lo ideal es denunciar directamente en el juzgado de guardia.

¿Y si es alguien conocido? ¿Y si vuelve a pasar?

Hace poco hablamos en Bloom de los recursos contra la violencia machista, un tipo de delito en el que, por desgracia, nuestro agresor puede vivir con nosotras. En el caso de los delitos de homofobia esta agresión se puede producir por parte de algún desconocido, pero también puede ser un vecino, un compañero de clase, etc. También puede ser que tengas miedo de que vuelva a atacarte. En estos casos, tienes que saber que tienes derecho a pedir también una orden de alejamiento. Quedará sujeta a que la acepten, pero al menos tú habrás hecho todo lo que está en tu mano.

¿Te ha gustado este post?

¡Queremos saberlo!