Outing o cuando te «obligan» a salir del armario, ¿se puede considerar acoso?

noviembre 14, 2023 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

El fenómeno del «outing», o el acto de revelar públicamente la orientación sexual de una persona sin su consentimiento, ha sido motivo de debate y controversia en los últimos años. Como sabes, hablamos de salir del armario para referirnos a cuando una persona del colectivo LGTBIQ+ decide hacer pública (a una persona o al mundo) su identidad u orientación sexual. Esto ya es bastante fuerte si tenemos en cuenta que es algo a lo que las personas cishetero no tenemos que enfrentarnos.

De lo que hoy queremos hablar es de qué sucede cuando no es la propia persona la que lo hace público, sino otra en su nombre.

Outing que es

Definiendo el outing

Como siempre que hablamos de un anglicismo, nos gusta acudir al Cambridge Dictionary para saber cómo lo definen. Más allá del significado de “excursión”, a finales del siglo pasado el término adquirió una segunda acepción para referirse a revelar públicamente la homosexualidad de una persona famosa sin su consentimiento. Y es que, en su origen, el término era usado como guerrilla para exponer la identidad sexual o de género de personas con posiciones de poder que actuaban en contra de la comunidad LGTBIQ+. 

En los años 90, el fenómeno evolucionó para ser aún más controvertido. Según la revista TIME, en esta década se identificó una nueva vertiente en la que activistas homosexuales reclamaban el “derecho moral” de sacar a las personas del armario o bien para intentar incluirlas en el movimiento, o bien para neutralizarlas como oponentes. Este movimiento generó, una vez más, un importante debate acerca de la privacidad y de la intimidad de las personas. 

Históricamente, el outing ha sido utilizado para denunciar la hipocresía y fomentar la visibilidad.Sin embargo, esta táctica se ha generalizado. ¿Es este un acto de ayuda o de daño?

Hoy en día lo usamos para hablar de “sacar del armario” sin su consentimiento a alguien que ha escogido libremente no hacer pública su orientación o identidad sexual, ya sea Ricky Martin o tu vecina del 2º. Desde el entorno familiar hasta las redes sociales, se utiliza como forma de señalamiento y agresión.

Outing

Impacto psicológico del outing

Las consecuencias psicológicas del outing pueden ser graves para quien lo sufre: ansiedad, depresión, estrés… Es posible que esta presión psicológica sea realmente una forma de acoso, sobre todo cuando, en lugar de revelar tu «secreto», te presionan para que seas tú quien lo haga. Es común entre los amigos, pero también en las parejas en las que, quizá, una es abiertamente homosexual, pero la otra parte prefiere no decirlo.

Aquí va un ejemplo: en las primeras temporadas de ANHQV, Mauri presiona constantemente a su pareja, Fernando, para que deje de fingir que es hetero delante de sus amigos, en la comunidad de vecinos y en el trabajo. Detrás de esa presión, en este caso, hay buena parte de inseguridades del propio Mauri. Fernando insiste en que tiene que respetar sus tiempos, ya que teme -por increíble que parezca- perder su trabajo, ya que es abogado en un bufete muy clasicote.

Este “sacar del armario a las bravas”, tiene mucho que ver con presiones socioculturales que exigen la conformidad con las normas de género y orientación sexual donde subyace el mensaje de que hay personas que “se salen” de esa norma y, por tanto, tienen que hacerlo público. 

Este proceso de represión continuada conduce a heridas emocionales intensas que generan sentimientos de abandono, soledad e inseguridad. Más allá de la ficción de principios de los 2000, a lo largo de la historia hemos visto muchos casos de personas famosas que han sido obligadas a revelar algo que no les apetecía compartir por la razón que fuera: George Michael, Neil Patrick Harris o Kristen Stewart son solo algunos ejemplos. Seguramente, ahora que conoces el término, también identifiques casos cercanos. 

Outing

Presión externa: «Me obligan a salir del armario»

La imposición de revelar la orientación sexual plantea serias cuestiones éticas y emocionales. Parejas, amigos, familiares e incluso desconocidos, con buenas o malas intenciones, pueden convertirse en agentes de presión. Y es que el outing tiene muchas caras: desde chismes en las redes sociales o en la oficina a invadir la privacidad. Si bien es cierto que hay un tipo de outing malicioso frente a otro más accidental, ambas situaciones vulneran el derecho a la intimidad de la persona afectada.

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Algunas personas se encuentran en la difícil situación de sentirse obligadas a “salir del armario”, un lugar donde, para empezar, no tiene por qué estar nadie escondido. En cualquier caso, compartir quién eres es un proceso personal, nunca una imposición.

Outing que es

¿Es el outing un delito?

Queremos creer que la identidad de género y sexual ha avanzado en términos de aceptación, pero el hecho de que sea ilegal a día de hoy en más de 70 países y que se haya dejado de considerar una enfermedad mental por la OMS hace poco más de 30 años nos señala cuánto nos queda aún por hacer. No es de extrañar que muchas personas del colectivo prefieran no hacerlo público por miedo al rechazo, a la discriminación y/o al odio. 

Así pues, ¿se considera delito en España revelar esta condición individual sin consentimiento? Lo que nos dice la ley es que no hay delito si no hay intención de vejar, despreciar o humillar, lo que, en realidad, es bastante amplio. ¿Qué intención tiene un chisme, por ejemplo? Aunque el outing no figura como tal en el Código Penal, sí tenemos un artículo en la Constitución que nos ampara en este sentido: art. 18.1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

En la era de sobreexposición, donde la línea entre lo público y lo privado se difumina, ¿es el outing un síntoma de que no existen los límites?

Salir del armario por elección propia puede ser un proceso sanador, con implicaciones psicológicas positivas. Pero ha de ser siempre un proceso individual y personal. Forzar este paso no solo va en contra de la integridad y la privacidad, sino que también puede tener consecuencias psicológicas devastadoras. 

Fuentes:

  • Observatorio madrileño contra la homofobia, transfobia y bifobia. 
  • Línea arcoíris

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