Quiero volver a ser yo, ¿cómo recuperar mi identidad después de haber dado a luz?

Es muy habitual sentir que has perdido tu propia identidad después de ser madre. Consejos para conseguir ser mujer plena y madre al mismo tiempo.

mayo 27, 2024 Escrito por Isabel Sauras

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Muchas mujeres sufren una devastadora pérdida de identidad después de ser madres. Es esa sensación de que, una vez que has dado a luz, tu único papel en la vida es el de criar y ser una buena madre y que ese nuevo rol te obliga a abandonar tu propia personalidad hasta el punto de no recordar con claridad cómo era tu vida anterior.

El cambio es algo inevitable, pero convertirse en madre no debería implicar una pérdida de identidad demasiado profunda. Analizamos por qué se generan estas sensaciones y qué podemos hacer para reencontrarnos con nuestra identidad tras la maternidad. 

Recuperar la personalidad después de ser madre

La maternidad y la pérdida de identidad

Vale que tener hijos es algo natural de nuestra condición humana y que la maternidad es algo que se asume poco a poco y, por lo general, de forma orgánica. Pero lo cierto es que, aunque estés muy preparada y lleves toda la vida deseando ser madre, el cambio siempre es radical y difícil de asumir en algún punto. 

Las renuncias que implica convertirse en madre pueden resultar complicadas de gestionar. ¿A quién no se le ha hecho cuesta arriba ser madre en algún momento? Todas las mujeres que somos madres hemos atravesado crisis de identidad y nos ha pesado mucho la maternidad en algún instante. Tranquila, no eres peor madre por sentirte desbordada y añorar tu vida anterior, es algo normal. 

La alegría de tener a tu hijo o hija entre los brazos es, sin lugar a dudas, algo muy especial e incomparable que suele compensar todo lo malo que pueda tener la maternidad, pero, aún así, a veces es complicado asumir las renuncias. Como cualquier cambio, necesitamos un tiempo para adaptarnos y nuestra personalidad necesita reajustarse a los nuevos roles, las nuevas rutinas y las nuevas prioridades. Adorar a tus hijos no está reñido con querer recuperar tu personalidad y además es cuestión de tiempo. 

Causas que generan pérdida de identidad tras el parto:

  • Falta de tiempo

    Especialmente en los primeros meses del bebé, cuando su bienestar requiere casi toda nuestra energía.

  • Miedos

    La maternidad a veces da miedo. Nos preocupa mucho ser buenas madres, hacer siempre lo correcto y no fallar a nuestro entorno. Demasiada presión.

  • Comparaciones

    Las comparaciones son odiosas, pero, cuando eres madre, lo son aún más. Sobre todo si eres madre primeriza, te ves obligada a escuchar consejos de demasiada gente sobre cómo criar a tus hijos. Por alguna razón, siempre habrá una madre que lo hace mejor que tú en alguna cosa.

  • Dependencia

    A muchas mujeres nos agobia mucho la sensación de que nuestros hijos dependen totalmente de nosotros. Ocurre por ejemplo durante la lactancia, cuando tú eres su única fuente de alimento.

  • Frustración

    Nos hemos pasado la vida fantaseando con la idea de ser madres, de pronto tenemos un hijo y nada es cómo lo habíamos imaginado. Que la maternidad no cumpla con nuestras expectativas puede generar mucha frustración.

  • Cambio de prioridades

    Tanto en lo que se refiere a nuestra propia vida como a nuestra vida en pareja, las prioridades se dan la vuelta en cuanto aparecen en escena los hijos. Puede resultar complicado adaptarse a estos cambios.

  • Otras circunstancias

    Cuando existen problemas de salud serios o situaciones particulares como una separación sentimental o problemas económicos, la sensación de pérdida de identidad suele ser mucho más intensa.

recuperar la identidad tras dar a luz

Consejos para recuperar la identidad después de ser madre

Eres madre, pero sigues siendo tú, solo hay que encontrar la manera de que tus dos personalidades convivan en armonía porque no son incompatibles. Palabra de Bloom.

Afrontando la maternidad y reconectando con nosotras mismas

  • Pide ayuda

    Aprender a ser madre y ser una mujer plena con todas tus necesidades satisfechas es cuestión de tiempo, pero no siempre somos capaces de alcanzar el objetivo por nosotras mismas, especialmente cuando las circunstancias son complicadas.
    Pedir ayuda de un profesional es un acto de valentía y de autocuidado, no dejes de hacerlo si lo necesitas.

  • Valora sinceramente pros y contras

    Cuando entres en crisis, pon en la balanza todos los pros y lo contras que trae consigo la maternidad. Saca lo mejor de esta etapa. Los pros siempre ganan por goleada porque ser madre es algo maravilloso.

  • Disfruta de esta etapa

    Hay momentos en los que disfrutar no parece una opción, pero intenta ser consciente de que se trata de una etapa más de la crianza, como lo serán la niñez y la adolescencia, que los hijos crecen demasiado rápido y que pronto no serán tan dependientes de ti.

  • Busca tus espacios

    Aprenderás a exprimir el tiempo mejor que nunca, busca tus espacios y aprovecha el poco rato libre que tengas para hacer aquello que más necesites o te haga feliz. Trata también de buscar tiempo y espacio para la pareja, quizás contando con la ayuda de tu entorno más cercano.

  • Rodéate bien

    No es necesario renunciar a tus amistades de antes, pero te sentirás más cómoda y comprendida si te rodeas de personas que están transitando por el mismo camino que tú. La maternidad también es una oportunidad maravillosa para forjar nuevas amistades.

  • Trata de no ser demasiado protectora

    Es fundamental que seas una madre prudente y que todas las necesidades de tu bebé estén bien atendidas, pero no es necesario ser demasiado protectora y estricta con los horarios. Tu bebé puede adaptarse sin problemas a muchas cosas y puedes llevarlo contigo a más lugares de los que piensas. Te harás un favor a ti misma y también se lo harás a tu hijo.

  • Vive en función de tus posibilidades

    Durante la crianza no suele ser viable viajar mucho, salir a cenar a menudo ni hacer planes con amigas. Lo ideal es asumirlo y pensar en planes que sean factibles para tu nueva situación, sin frustraciones ni sentimientos de culpa.

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