Huelgas, protestas y reivindicaciones: así sigue reclamando igualdad el deporte femenino

Son muchas las mujeres que han perseguido y persiguen incansablemente esta meta común. Repasamos sus logros

septiembre 25, 2023 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

En Bloom nos encanta hablar de referentes, de mujeres que han desafiado obstáculos y han derribado barreras para que hoy todas gocemos de tantos derechos que en el pasado nos fueron vetados. El mundo del deporte no se queda atrás y en las últimas semanas hemos podido ver una buena muestra de ello. Aprovechando la última reivindicación femenina que ha conseguido ocupar titulares y abrir telediarios, nos atrevemos a repasar otras historias de protesta y lucha que confirman la determinación y pasión de tantas atletas femeninas. 

Desde el fútbol hasta el ciclismo, desde el arbitraje hasta las competiciones internacionales, las deportistas han alzado sus voces y han enfrentado desafíos aparentemente insuperables en su búsqueda de un trato justo y equitativo. Con la ayuda de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP), que trabaja intensamente para conseguir la igualdad de derechos y oportunidades dentro del deporte, hemos elaborado este pequeño aunque muy reivindicativo listado. 

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Cada uno de estos casos es un recordatorio de que el camino hacia la igualdad es un desafío continuo, pero también es una fuente de inspiración para futuras generaciones de mujeres que sueñan con destacar en el deporte sin importar las barreras que puedan encontrar en su camino.

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De la victoria… a la huelga

Las jugadoras de fútbol han aprovechado el tirón mediático y su reciente triunfo con la Selección Femenina para poner sobre la mesa sus reivindicaciones. Así, a principios de septiembre se declararon en huelga para exigir una mejora en sus condiciones laborales, algo que ya habían demandado en el pasado sin demasiado éxito. Las jugadoras no pedían nada del otro mundo: un salario mínimo digno que refleje su contribución al deporte, eliminar la parcialidad y mejores condiciones laborales (incluyendo licencias por maternidad). Tras dos jornadas de huelga e intensas negociaciones, se acordó aumentar el salario de 16.000 euros a 21.000 euros al año para esta temporada, así como un crecimiento progresivo en los próximos años.

Las futbolistas, a través de sus sindicatos, recalcaron que no buscaban en ningún caso perjudicar la imagen de la competición (cuando somos nosotras las que protestamos suelen crear argumentos para desautorizarnos), sino luchar por sus derechos laborales. Y es que, a pesar de la huelga, la diferencia salarial entre el fútbol femenino y el masculino sigue siendo 50 veces mayor que la media, incluso después de la firma del nuevo convenio. 

Árbitras en huelga: pidiendo lo mínimo

Si este septiembre ha estado marcado por la huelga de las jugadoras, el año pasado la liga arrancó con la protesta de las árbitras. La primera división del fútbol femenino iba a ser considerada -por fin- profesional, pero solo para las jugadoras. Las árbitras, figura fundamental en los encuentros, quedaban excluidas. Tras intentar negociar algo tan simple como tener un contrato de trabajo sin éxito, decidieron ir a la huelga.

Yolanda Soler, exdeportista olímpica y entrenadora del equipo español de judo, nos recuerda que “corrieron ríos de tinta: que si ellas no eran buenas, que si no sabían… y que si ellas no arbitraban, lo harían ellos. Eso sí, cobrando”. Una semana de parón en la Liga F y la Copa de la Reina tuvo sus frutos y llegó el acuerdo para que las colegiadas dejaran de ser el único estamento del fútbol femenino que trabajaba sin contrato. 

Hasta septiembre del año pasado las árbitras de fútbol no eran consideradas profesionales: no cotizaban ni un solo día por su trabajo ni tenían derecho a bajas, paro o vacaciones.

Marta Frías, portavoz del colectivo, fue una de las caras más visibles y dejó un claro testimonio de su precariedad laboral: “Llevo 21 años en el arbitraje y no he cotizado ni un día. Estuve siete meses parada por una lesión de espalda, me pagué el fisioterapeuta, me tuve que pagar seguro privado y encima no cobré. Si no pitamos, no cobramos. No reivindicamos algo económico, sino un contrato”. A pesar de lograr un acuerdo y como pasa con las futbolistas, la brecha salarial sigue abierta. Si las comparamos con sus homólogos masculinos vemos que ellas cobran en torno a una cuarta parte de lo que perciben sus compañeros por desempeñar el mismo trabajo. 

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Maternidad y carrera profesional

Bronce en Pekín, campeona de España y del mundo y… madre. Lerie Olabarría tropezó con la misma piedra que tantas mujeres al intentar desarrollar su carrera profesional: la discriminación por la maternidad. En 2018 la ciclista vasca presentó una denuncia contra la Federación Española de Ciclismo por el trato discriminatorio que aseguraba estar recibiendo por haber sido madre.

Dio a luz a finales de 2016 y a los cuatro meses ya estaba de vuelta a la competición nacional asumiendo nuevos retos, como competir a nivel internacional y ayudar a otras jóvenes a triunfar en el mundo del ciclismo. Sin embargo, todas sus demandas para poder conciliar fueron desatendidas. Y es que las federaciones no recogen qué hay que hacer en caso de embarazo o lactancia, por lo que muchas mujeres deportistas renuncian a la maternidad o no denuncian precisamente por miedo a que ser madre les aparte forzosamente de las competiciones. 

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Vero Boquete, una voz por la igualdad… silenciada

Vero Boquete estaba en su mejor momento cuando recibió con sorpresa la noticia: no la convocaban para jugar la Eurocopa de 2017. No dieron explicaciones. Para entenderlo, tenemos que remontarnos a 2015, cuando las jugadoras ya intentaron exigir algunos cambios en sus condiciones. “Es evidente que me hubiese gustado tener otro final, pero no por agradecimiento a la historia o a mi pasado, sino por mi rendimiento presente y mi mérito deportivo, pero la vida y el deporte me han enseñado que hay cosas que no podemos elegir ni controlar. Las decisiones y acciones de otros no nos pertenecen”, escribía la que fuera capitana de la Selección española a modo de despedida. 

Boquete también quiso reivindicar la igualdad en los videojuegos: creó una petición en change.org para exigir a FIFA que introdujera jugadoras. Con más de 47.000 firmas de apoyo, EA Sports anunció que el FIFA 16 sí contaría con selecciones nacionales femeninas.

Rayo Vallecano femenino: jugadoras desatendidas y apología de la violencia sexual

Carlos Antiso continúa entrenando a las jugadoras el mítico equipo madrileño, a pesar de unos audios -eso sí, antiguos- en los que alentaba a su cuerpo técnico a cometer una violación grupal. “Nos falta que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en jaris, y cargárnosla todos juntos. Eso es lo que une a un cuerpo técnico y a un equipo. Mira a los del Arandina, que iban directos al ascenso”, decía. El entrenador pidió perdón por sus palabras y no fue destituido.

El equipo lucha hoy por la supervivencia ante la total falta de inversión y medios. La AMDP denunció el pasado año que el equipo por incumplir de manera sistemática sus obligaciones laborales y éticas: “Falta de equipo médico, con jugadoras lesionadas atendidas por los médicos de los equipos rivales, falta de pago de salarios, sin ningún sindicato demasiado preocupado, o falta de pago de los alquileres de las viviendas en las que se alojaban las jugadoras, con el riesgo de que éstas se quedaran literalmente en la calle”. 

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Vuelta Comunitat Valenciana Féminas: el proyecto que dignifica el ciclismo de mujeres

Cuando estaba a punto de cancelarse, el evento encontró la manera de mantenerse a flote. Desde la AMDP hablan de un éxito conjunto de la asociación y Sergi Camarena, un empresario valenciano que, desde que empezó con una pequeña escuela de ciclismo, quiso apostar por carreras en igualdad, “con las mismas garantías de seguridad, patrocinadores, organización y premios importantes”.

Juntos consiguieron salvar una prueba que había quedado fuera del calendario sin motivo y que tiene especial relevancia en un momento en el que el ciclismo femenino está reivindicando intensamente su profesionalización para poder vivir del deporte. “La igualdad se entiende compartiendo los espacios y recursos que los hacen posibles”, señalan. 

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2023 pasará a la historia por ser el año en el que se disputó la primera edición de la Vuelta a España Femenina con un total de siete etapas.

Beatriz Manchón, vetada en el descenso del Sella

En 2017, la piragüista Beatriz Manchón quiso competir junto a su compañero en la tradicional prueba del descenso del Sella, pero no dejaron que lo hiciera. La ganadora de cuatro olimpiadas y 16 medallas en campeonatos del todo el mundo se encontró, una vez retirada del deporte de alta competición, con la discriminación por género. Las mujeres estaban vetadas en esta competición, por lo que tanto ellas como los equipos mixtos debían comenzar la travesía a partir de la posición 600. Es decir, sin optar a ganar. A día de hoy esta normativa se ha modificado. 

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Bikini para ellas, chándal para ellos 

En 2021 fue la Selección femenina noruega de balonmano-playa quien puso sobre la mesa la diferencia que existe entre las equipaciones. ¿Existía alguna justificación, digamos, anatómica para esta distinción? La normativa imponía a las jugadoras vestir “bikinis de talla ajustada y corte en ángulo ascendente hacia la parte superior de la pierna” que, además, debía tener un ancho máximo de 10 centímetros. En muchos casos se ha hablado de comodidad frente al calor, pero también de puro marketing. ¿Es que acaso las mujeres solo tenemos opción a conseguir audiencia deportiva si nos sexualizamos? 

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La lista no acaba aquí

Ni mucho menos. Desde caras más conocidas como Almudena Cid, Ona Carbonell o Paloma del Río hasta otras voces anónimas del ámbito deportivo denuncian discriminación y desigualdad. Falta de referentes, diferencia salarial, poca visibilidad, trato distinto en los medios, excesiva preocupación por su aspecto físico o dificultad para encontrar patrocinios son las principales reivindicaciones. Entornos más cercanos y supuestamente seguros, como la Carrera de la Mujer, hacen gala de su machismo ofreciendo como premio una Thermomix, ¿cómo no va a suceder esto en niveles más altos?

Tanto quienes alzan la voz y denuncian como quienes no pueden hacerlo dejan claro que el deporte no va únicamente de competir en una cancha o una pista, sino que es esencial romper barreras y perseguir la igualdad. Aquí solo hemos mencionado algunos ejemplos de mujeres que han desafiado estereotipos obsoletos y han resultado, quizá sin querer, una fuente de inspiración para generaciones futuras. 

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