¿Qué es el journaling y cómo te puede ayudar?
Escribir un diario no es ni una moda de Instagram ni un déjà vu de cuando tenías 7 años.
Escrito por Sara G. Pacho
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.
Revisado por Júlia Pascual, psicóloga sanitaria.
¿Tú también tenías un diario con un candado o una clave cuando eras pequeña donde contabas lo que te pasaba cada día? Desde los regalos de cumple a los viajes en familia, las amigas, los primeros amores, los dramas del cole… Sin embargo, a veces al hacernos mayores dejamos esa costumbre de plasmar nuestras vivencias con palabras. Aquí es donde entra el journaling, una técnica que hace tiempo que está muy presente en redes sociales que va más allá de hacer dibujos bonitos en un cuaderno. Bien utilizada, la escritura diaria puede ayudarnos a alejarnos de pensamientos en bucle, hacernos recordar cosas que quizá olvidaríamos y ser un testigo perfecto de nuestra vida.
¿Qué es exactamente el journaling?
Este es el nuevo nombre que le damos a llevar un diario, que no es más que escribir para una misma. No hace falta que sea un cuaderno específico, ni usar bolígrafos de colores o pegatinas. De hecho, si eres 100% digital es algo que puedes hacer en las notas de tu móvil o en tu ordenador (aunque escribir a mano también tiene sus beneficios y cada vez lo hacemos menos).
Lo importante es tener un espacio realmente privado donde volcar lo que sientes y piensas sin censura. No hay reglas: puedes hacerlo todos los días o no, puedes escribir una página o dos líneas, pueden ser palabras o dibujos. Eres tú quién decide qué quieres expresar y cómo lo quieres hacer. El objetivo es tener una mayor claridad mental y emocional.
Escribir nos ayuda a procesar las vivencias, preocupaciones, satisfacciones… Cuando escribimos un diario tenemos, de algún modo, que “ordenar” los pensamientos, lo que es especialmente beneficioso si nos enfrentamos a una experiencia muy abrumadora o estamos en un bucle de pensamientos que nos genera malestar y/o ansiedad.
Entre algunos de los journal que están en tendencia, encontramos los diarios de gratitud, que nos invitan a mencionar varias cosas por las que nos sentimos agradecidas cada día; un diario de metas, para quienes quieren ir a tope con sus objetivos; o el conocido como bullet journal, la estrella de Instagram, que se adapta al estilo que te apetezca (dibujos, listados…), además de los diarios de viajes, súper recomendables para no olvidar nada de lo que visitas en vacaciones.
La escritura y sus usos en terapia
Ahora bien, ¿qué efectos tiene la escritura o llevar un diario desde un punto de vista psicológico? Hablamos con Júlia Pascual, psicóloga sanitaria y directora del centro de Terapia Breve Estratégica, que nos advierte de que no se trata de ponerse a escribir y ya, sino que, para que sea terapéutica, tiene que haber una técnica, un objetivo, una frecuencia, etc.
En la mayoría de los casos, explica, las indicaciones para abordar pensamientos perturbadores mediante la escritura tienen dos objetivos principales: en primer lugar, identificar esas dinámicas de pensamientos y ciclos mentales repetitivos; en segundo, dejar esos pensamientos en el papel para distanciarse emocionalmente y evitar caer en la rumiación.
La escritura terapéutica tiene efectos positivos como reducir el estrés, mejorar la claridad mental, facilitar la sanación emocional y fomentar el autoconocimiento. También puede mejorar el estado físico al reducir síntomas relacionados con el estrés. Sin embargo, puede tener efectos negativos como revivir traumas, empeorar temporalmente las emociones, generar estancamiento sin resolución o crear dependencia emocional si no se complementa con otras formas de apoyo.
En este sentido, la psicóloga recalca la importancia de dejarse acompañar cuando queremos utilizar la escritura como herramienta terapéutica. Es tan poderosa que necesita ser utilizada de manera consciente, e incluso pautada por un profesional que tenga en cuenta el contexto y necesidades de cada persona. Puede que a alguien le vaya bien escribir antes de dormir como descarga, mientras que otra persona solo necesite hacerlo cuando le pase algo que realmente quiera recordar, o cuando tenga emociones como la frustración o el enfado. Depende de cada caso. Lo que es válido para mí, puede no serlo para ti, y viceversa.
Al alcance de todas, pero no siempre recomendable
Respecto a los tipos de diarios de los que hemos hablado anteriormente, Pascual nos hace reflexionar sobre su uso en determinadas situaciones. Por ejemplo, mostrar la gratitud por escrito no tiene contraindicaciones en personas sin trastornos, pero, sin embargo, puede ser contraproducente para alguien que sufre depresión, ya que podría empeorar su situación.
“Es importante también el cómo: en algunos casos, puede ser más efectivo hacerlo sin escribir, sino pensando y visualizando, para conectar mejor con las sensaciones y emociones agradables que surgen al recordar algo positivo”, sugiere la psicóloga.
Respecto a dejar constancia de lo que una siente, piensa o hace, dependerá también del objetivo y estado de cada una. Es una herramienta a priori sencilla, al alcance de cualquiera hoy en día, pero los efectos pueden ser muy diferentes. “Así como escribir un diario una semana al año puede ser beneficioso para el autoconocimiento, hacerlo de manera constante puede ser innecesario e incluso perjudicial para personas con tendencia a la obsesión o la hipocondría”, explica.
Las herramientas psicológicas, por simples que parezcan, son muy poderosas y deben ser prescritas por un profesional. Aunque algunas se perciban como inofensivas, un uso incorrecto o excesivo puede generar problemas y, si no las necesitas, no debes de tomarlas.
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