¿Por qué los adolescentes tienden a aislarse? Cómo conectar con tus hijos en esta etapa
Las redes sociales, la necesidad de un espacio seguro y la búsqueda de intimidad llevan a los adolescentes a asilarse demasiado. Aprendemos a reconectar con nuestras hijas e hijos para evitar posibles problemas y trastornos emocionales.
Escrito por Isabel Sauras
Redactora de Bloom especializada en salud femenina, cultura y estilo de vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Revisado por el equipo de expertas de Bloom, plataforma especializada en salud femenina.
Es del todo normal que los niños y niñas que llegan a la adolescencia sientan la necesidad de aislarse para encontrar su propio espacio seguro, pero las puertas cerradas pueden llegar a ser peligrosas.
La adolescencia es una etapa muy complicada para la salud mental en la que intervienen demasiados asuntos. Por eso, profundizamos en las causas que provocan la tendencia de los adolescentes a encerrarse en su habitación y en su propio mundo y analizamos las herramientas a las que podemos recurrir los padres para evitar el aislamiento social de nuestros hijos o problemas emocionales como el phubbing, la nomofobia o el hikikomori, que, lamentablemente, cada vez son más frecuentes.
Hemos preguntado a madres e hijas de la comunidad bloomer en Instagram sobre la cuestión y analizamos los resultados.
¿Por qué los adolescentes se encierran en su habitación?
La privacidad se convierte en una necesidad en el momento en que los niños pasan por la pubertad. No solo por una cuestión de pudor por los cambios físicos que se están produciendo en su cuerpo, sino también por los cambios psicológicos que se experimentan en la adolescencia y que afectan directamente al carácter y el comportamiento.
Ocurre con demasiada frecuencia que esa necesidad de estar solo en su propio refugio conduce a los adolescentes a una soledad crónica que se ve agravada por problemas de integración, falta de autoestima y por las redes sociales. En este punto, conviene recordar que el confinamiento por el COVID-19 hizo estragos emocionales en varias generaciones de adolescentes que no pudieron desarrollarse socialmente de forma natural por el aislamiento obligado.
En una encuesta de Instagram hemos preguntado a las madres bloomers de adolescentes si sienten que sus hijxs tienden a ir a su bola y estar en su propio mundo: El 55% de las madres creen que totalmente, el 12% asegura estar muy encima de ellos para que esto no ocurra y el otro 33% afirma que sus hijos acuden a ellos cuando lo necesitan, es decir, que el resto del tiempo están a lo suyo. De la misma manera, aproximadamente la mitad de las adolescentes nos han contestado que suelen aislarse de sus padres la mayor parte del tiempo por razones como: “Necesitaba estar sola”, “estar con mi familia era bronca segura”, “para masturbarme”, “no me entendían” o “por miedo e inseguridad”.
La transición de niña a adolescente es mucho más convulsa de lo que parece y no siempre es sencilla de manejar. A la dificultad enorme de desarrollar su propia personalidad e identidad y de aprender a interactuar con el mundo desde una perspectiva diferente se unen muchos cambios físicos, la tarea titánica de luchar con un tsunami hormonal, no dejar de lado los estudios y convivir con nuevas conexiones neuronales sin perder el norte.
Por eso las relaciones sociales se vuelven más complicadas y el refugio sólido que suponía antes el núcleo familiar deja de ser suficiente. La familia suele pasar a un segundo plano y los amigos se sitúan en primera fila del orden de prioridades, porque con los amigos comparten intereses y se sienten menos incomprendidos. En la adolescencia siempre afloran sentimientos de contradicción, inseguridad, falta de entendimiento, rechazo y eso provoca estrés y, a menudo, sensación de tristeza e irritabilidad o ansiedad social.
Encuesta
BLOOM en Instagram
¿Tu hijx adolescente tiende a ir a su bola y estar en su propio mundo?
El 55% de las madres creen que totalmente, el 12% asegura estar muy encima de ellxs para que esto no ocurra y el otro 33% afirma que sus hijxs acuden a ellos cuando lo necesitan, es decir, que el resto del tiempo están a lo suyo.
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¿Cómo influyen las redes sociales en la salud mental y el aislamiento de los adolescentes?
Las redes sociales resultan para los adolescentes a partes iguales una mirada abierta al mundo y una jaula de la que cuesta mucho salir. Pero negar la evidencia de que son una herramienta necesaria para relacionarse con sus iguales y que forman parte ya de nuestra vida es un error. Lo más complicado con las redes sociales, tanto para adolescentes como para adultos, es hacer un buen uso de ellas porque provocan adicción y muchos problemas generados de la inevitable comparación social. La prohibición no es una buena idea, pero los límites son completamente necesarios.
Es un hecho cierto que la interacción mediante redes sociales es una nueva forma de relacionarse y puede llegar a ser vehículo para hacerlo de forma más sencilla para alguien con inseguridades. La falta de autocontrol de los adolescentes provoca que pasen muchas horas de su día a día delante de la pantalla, bien sea dentro de las redes sociales o bien interactuando con sus amigos a través de la tecnología (Whatsapp, DM de Instagram, BeReal, TikTok, Youtube, Twitch, videojuegos…) y este exceso de horas y este enganche conduce con mucha facilidad al aislamiento social y a problemas serios de autoestima por el rechazo a la propia imagen, pero también afecta inevitablemente al rendimiento académico de muchos niños.
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El gran reto de los padres en la adolescencia es dar a sus hijos el espacio necesario, pero procurando evitar que el adolescente se aísle completamente. El aislamiento social a esas edades es verdaderamente peligroso y podría desembocar en un problema psicológico grave.
La difícil tarea de conectar con un adolescente
Tener un refugio o un espacio propio completamente privado alejado de la familia se convierte en algo necesario y es fundamental que el entorno del niño entienda este cambio desde el respeto pero con cautela. El gran reto de los padres en la adolescencia es precisamente ese: dar a sus hijos el espacio necesario, pero procurando evitar que el adolescente se aísle completamente por la soledad.
El aislamiento social a esas edades es verdaderamente peligroso y podría desembocar en un problema psicológico grave como un TCA (trastorno de conducta alimentaria), ansiedad, depresión, pensamientos de suicido o autolesiones y muchas veces estos problemas se dan en muy poco tiempo y sin que nos demos cuenta. De hecho, aunque parezca mentira, es súper muy habitual que los padres no perciban que se acerca el peligro hasta que el problema es evidente.
La gran pregunta que hemos lanzado a la comunidad de madres de adolescentes de Bloom en Instagram es si, a pesar de todo, sienten que consiguen conectar con sus hijos. El 34% nos ha dicho que sí, el 9% que nada de nada y el 55% que lo intentan aunque no siempre lo consigan, de esta manera: “Hablando”, “tratando de darles su espacio y no forzar”, “escucharles sin juzgar”, “mostrando confianza”, “interesándome por las cosas que le gustan”, “hablar sin tabúes”, “dialogar sin imponer mi criterio”.
Cada familia es diferente, pero, por regla general, no es fácil conectar con un adolescente, por eso te damos algunos consejos que puedes poner en práctica para evitar el aislamiento de tu hijx:
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Prevención
La prevención es fundamental para evitar enfermedades o trastornos mentales derivados del aislamiento. Observa a tu hijx de cerca, su comportamiento con la comida, con su entorno social, sus estudios y su vida tecnológica.
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Respeto
Estar atenta al comportamiento de tu hijx no implica convertirte en policía, sino todo lo contrario. Aunque te cueste esfuerzo, asume que tu hijx necesita su espacio y su privacidad, no invadas su territorio y no le juzgues ni hagas reproches por su comportamiento. Mano izquierda.
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Comunicación
Hablar mucho es la clave para conectar con los adolescentes. Si haces el esfuerzo de bajar de nivel y te pones a su altura hablando de temas que realmente les interesa, es mucho más sencillo que os entendáis. A veces, por mucho que lo intentes, no salen las palabras, pero hay momentos en los que la conversación fluye y hay que aprovecharlos bien. Un plan a solas con ellos o aprovechar la hora de comer y de cenar en casa.
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Límites
Por mucho que respetes su espacio y sus aficiones, sigues siendo su madre y ellos tus hijos, por eso es necesario que haya límites claros en casa. El uso de la tecnología debería tener un límite diario y las horas de sueño, un horario establecido. Además, la adolescencia no es excusa para no colaborar en las tareas de casa.
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Ejemplo
Que tire la primera piedra la madre que no tieme momentos de enganche a Instagram. Para fomentar un buen uso de la tecnología, procura no pasar demasiadas horas delante de la pantalla, deja los teléfonos a un lado para prestarles atención y fomenta ratos de charla en familia sin interrupciones.
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Deporte y actividad
Trata de fomentar en tus hijos, desde pequeños, el interés por el deporte (mejor deportes de equipo) y por las actividades al aire libre. Casi siempre suelen ser una tabla de salvación para no caer en la espiral de la soledad y una feliz oportunidad de compartir tiempo con ellos.
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