Hoteles ‘only adults’, ¿un oasis para descansar o un freno a la conciliación familiar?
Son una promesa de paz y tranquilidad, pero ¿es legal vetar a los niños en los alojamientos turísticos?
En estas fechas, quien no tiene ya las maletas preparadas está planeando sus vacaciones. Si, más que un alojamiento, buscas un oasis de paz y tranquilidad donde reponer fuerzas y no viajas con niños, (tengas o no tengas hijos), puede que estés valorando un hotel only adults. Analizamos las ventajas y desventajas de este tipo de alojamientos en auge y estudiamos el conflicto legal que puede suponer el hecho de vetar a los niños en los hoteles, además de sus ¿trabas? a la conciliación.
Así son los hoteles sin niños
Los hoteles only adults, adults only, sin niños o solo para parejas crecen: según un informe de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), en 2023 el 5 % de los hoteles en nuestro país se identificaban con esta etiqueta. La pandemia también impulsó este formato y en la primera mitad de 2021 crecieron un 34 % las reservas de planes adults only, según datos de Weekendesk.es.
Su auge aplica tanto en grandes cadenas hoteleras que optan por esta modalidad en alojamientos tipo resort como en su versión más íntima, con hoteles más pequeños enfocados al turismo rural. El crecimiento de este tipo de alojamientos es, sin duda, un claro signo de que el público los demanda y analizamos por qué.
Son alojamientos pensados para el disfrute de las personas adultas. La edad mínima para acceder a estos hoteles suele ser entre los 16 y los 18 años, pero están enfocados definitivamente a un público de entre 30 y 50 años con un nivel económico medio-alto. Eso implica que los niños están fuera y también las familias que prefieren viajar con sus hijos.
¿El objetivo? Crear espacios diseñados solo para el disfrute de los adultos a través, por ejemplo, de la gastronomía, o la posibilidad de relajarse en piscinas de lujo en las zona wellness sin peligro de sufrir salpicaduras inesperadas.
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Mientras millones de viajeros por minuto autorizan con un click la confirmación de su reserva en este tipo de alojamientos, crecen voces en contra de los hoteles only adults, argumentando que estos hoteles son más caros, elitistas y, sobre todo, discriminatorios con las familias.
Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), reivindica el derecho de los hosteleros a diseñar su propia propuesta para los huéspedes. “Desde la confederación, defendemos este tipo de alojamientos porque consideramos que debe ser el empresario quien elija el segmento de mercado al que se quiere dirigir. Entendemos que haya clientes que quieran estar sin niños a su alrededor y pueden decidir libremente cómo quieren pasar sus vacaciones. De la misma manera que creemos que un hotel no está obligado a prestar servicios enfocados a las familias con hijos si esa es no es su línea de negocio. Lo fundamental es que haya transparencia”.
¿Qué perfiles optan por un hotel solo para adultos?
Viajeros de entre 30 a 50 años con alto poder adquisitivo, gustos exquisitos y con una necesidad imperiosa de desconectar de su rutina y descansar. Son los clientes perfecto para un hotel only adults. Paz, tranquilidad, mimos y sosiego que pueden disfrutarse en estancias largas, pero también en una escapada reparadora de fin de semana.
La cadena hotelera Hospes Hoteles explica su punto de vista respecto a esta tipología de alojamiento: “Nuestro cliente busca vivir experiencias enriquecedoras de spa o gastronómicas, ambas requieren de ambientes determinados donde el equilibrio y la calma son un factor imprescindible. Las instalaciones que nuestros clientes usan también están centradas en el confort de personas adultas, así como la decoración de nuestros edificios o las comodidades que les proporcionamos”.
Aun así, la mayoría de alojamientos de Hospes pueden acoger a familias, aunque están enfocados a un público adulto, sobre todo a parejas. La cadena solo diferencia como hotel only adults el hotel Hospes Maricel & Spa de Mallorca porque considera que su ubicación sobre el mar, sus servicios y sus atractivos naturales no está indicados para niños por el riesgo que pueden conllevar.
Por su parte, desde el hotel Malaga Hills, Adults Only, Boutique & Wellness Eco-Hotel aseguran que la principal propuesta de valor que ofrecen a sus clientes es la «garantía de paz y armonía«. “Ofrecemos a nuestros clientes armonía con el entorno y con el silencio. A pesar de que somos padres, desde nuestro punto de vista es un hecho que la presencia de niños en el desayuno o en la piscina de un hotel crea una atmósfera completamente diferente”.
De forma general, los huéspedes que eligen alojarse en un hotel sin niños viajan en pareja en su luna de miel o en una escapada romántica, pero, además, crece el número de reservas de grupos de amigos y también el de personas solteras que deciden disfrutar de una estancia en este formato.
A este respecto, Ruud Lampers, propietario de Malaga Hills, Adults Only, Boutique & Wellness Eco-Hotel declara: “Hemos notado un incremento de viajeras solas en nuestro hotel. Mujeres que huyen del bullicio de un hotel familiar y que deciden disfrutar de un tiempo de calidad a solas. Además, estamos seguros de que también atrae a este tipo de viajeras el hecho de que la cofundadora del establecimiento, Vreneli Stadelmaier, visibilice el empoderamiento femenino”.
Hoteles ‘only adults’ desde el punto de vista de las familias
Pasar tiempo en pareja, disfrutar del silencio y tener solo conversaciones adultas es un lujo para las personas que tienen hijos (especialmente si son pequeños, habla la voz de la experiencia).
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Lo que resulta ofensivo para los colectivos familiares es que esa restricción implica una clara discriminación para las personas que prefieren viajar con sus hijos, puede limitar la conciliación y, de forma general, el concepto de adults only se ciñe al hecho de que los niños hacen ruido y son imprevisibles.
¿Resultan entonces discriminatorios este tipo de hoteles? En este sentido, el abogado José Sahuquillo Romero explica el contexto de estos hoteles en el marco jurídico. Es comprensible que una familia pueda sentirse discriminada al verse privada de acceder conjuntamente a un establecimiento hotelero que impide la entrada a los hijos menores, pero el hecho de sentirse discriminado no significa que uno efectivamente lo sea.
“Normalmente, la cuestión es abordada desde el punto de vista del ‘derecho de admisión’, del que gozan distintos tipos de establecimientos abiertos al público (en el que las diferentes Comunidades Autónomas tienen competencias para su regulación), pero este derecho es confrontado con el art. 14 de la Constitución Española, al plantearse que el hecho de impedir el acceso a menores a un establecimiento hotelero pudiera contemplarse como un acto discriminatorio», analiza el abogado.
Y concluye: «Es una cuestión ciertamente controvertida, pero debe entenderse que los establecimientos hoteleros son negocios, no servicios públicos, y las normas de los only adults, siempre que sean completamente transparentes con ellas, no discriminan a unos usuarios que, al menos en España, gozan de diversas alternativas”.