Bondage sin estereotipos: qué es el BDSM más allá de los prejuicios

Su popularidad llegó de la mano de Christian Grey y Anastasia Steele, hace ya más de 10 años, pero ¿en qué consiste realmente y cómo iniciarse?

octubre 22, 2022 Escrito por Sara G. Pacho

Redactora de Bloom especializada en salud femenina, estilo de vida y feminismo. Licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Comunicación como Agente Histórico-Social, especialidad en Lenguaje Audiovisual por la Universidad de Valladolid.

Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.

Seguramente E.L. James no inventó nada: la autora de la exitosa trilogía ‘Cincuenta sombras de Grey’ escribió una historia entre dos personas que acuerdan -por petición de él y consentimiento firmado de ella- tener relaciones de sumisión y castigo. Si bien podríamos sacar mucha miga a este relato, lo cierto es que hace más de 10 años supuso un impulso a la visibilización de este tipo de prácticas sexuales y, por qué no, un estímulo para quienes sintieron la curiosidad de vivirlo en sus propias carnes. 

Hoy nos proponemos abordar el bondage sin juicios, huyendo de estos estereotipos y desde todas las perspectivas posibles. 

Bondage: ¿qué es?

Como igual has podido deducir, bondage es una palabra que viene del francés. En castellano suele traducirse como “esclavitud”, “ataduras”, “cautiverio” o “sometimiento”. Entre la pista de Grey y esto, supongo que ya sabes por dónde va la cosa.

Su aplicación en el plano sexual hace referencia precisamente a esa relación de dominación y obediencia, y al uso de cuerdas, esposas o lazos para llevarlo a cabo. Es una práctica BSDM (recordamos que sus siglas vienen precisamente de Bondage, Dominancia, Sadismo, Masoquismo) que, como en cualquier otra, parte de un consenso previo (el consentimiento en las relaciones sexuales debe estar presente y ser una condición imprescindible) y un acuerdo de qué papel ocupará cada uno. 

bondage que es

Starter pack: nudos bondage

Lo primero que tienes que saber antes de lanzarte a probar nuevas sensaciones con el bondage es que no existe un manual de lo que es bondage y lo que no lo es. Como todo en el sexo, es a gusto de quien lo practica, así que tenemos que hablar de diferentes intensidades, límites y, por supuesto, complementos para utilizar durante la sesión. 

Como te decía en el apartado anterior, una de las traducciones de bondage es ‘ataduras’, por lo que es muy habitual en este tipo de práctica introducir cuerdas y lazos para inmovilizar a una de las personas. Quienes se inician en esta práctica suelen probar con ataduras ligeras para chequear si eso de la sumisión y el control les resulta excitante. Puede ser un juego estimulante para quienes disfruten de esa adrenalina de tener el control sobre la persona atada o la tensión de quién está retenida a merced de su pareja. 

Tipos de nudos bondage

  • Espiral

    Uno de los más sencillos de hacer y del que la persona que está atada no puede “escapar” tirando, ya que en lugar de aflojarse, se aprieta más. Puede utilizarse para atar manos o tobillos a la cama, por ejemplo.

  • Mariposa

    Este tipo de nudo se suele emplear para atar las manos a la espalda, por ejemplo. No aprieta ni resulta demasiado agobiante, por lo que es el ideal para beginners.

  • Esposas

    ¿Sabías que con una cuerda también puedes improvisar unas esposas 100% bondage? Es apto para manos o para tobillos.

  • Presilla

    Es un nudo sencillo y rápido para sesiones exprés. También se usa tanto en manos como en tobillos, ¡o todo a la vez! Si atamos todas las extremidades a la cama damos con una de las posturas estrella para los amantes del bondage, la conocida como X.

¡Ojo! Todo es un juego, pero no olvidemos que estamos haciendo nudos y, como tales, existen riesgos. Es mejor conocer bien los nudos, evitar los nudos correderos y, sobre todo, no atarse nunca de zonas como cuello y pecho.

Shibari: la atadura erótica japonesa

Algo tendrá el bondage que llega a todas las partes del mundo. En Japón, además de una práctica sexual, es casi un arte. Lo llaman shibari y, aunque en esencia es lo mismo que acabamos de relatar más arriba, tiene ese toque japonés de método y estética. Utilizan cuerdas de fibras naturales y hacen las ataduras de acuerdo a técnicas y estéticas lineales, haciendo giros y nudos hasta inmovilizar a quien escoja el rol de sumiso. 

¿Cuáles son los roles en el bondage?

Lo más común es diferenciar entre dos grandes roles: dominación y sumisión. Sin embargo, no todo es blanco o negro. Como solemos decirte: en el sexo, si hay acuerdo y consentimiento, los límites los ponen quienes lo practican. Por si te sirve de inspiración aquí van algunos roles de los que se suele hablar:

  • Brat

    Es el rol más típico de persona sumisa, que se comporta de manera, digamos, traviesa, y espera su castigo.

  • Rigger

    Es quien ata a su pareja y disfruta teniéndola bajo su dominación.

  • Rope bunny

    Enfrente de un rigger hay una persona que disfruta siendo inmovilizada.

Algunos consejos para poner en práctica el bondage

Ahora que conocemos un poco mejor los pormenores del bondage, puede que te haya picado el gusanillo y vayas a proponerle a tu pareja probar esta práctica sexual. Salir de la rutina y atreverse con cosas nuevas siempre está genial si ambas partes están de acuerdo y lo desean, pero no podemos olvidar algunos detalles sobre el bondage en concreto:

  1. Lo primero, la seguridad

    Es un juego con el que queremos disfrutar, no poner en peligro nuestra salud y seguridad ni nuestra relación. Esto aplica también al uso de anticonceptivos de barrera.

  2. No es para todo el mundo

    Puede que te incomode o no te haga sentir placer: por mucho que le guste a la otra persona, tus gustos también son importantes. No dudes en expresarlo.

  3. Pon límites

    Antes de comenzar, igual que Grey y Anastasia, tenéis que tener claro hasta dónde quiere llegar cada uno. Y respetarlo por encima de todas las cosas.

  4. Creatividad

    No se trata de imitar nada, sino de dejarse llevar para descubrir lo que os apetece.

  5. Las sesiones, cuanto más conscientes, mejor

    Es preferible evitar el consumo de alcohol o de otras sustancias desinhibidoras. Será mejor afrontar estas prácticas, especialmente en las primeras veces, con nuestros sentidos y nuestra sensibilidad en plena forma y sin alteraciones.

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