Madres tóxicas: ¿cómo saber si la relación con la tuya es dañina y qué hacer?
Una madre tóxica muestra comportamientos dañinos, controladores o abusivos hacia sus hijos. Identifica si esta relación es tóxica y qué hacer al respecto.
Es una de las personas más importantes de tu vida desde que naces, pero, a veces, la relación no es tan idílica. Una madre tóxica puede hacernos bastante daño psicológico, incluso sin ella pretenderlo.
Nadie es perfecto y, a veces, la maternidad se basa en las pruebas de ensayo y error; además, influyen mucho sus propias experiencias vitales. ¿Crees que tu relación con tu madre es dañina y no sabes cómo gestionar esta situación? Estamos aquí para ayudarte.
7 características de las madres tóxicas: cómo reconocerlas
Pero si crees que puedes estar ante un caso, este checklist con “síntomas” de familia tóxica te va a ayudar a ponerle nombre a ese sentimiento que no sabes bien qué puede ser.
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Genera situaciones de dependencia
Los padres están para guiar, educar, enseñar… Pero tienen que entender cuándo una ha llegado a la edad adulta, un momento en el que la independencia de la persona es fundamental. Si genera situaciones de dependencia (por ejemplo, te insta a que no busques tu propio trabajo o te impide hacer tareas básicas para hacerlas siempre ella), ojo, porque puedes estar ante un comportamiento tóxico. Igual que un desequilibrio económico en la pareja puede llevar a situaciones incómodas, tanto puede suceder en el ámbito familiar.
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Siempre quiere tener razón
Ni el cliente tiene siempre la razón ni la madre siempre está en lo cierto. Es una persona y, como tal, puede equivocarse. Si, a pesar de que le argumentes tus motivos para defender tu posición, ella es totalmente inflexible, estás ante una de las características de madres tóxicas.
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Minimiza tus problemas o tus logros
Sientes que siempre te infravalora, que tus logros no son importantes y que tus problemas tampoco tienen valor: cuidado porque es una de las primeras señales de toxicidad.
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Vive sus sueños a través de ti
Al contrario, una madre tóxica también puede ejercer su control proyectando en ti todo aquello que ella no consiguió. Un ejemplo sería el de una mujer que quiso ser médico y no pudo y que ahora “exige” a su hija que estudie Medicina.
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Te echa en cara sus esfuerzos
“Yo lo dejé todo por ti”. Y con eso genera un sentimiento de culpabilidad que te impide hacer ciertas cosas. Estamos de acuerdo en que las madres hacen grandes esfuerzos por nosotras y debemos ser conscientes y agradecerlo, pero esa no debe ser un arma de chantaje emocional.
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Tiene que controlarlo todo
Tu pareja, tus amigos, tu trabajo… No solo te aconseja. Te impone. Y esto asfixia a cualquiera. Corta el cordón umbilical YA.
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Te critica de forma poco constructiva
Las madres son de las pocas personas que se van a atrever a decirte las cosas como son, sin azúcar ni unicornios para endulzarlo. Y esto es de valorar. Pero de una crítica constructiva a un hachazo que no sepas cómo gestionar hay una clara diferencia.
Tipos de madres tóxicas
A grandes rasgos, podríamos dividir los tipos de madres tóxicas en dos grupos.
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Madre tóxica depresiva o con poca autoestima
Además de detectar su toxicidad en sus actuaciones, también hay rasgos de su personalidad que pueden darte una buena pista. Normalmente, las personas con poca autoestima o depresivas se pueden convertir en madres tóxicas con más facilidad. Principalmente porque tienen “miedo” a no ser suficientes ni siquiera para sus hijos, viven sus sueños a través de ellos, necesitan proyectar su felicidad en ellos, etc.
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Madre tóxica narcisista, manipuladora o controladora
Y en el otro lado de la moneda, las personas muy narcisistas, aquellas que se sienten siempre el centro de atención y que deben controlarlo todo, también tienen más facilidad para construir una relación madre-hija con importantes desequilibrios.
Mi madre es tóxica: ¿qué hacer si ya soy una hija adulta?
Tener una madre tóxica puede condicionar nuestra vida muchísimo, impidiéndonos, incluso, tener relaciones sanas con otras personas o buscar nuestro propio camino y felicidad.
Alejarse de una madre tóxica puede ser muy difícil, incluso algunas personas lo consideran algo así como “divorciarse de una madre tóxica”. Y precisamente aquí encontramos lo complejo que puede ser porque, nos guste o no, de la familia es altamente complicado divorciarse.
Sí podemos poner límites a las situaciones que nos generan incomodidad o afectan a nuestra vida.
El primer consejo que te podemos dar es que trates de hablar con ella. A nadie le gusta escuchar algo negativo, pero es muy importante que sepas expresarle cómo te sientes y qué comportamientos consideras que no te hacen bien. Habla en primera persona, en lugar de “atacarla” a ella: sí, tira de asertividad. Quizá desde este prisma pueda comprender la situación.
No esperes que cambie de un día para otro, pero sí puedes ayudarla en el camino para que poco a poco vaya comprendiendo la situación. ¿Y cómo puedes hacer esto? No dejándote manipular ni por su control ni por su victimismo o cualquiera que sea el comportamiento que os ha hecho llegar a este punto. Va a ser complicado también para ti, pero debes mantenerte fuerte.
Sigue haciendo planes con ella y contándole tus cosas, que vea que la sigues teniendo presente en su vida y elimine el miedo a perderte, pero sin que tenga control sobre tu vida y tus decisiones.
Y, por último, busca ayuda en el círculo más cercano si nada de esto funciona. Tu padre, tu tía más cercana, tus hermanas o hermanos si los tienes… Las relaciones familiares son cosa de todos y ellos también os pueden ayudar. A ambas.
Si eres una hija adulta con una madre tóxica, tienes que tener clara una premisa que vale para todas las relaciones (da igual si es de pareja, amistad, familiar, laboral…): tú eres importante. Tienes derecho a seguir tu propia vida, tomar tus propias decisiones y elegir tu camino.