¿Existe la ansiedad hormonal? Cómo afectan los estrógenos, la progesterona (y más) al estado de ánimo
Desde la pubertad hasta la menopausia, las mujeres experimentamos cambios en nuestro estado de ánimo debido a fluctuaciones hormonales continuas que afectan la química cerebral.
Las hormonas son sustancias poderosas: no te desvelamos nada nuevo. El vínculo entre nuestras viejas amigas y la salud mental es, sin duda, complejo y muchas veces malentendido. Para muchas de nosotras, estos síntomas emocionales asociados a los ciclos son una realidad tan incómoda como cotidiana e incontrolable. ¿Qué hacer cuando nuestras hormonas nos hacen sentir ansiedad? Te lo contamos.
Zoom a la ansiedad hormonal
Ansiedad hormonal, ¿qué es?
Cuando hablamos de «ansiedad hormonal»nos referimos a los cambios emocionales y físicos experimentados debido a fluctuaciones en estos niveles que tienen lugar a lo largo de toda nuestra vida durante el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia. Estos cambios que tienen que ver con las idas y venidas de los estrógenos y la progesterona -entre otras- y en ningún caso es algo que tenga que avergonzarnos ni hacernos sentir más débiles: es, simplemente, un proceso biológico tan natural como que te crezcan las uñas.
Las hormonas intervienen como neuromoduladores, lo que quiere decir que afectan a las respuestas que da el cerebro y, por ende, a nuestro estado de ánimo. Aunque no podemos culparlas de todo lo que nos pasa, ya que tenemos que tener en cuenta otras variables como nuestro entorno, la alimentación, la actividad física o el sueño, lo cierto es que son una parte muy importante de lo que sucede en nuestro organismo.
La hormona del estrés
Una de las principales hormonas implicadas en la respuesta al estrés es el cortisol. Seguro que te suena porque últimamente es trending topic.Los niveles de esta hormona suben cuando nos encontramos ante una situación que requiere de nuestra atención. De manera natural es normal que aumente al levantarnos, cuando tenemos que estar alerta y disminuya cuando se acerca el momento de irnos a dormir. Pero también existen otras circunstancias que interfieren en estas fluctuaciones naturales. El aumento en el cortisol también puede afectar la regulación de otras hormonas, como la serotonina y el GABA, que están asociadas con la estabilidad emocional.
Para equilibrar los niveles de cortisol se recomienda realizar actividades que nos resulten relajantes, llevar una dieta equilibrada y saludable y alejarse de la cafeína y del alcohol.
Síntomas de la ansiedad hormonal
La primera señal de que esta ansiedad tiene su origen en las hormonas es que tiene carácter transitorio. Por ejemplo, durante nuestro ciclo menstrual es posible que sintamos esta ansiedad los días antes de que nos baje la regla, como un síntoma más del SPM. Durante el embarazo también es posible tener ansiedad hormonal: además de los síntomas puramente físicos, es posible experimentar cambios en el sueño y, sí, a nivel emocional. Sucede algo similar en la menopausia, cuando caen los niveles de estrógeno y progesterona.
La ansiedad hormonal puede variar mucho de una persona a otra, aunque lo más común es sentir fatiga o debilidad muscular, incapacidad para concentrarse, irritabilidad, depresión y trastornos del sueño.
Cuando estos síntomas se vuelven persistentes y no responden a tratamientos hormonales, pueden indicar la necesidad de otros enfoques terapéuticos.
Ansiedad hormonal: tratamiento
El tratamiento de la ansiedad hormonal puede implicar una variedad de enfoques, desde opciones farmacológicas hasta cambios en el estilo de vida. Algunas doctoras abogan por recetar píldoras anticonceptivas para regular los niveles hormonales y, por tanto, reducir los síntomas asociados con los ciclos menstruales. En otros casos, bastarán unos ajustes en el estilo de vida: evitar bebidas estimulantes, no consumir alimentos ultraprocesados, realizar actividad física, practicar técnicas de relajación… También puede ser una buena idea iniciar un proceso terapéutico que nos ayude con esa ansiedad.
Es importante reconocer el impacto que las fluctuaciones hormonales pueden tener en nuestro estado de ánimo, además de desterrar el estigma asociado con los síntomas emocionales que muchas de nosotras experimentamos.