Alerta digital: ¿se puede regular el acceso de los menores a porno online?
El Gobierno ha anunciado una ambiciosa hoja de ruta que incluye el desarrollo de una ley integral, una estrategia multidisciplinar y un sistema de verificación de edad
El acceso de los menores a contenidos pornográficos en internet es una preocupación creciente que ha llegado a la mesa del Consejo de Ministros. En los últimos meses se ha generado cierta alarma social a raíz de diferentes investigaciones y estudios que sitúan el primer acceso a la pornografía en torno a los 8 años y que, además, relacionan este consumo con el desarrollo de actitudes y comportamientos sexuales machistas, con la normalización de la violencia y la cosififación de las mujeres y con el aumento de prácticas potencialmente peligrosas.
El avance de la tecnología facilita el acceso a este tipo de contenidos, incluso para quienes no están preparados para entender qué es lo que están viendo o lo usan como una guía de educación sexual más que cuestionable. Según el “Informe sobre la protección integral de menores frente al acceso a la pornografía en internet, que ha estudiado el Gobierno de España, el 50% de los jóvenes españoles entre 12 y 15 años ha consumido pornografía en alguna ocasión. Además, el 25% admitió haberlo hecho antes de los 12 años, y 7 de cada 10 adolescentes entre 13 y 17 años lo hace de forma regular.
Falta de educación sexual + porno accesible
Casi el 50% de los y las adolescentes y jóvenes españoles entre 16 y 29 años declaran no haber recibido educación sexual de calidad (funcional) ni por parte de sus familias (50,1%) ni en su centro escolar (45,9%).
Así lo revela el Informe Juventud y pornografía en la era digital: consumo, percepción y efectos» publicado en noviembre de 2023 por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud y financiada por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, que también habla de algunas consecuencias negativas de esta tendencia: imagen falsa de cómo es el sexo realmente, fantasías sexuales violentas o relaciones sexuales sin protección son solo algunas de ellas.
“El peligro es que su sexualidad, que se forma a edades tempranas, asuma como normales comportamientos agresivos, violentos, de riesgo o degradantes para las mujeres. Si no empezamos a incorporar de forma más decidida la educación afectivo- sexual en la familia y en el currículo escolar les estamos dejando a merced del porno. Es fundamental que les acompañemos en el desarrollo de su sexualidad de forma clara, que puedan contar con referentes como fuente de información veraz y confiable, que no sea un tema tabú o incómodo que evitemos”.
A raíz del crecimiento alarmante del consumo de pornografía entre población cada vez más joven, se ha abierto un debate social para abordar no solo qué se transmite con el porno, sino qué vacío ocupa. El acceso fácil, asequible y anónimo hace que muchos menores lo tomen como una guía de iniciación sexual con la idea de encontrar respuestas a las preguntas habituales de esa etapa.
¡Ojo! Que no te la cuelen: reconocer la existencia de una industria del porno no equivale a la normalización o apertura en la conversación sobre la sexualidad. Este tema sigue siendo en muchos casos tabú, tanto en las familias como en las propias escuelas.
Sin embargo, la influencia de la pornografía en la sexualidad de quien la consume -sobre todo si nos referimos a niños, niñas y adolescentes- es muy compleja y multifacética. Uno de los aspectos más preocupantes es la violencia contra las mujeres: se ha observado que un mayor consumo de estos contenidos puede incrementar comportamientos agresivos, normalizar la violencia sexual y perpetuar ideas patriarcales.
Por otro lado, también se asocia con conductas sexuales de riesgo, como no utilizar preservativo u otro anticonceptivo de barrera que proteja de ITS y embarazos no deseados. Además, se habla de un impacto en la salud mental, las relaciones de pareja e incluso de adicción.
La Fiscalía General del Estado alerta sobre el incremento del 116% en las agresiones sexuales llevadas a cabo por menos en los últimos cinco años, y lo relaciona con el consumo de pornografía.
¿Está la solución en la tecnología?
Las medidas que propone el Ejecutivo incluyen una estrategia disciplinar que reúna las competencias de varios ministerios, el desarrollo de una ley integral y lo que más ha llamado la atención: una aplicación para verificar la edad de quien accede a pornografía en internet que quieren que esté funcionando antes de verano.
En esta última medida trabajan ya la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y la Agencia Española de Protección de Datos para implementar una tecnología capaz de distinguir si quien utiliza el dispositivo es un adulto o un menor y, en este último caso, bloquear el acceso a estos contenidos. Queda por saber si será opcional u obligatorio para las empresas. Respecto a la ley integral, sabemos que abarcará diversos ámbitos, como el educativo, el de igualdad y el de competencias digitales.