¿Qué es el pH vaginal?
Este valor nos indica la concentración de iones hidronio en nuestra mucosa vaginal; es decir, el grado de acidez de nuestra vagina. Conocerlo y mantenerlo equilibrado es clave para evitar infecciones.
Antes de hablar de pH vaginal, debes saber que el símbolo pH hace referencia al “potencial de hidrógeno” y mide la concentración de iones hidronio en cualquier disolución, como la mucosa vaginal. En una escala de 0 a 14, un pH se considera neutro cuando ronda el 7; ácido, cuando está por debajo; alcalino, cuando lo supera.
Por tanto, el pH vaginal nos indica el grado de acidez de nuestra vagina. ¿Y por qué es importante mantener el equilibrio del pH vaginal? Entre otras cosas, porque interviene en la flora vaginal o microbiota vagina. Con ella se crea una barrera microbiológica, una función de nuestra vagina para defendernos de agresiones externas o infecciones, como por ejemplo la candidiasis.
El pH vaginal y sus niveles
Nuestro cuerpo cambia en cada etapa de la vida y en cada fase del ciclo menstrual: ¡pues lo mismo ocurre con el pH vaginal! Hasta la adolescencia (antes de que llegue la regla por primera vez) y durante la menopausia se mantiene neutro, mientras que en edad fértil lo ideal es que sea ligeramente ácido, es decir, con valores comprendidos entre el 3.8 y el 5.0.
La explicación es que durante la infancia y con la menopausia, la función depuradora de la vagina se considera innecesaria. Pero, durante toda nuestra vida fértil, esa función depuradora de la flora vaginal se activa y el pH se acidifica (por debajo de 7.0) como mecanismo de defensa. En las distintas fases del ciclo, el pH vaginal también cambia: durante la menstruación tiende a ser pH neutro; en la fase premenstrual eleva su acidez, que se sitúa entre 3.8 y 4.2; y el resto del tiempo se mantiene ácido, pero con valores algo más suaves, entre 4.0 y 5.0.
¿Cómo medir el pH de la vagina? Y otras preguntas frecuentes:
¿Cómo medir el pH de la vagina?
El estado de nuestro pH vaginal es un tema de conversación que puedes sacar en tu siguiente visita al ginecólogo. Lo más recomendable es que sea un profesional quien lo mida y quien, si es necesario, te indique un tratamiento específico para normalizarlo o regularlo.
Ahora bien, debemos estar atentas a los síntomas que nos envía el cuerpo como señal de un posible desequilibrio, además de ser proactivas y ayudar a nuestra vagina a mantener su bienestar.
¿Cómo detectar alteraciones en el pH vaginal?
Picor, escozor, enrojecimiento, cambios de olor o textura en el flujo, sequedad o dolor en las relaciones sexuales son algunos de los indicadores que deberían llamarnos la atención.
Es muy común que los hongos o infecciones vaginales desequilibren el pH, así que si notas estos síntomas y no remiten con el tiempo ve a visitar a tu gine. Por otro lado, el DIU, un embarazo, la obesidad, la diabetes o haber tomado antibióticos recientemente son otras de las causas que pueden alterar nuestro pH vaginal.
Cómo mantener equilibrado el pH de la vagina?
Usa ropa interior de algodón para que la zona transpire, evita dejarte el bañador mojado durante mucho tiempo, no uses los tampones más de cuatro horas (para que no absorban las bacterias buenas que protegen a la vagina) y di adiós a las duchas vaginales (que pueden destruir la flora vaginal y allanar el camino a los patógenos).
El sexo y el pH vaginal
Hay que tener en cuenta que el semen tiene un pH de entre 6.9 y 7.3, por lo que puede alterar el equilibrio de nuestra mucosa vaginal. La solución más sencilla es el uso del preservativo, pero también hay productos de pH 3.5-4.0 en forma de gel de ducha o lociones que te ayudarán a restablecer el nivel de acidez de tu pH vaginal.
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