¿Violencia machista, violencia de género o violencia intrafamiliar? Por qué el lenguaje importa

Las palabras que empleamos construyen la realidad, y no es lo mismo hablar de violencia intrafamiliar que machista. ¿Las diferencias? Te las contamos.

agosto 26, 2022 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

El lenguaje es la herramienta que tenemos para comunicarnos, expresarnos y comprendernos. Hasta ahí, todo ok, pero, ¿te has parado alguna vez a pensar en el poder que tienen las palabras que utilizamos para nombrar conceptos como la violencia de género o la ansiedad? La manera en la que hablamos tiene la capacidad de empoderarnos, pero también de limitarnos e incluso de invisibilizarnos.

Si hablamos de la violencia que se ejerce sobre las mujeres por el hecho de serlo, vemos que a lo largo de los años se han utilizado diferentes términos. Queremos conocer un poco mejor por qué el lenguaje es muy importante en este aspecto. 

Violencia de género: definición de un término más que necesario

En España, la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, aprobada por unanimidad de todos los grupos parlamentarios, define así la violencia de género en su primer artículo:                            

“Todo acto de violencia (…) que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre estas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. (…) que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”

Aunque esta ley vio la luz hace tan solo 20 años, no legislaba un problema novedoso, sino invisibilizado durante décadas. Desgraciadamente, hoy en día estamos muy acostumbradas a escuchar en los medios de comunicación hablar sobre violencia de género prácticamente a diario y también a ver que se usan utilizan palabras que son aparentemente sinónimos para referirse a ello. Pero, ¡ojo! No lo son.

Es ideología. 

violencia de genero o machista

Diferencia entre violencia de género y violencia doméstica

Con ánimo de continuar invisibilizando un problema que ha estado bajo la alfombra durante años, hay quienes tratan de equiparar de manera perversa la violencia de género y la violencia doméstica.

Cuando se utiliza violencia doméstica o intrafamiliar se vuelve a invisibilizar a la mujer: se habla de la violencia que ocurre en la casa, da igual de quién contra quién.

Oponerse a esta terminología no supone estar a favor de otros tipos de violencia, sino señalar que existen otras leyes, como el Código Penal, que se ocupan de sancionarlas. Sin embargo, es esencial que aquellos colectivos sobre los que se suele ejercer esa violencia, como las mujeres o la comunidad LGTBIQ+, dispongan de una protección especial porque se trata de una discriminación o desigualdad estructural. 

violencia de genero

Violencia machista, un término aún no reconocido por la RAE

Otro término que se emplea habitualmente es “violencia machista”. Con este término -que la RAE aún no ha querido incluir de manera oficial, ejem- se quiere eliminar la connotación de que quien ejerce la violencia sobre la mujer es alguien con quien tiene o ha tenido algún tipo de relación de afecto. Así, entrarían dentro de esta definición otros casos en los que el agresor/asesino/violador no conocía a su víctima pero la agredió/asesinó/violó por el hecho de ser mujer. Los ejemplos, tristemente, abundan como los de los casos de Diana Quer, Laura Luelmo o la violación de «la manada».

Además de no limitar el concepto a una relación afectiva entre la mujer y su agresor, el término violencia machista permite abrir el foco y es más amplio, pues engloba también la violencia ejercida contra una mujer por parte de la pareja de su amiga o contra los hijos de la pareja, por ejemplo. ¿Otra diferencia? Que la violencia machista no está como tal reflejada en la legislación.

El lenguaje importa… y mucho

Como ves, hablar de violencia de género, violencia machista o violencia doméstica no es hablar necesariamente de lo mismo. Las agresiones, violaciones o asesinatos las sufrimos por el hecho de ser mujeres. Utilizar expresiones que invisibilizan, limitan o excluyen oculta la violencia estructural y vuelve a transportarnos a un pasado al que no queremos regresar.

¿Qué término es preferible usar? Violencia machista, por su amplitud, o violencia de género, por ser la forma de expresión legal.

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