La impotencia de sentirse espectadora ante el desastre de la DANA: lo que podemos hacer desde la distancia
Las noticias e imágenes ocupan la parrilla televisiva y la gran parte de las redes sociales. Quienes lo vemos desde lejos sentimos estupor y también cierta frustración. ¿Es posible ayudar sin estar allí?
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
En estos días, quienes vemos desde la distancia las imágenes y noticias que llegan desde la Comunidad Valenciana tras el paso de la DANA podemos experimentar una mezcla de incredulidad, desolación y frustración. Las fuertes lluvias e inundaciones han arrasado pueblos enteros, dejando a familias en la calle y un paisaje que oscila entre lo bélico y lo apocalíptico. Y lo peor es que pasan los días y no tenemos la sensación de que la situación mejore, más bien lo contrario: hace falta mucha ayuda y la crispación política cada vez es mayor. Nos reconcilia ver las enormes muestras de solidaridad, pero, a la vez, como espectadoras de la tragedia nos sentimos impotentes.
¿Qué podemos hacer ante una emergencia de este tipo cuando estamos lejos o cuando, por la razón que sea, no podemos prestar la ayuda que sentimos que se necesita?
La frustración es normal
Lo primero que queremos aclarar es que esos sentimientos de desolación, frustración e impotencia son tan naturales como propios del ser humano. Vivimos en sociedad y ver una catástrofe de esta magnitud hace que nuestra empatía aflore. Nos sentimos vulnerables y frágiles, algo que, de alguna manera, nos acerca y nos provoca lágrimas, enfado, etc. Todas las emociones son válidas: no tenemos por qué reprimirlas ni minimizar su impacto en nuestro estado de ánimo.
Es natural querer hacer más y sentir que, desde la distancia, las acciones que están a nuestro alcance son insuficientes. Sin embargo, cada aportación, por pequeña que parezca, suma.
Existen muchas maneras de ofrecer apoyo sin viajar físicamente hasta las zonas afectadas. No te hablamos de compartir stories (aunque más adelante haremos alguna mención a la difusión de información y, sobre todo, de desinformación), sino de iniciativas que realmente son pequeños granitos de arena que podemos aportar:
Cómo ayudar ante la catástrofe de la DANA en Valencia
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Donaciones tanto de alimentos y agua (¡en muchos lugares siguen sin agua potable!) como de productos de limpieza e higiene personal. En todas las ciudades se están organizando puntos de recepción para que quien quiera pueda hacer donaciones. Muchas de ellas incluso cuentan con una lista con aquello que más falta hace: pañales, palas, productos sin gluten, pienso para perros, arena para gatos… Este perfil de Instagram es un directorio de puntos de recogida en las diferentes ciudades donde puedes acudir a hacer donaciones. Además, si estás en Valencia o tienes posibilidad de acercarte, puedes consultar qué y dónde se necesita en AyudaTerreta.
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Aportaciones económicas. Otra opción es contribuir con las diferentes organizaciones humanitarias y locales que están movilizándose en la zona. RTVE ha recopilado algunas de las que operan a nivel nacional aquí, pero también es posible que encuentres otras más “pequeñas” que busquen recursos para acciones concretas, como los que tienen que ver con los refugios de animales que se listan aquí.
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Apoyo emocional. No siempre es necesario realizar una aportación económica, sobre todo si hacerlo no es una opción para ti. Ofrecer acompañamiento es también importante en estos momentos, y lo será mucho más en adelante. Puedes ser esa persona que escucha a sus familiares o amigos que han vivido de cerca la tragedia y necesitan sacarlo por puro desahogo. O incluso escuchar a quien, sin haberlo vivido en primera línea, se siente sobrepasada.
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Compartir información fiable. En estos días los bulos y la desinformación están circulando a sus anchas. Es por eso que, antes de compartir nada, nos aseguremos de que se trata de una información veraz y contrastada. La tragedia es el campo de cultivo perfecto para rumores y noticias sensacionalistas que solo buscan el caos, la crispación y, finalmente, quitar el foco de donde tiene que estar, que es ayudando a las personas.
¿Podemos proteger de alguna manera nuestra salud mental?
También es muy normal sentirse realmente abrumada con lo que estamos viviendo y no querer ver más de lo estrictamente necesario. ¿Significa eso dar la espalda al problema? Dependerá de cada caso. Habrá quien lo sienta como algo retraumatizante y habrá quien sea incapaz de enfrentarse a esta tragedia, aunque sea a través de la pantalla. Es esencial saber lo que pasa en el mundo, pero tenemos que priorizar también cómo nos hace sentir para que el impacto que genere se pueda sostener.
Salud mental ante la catástrofe
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No hay una forma “correcta” de reaccionar ante un desastre.
Permítete sentir lo que sientes, ya sea tristeza, ansiedad, frustración o incluso culpa por no poder soportarlo.
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Autocompasión.
Los pequeños actos son valiosos también. Si no podemos ayudar de la manera que nos gustaría por la razón que sea, no pasa nada. Cada acto de bondad tiene su impacto positivo.
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Limita la información y acude solo a fuentes fiables.
La sobreexposición a noticias e imágenes puede generar altos niveles de ansiedad. Aunque es importante estar informadas, esto no quiere decir que tengamos que estar todo el día consumiendo vídeos sobre la catástrofe.
Ayuda psicológica para personas afectadas
La ayuda profesional y desinteresada no ha tardado en llegar. Por redes circulan varias iniciativas en las que o bien centros de psicología o bien psicólogxs formadxs en atender este tipo de catástrofes se ponen a disposición de las víctimas para darles acompañamiento terapéutico.
Estos son algunos de ellos:
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Esta página funciona como una forma de conectar a psicólogxs voluntarios con personas que lo necesiten.
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Psicólogas y Psicólogos Sin Fronteras: 960 450 230.
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El Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana dispone de tres líneas: 96 045 02 30 para atención a la ciudadanía, 96 045 02 31 para centros educativos y empresas, y 96 045 02 32 para profesionales de la psicología que estén desarrollando su labor en las zonas afectadas.
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Servicio gratuito para la intervención psicológica en emergencias y catástrofes de la Universitat Jaume I de Castellón: opside@uji.es y a través del 112.
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A partir del miércoles la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana y la Unidad Militar de Emergencias (UME) ofrecerán atención presencial a familiares de víctimas y desaparecidos en el centro de eventos de Feria Valencia, que contará, en principio, con 30 psicólogos y psiquiatras.
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