15 feministas famosas (y algunas poco conocidas) que cambiaron la historia
Alzaron su voz, plantaron cara al poder dominante y dedicaron parte de su vida a que todas tengamos más derechos
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Estamos viviendo la cuarta ola del feminismo con reivindicaciones nuevas y no tan nuevas. Seguimos defendiendo el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, reivindicando nuestro espacio y señalando las desigualdades que se producen en todos los ámbitos para conseguir la ansiada igualdad. Antes que nosotras ya lo hicieron otras muchas mujeres a las que le debemos estar hoy aquí, siguiendo su estela. Algunas de ellas, de hecho, murieron por defender esta causa tan justa. Otras siguen a pie de cañón. Aquí va una selección de 15 feministas famosas que nos abrieron el camino y a las que solo podemos decir gracias.
Hipatia de Alejandría (aprox 370-415)
Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar
Fue una filósofa y matemática que llegó a dirigir el Museo de Alejandría en un momento en el que las mujeres tenían pocas opciones de acceder a la educación, y mucho menos a puestos de responsabilidad. Se declaró pagana en pleno auge del catolicismo teodosiano y defendió los derechos y la libertad sexual de las mujeres, tres características que, en la época, cavaron su propia tumba y la convierten en nuestro primer mito feminista: fue brutalmente asesinada por fanáticos cristianos que la tacharon de bruja.
Christine de Pizan (aprox 1364 – 1430)
Si fuera habitual mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las artes y las ciencias tan bien como los hombres
Una mujer de letras en pleno siglo XVI que, tras enviudar, dedicó su vida a reivindicar el saber y la dignidad de las mujeres. De hecho, fundó ‘La Querelle de la Rose’, una agrupación de mujeres donde discutían sobre su capacidad intelectual y su acceso al conocimiento.
Olympe de Gouges (1748-1793)
Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera.
En plena Revolución Francesa una mujer alzó la voz para señalar que esa ‘Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano’ dejaba fuera a la mitad de la población. Así, fue la autora de la una declaración en paralelo centrada, eso sí, en las mujeres siguiendo el mismo esquema que “el original”. Militó, además, a favor de la abolición de la esclavitud y terminó, como tantas otras, en la guillotina.
Mary Wollstonecraft (1759-1797)
A las mujeres, cuando se las ha despojado de las virtudes que visten a la humanidad, se las ha engalanado con gracias artificiales; su única ambición es ser hermosa para suscitar emociones en vez de inspirar respeto; y este deseo innoble, igual que el servilismo en las monarquías absolutas, destruye toda fortaleza de carácter.
Es considerada una de las fundadoras del feminismo por su texto ‘Vindicación de los derechos de la mujer’. Aquí exige el acceso a la educación en plena igualdad en contraposición al sistema de la época, que enseñaba a las mujeres a ser frívolas e incapaces, inferiores a los hombres. Es, además de una de las madres del feminismo, la madre real de Mary Shelley, una de las novelistas más influyentes de la época y autora de ‘Frankenstein’.
Clara Zetkin (1857 – 1933)
Sin embargo, la cuestión femenina sólo existe en el seno de aquellas clases de la sociedad que a su vez son producto del modo de producción capitalista. Por ello, no existe una cuestión femenina en la clase campesina, aunque su economía natural esté ya muy reducida y llena de grietas.
Si hoy en día celebramos el 8M fue, en parte, gracias a esta mujer. Marxista, activista y apodada “la abuela del comunismo alemán’, Zetkin luchó por los derechos de las mujeres, especialmente por las de clase obrera. Militó en el Partido Comunista, donde encontró el foro para dar un apasionado discurso contra el fascismo con representantes nazis entre el público.
Marie Curie (1867-1934)
Las mentiras son muy difíciles de matar, pero una mentira que atribuye a un hombre lo que en realidad era el trabajo de una mujer tiene más vidas que un gato.
Dedicó su vida a la ciencia y fue pionera en el campo de la radiactividad, además de la única persona en conseguir dos premios Nobel en distintas disciplinas: Física y Química. El camino no fue fácil: reclamó trabajar en la Sorbona sabiendo que no admitían mujeres y trató de vivir su vida con perseverancia y actuando como si tuviera los mismos derechos que un hombre.
Virginia Woolf (1882-1941)
Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción.
Su vida estuvo marcada por su inestabilidad emocional, pero eso no impidió que se convirtiera en uno de los grandes mitos de la literatura y del feminismo. Su obra ‘Una habitación propia’ explicaba la importancia del espacio para desarrollarse y defendía la independencia de las mujeres.
Clara Campoamor (1888 – 1972)
“Yo y todas las mujeres a quienes represento queremos votar con nuestra mitad masculina, porque no hay degeneración de sexos, porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser, argumento que han desarrollado los biólogos. Somos producto de dos seres; no hay incapacidad posible de vosotros a mí, ni de mí a vosotros”.
Si hablamos de feminismo en España, tenemos que hablar de Clara Campoamor. Fue la segunda mujer en ingresar en el Colegio de Abogados de Madrid (la primera fue Victoria Kent) y dedicó su vida a la militancia política. En 1931, gracias a su insistencia en el parlamento, el voto femenino fue reconocido en la Constitución.
Frida Kahlo (1907-1958)
Te mereces un amante que te quiera despeinada, con todo y todas las razones que te hacen despertarte deprisa y los demonios que no te dejan dormir.
Frida es un referente en la ruptura de estereotipos y cánones de belleza. En su obra refleja las grandes tragedias de su vida, como la polio o el grave accidente de autobús que sufrió siendo muy joven, pero también se retrata con un aspecto masculinizado, habla abiertamente de la sexualidad, del aborto y de la lactancia.
Simone de Beauvoir (1908 – 1986)
La mujer no es nada más que lo que el hombre decide que sea; así se le llama “el sexo” queriendo decir con ello que aparece esencialmente ante el hombre como un ser sexuado: para él, ella es sexo, y lo es de un modo absoluto.
En 1949 publicó ‘El segundo sexo’, un libro que, a día de hoy, sigue siendo un referente en el feminismo. Formada como filósofa en la Sorbona, dedicó gran parte de su vida a la escritura y el pensamiento con gran foco en la igualdad. Analizó la condición femenina y la construcción social del género, además de hablar de temas como el aborto, la maternidad o la prostitución.
Ruth Bader Ginsburg (1933-2020)
No pido favores para mi sexo. Todo lo que pido de nuestros compañeros es que quiten sus pies de nuestros cuellos.
Fue la segunda mujer en llegar al Tribunal Supremo de Estados Unidos después de años luchando para cambiar aquellas leyes que discriminaban por género primero como abogada y más tarde como jueza.
Nawal El Saadawi (1931-2021)
La solidaridad entre mujeres puede ser una poderosa fuerza de cambio e influenciar el desarrollo futuro no solo para las mujeres, sino también para los hombres.
Nacida en Egipto, comenzó su carrera como escritora con tal solo 13 años y dedicó su obra -tanto ensayo como ficción- a hablar de la sexualidad, del machismo, de la prostitución y de la salud de la mujer, entre otros temas. Fue directora de salud pública en su país natal y consejera de la ONU para el programa Mujeres en África.
Gloria Steinem (1934)
“Todavía me falta escuchar a un hombre pedir consejo sobre cómo combinar una carrera profesional y una familia”.
Periodista, escritora, judía, icono de la tercera ola del feminismo en Estados Unidos y leyenda viva. Se salió del molde con decisiones como no casarse o abortar ilegalmente, lo que poco a poco le hizo interesarse por el activismo a favor de la igualdad. Creó el Caucus Político Nacional de Mujeres junto a Bella Abzug y Betty Friedan, y fundó la icónica revista ‘Ms’, la primera de la historia considerada feminista.
Audre Lorde (1934)
Las que estamos fuera del círculo de la definición que esta sociedad da de mujeres aceptables; las que hemos sido forjadas en las encrucijadas de las diferencias -las que somos pobres, que somos lesbianas, que somos negras o que somos más viejas -sabemos que la supervivencia no es una habilidad académica”.
Se define como poeta, negra, lesbiana, madre y guerrera. Es un referente por su crítica (constructiva) al feminismo blanco. En su texto ‘La hermana, la extranjera’, Lorde deja claro su interés por la interseccionalidad y las diferentes en la vida de las mujeres por cuestión de raza, sexualidad, clase y edad.
Malala Yousafzai (1997)
Hubo un momento en que las mujeres activistas pidieron a los hombres que lucharan por sus derechos. Pero esta vez vamos a hacerlo por nuestra cuenta.
Abrió un blog con tan solo 11 años para la BBC explicando la vida en Mingora (Pakistán) en el que, bajo un pseudónimo, denunciaba los abusos que sufrían las mujeres en su país por el hecho de serlo, como, por ejemplo, no poder asistir a la escuela. En 2014, después de un intento de asesinato y tras abandonar Pakistán y asentarse en Inglaterra, recibió el Premio Nobel de la Paz.
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